Libertad Y Responsabilidad
Enviado por • 22 de Octubre de 2013 • 1.384 Palabras (6 Páginas) • 597 Visitas
Libertad y responsabilidad ¿Compañeros irreconciliables?
La libertad lleva consigo algunos corolarios un tanto olvidados. Para empezar, consideremos el dúo formado por la libertad y la responsabilidad.
Para la mente actual, parecen contradictorios; y sin embargo, están íntimamente unidos. No son dos realidades separadas, sino dos aspectos de la mismísima realidad. Como una madre y su bebé, no se encuentran nunca separados. Nadie puede decir: Me gustaría ser madre, ¡pero sin hijos! Es una imposibilidad lógica.
Algo parecido ocurre aquí: no puede haber libertad sin responsabilidad ni responsabilidad sin libertad. Viktor Frankl remarcó una vez que la excelente que la excelente obra iniciada con la Estatua de la Libertad en Nueva York debía ser completada con la Estatua de la Responsabilidad en Los Ángeles.
Una acción libre equivale a una acción responsable. El mérito o la culpa, fruto de nuestras acciones, recae directamente sobre nuestros hombros. De modo semejante, no hay responsabilidad allí donde no hay libertad. No se nos ocurre castigar un árbol porque no se quitó del camino cuando nos fuimos a estrellar contra él.
Reconocemos que el árbol no tiene ninguna responsabilidad, porque no es libre. La responsabilidad presupone el poder para hacer algo. Sólo podré ser responsable de una acción cuando ésta sea verdaderamente mía.
Ser responsable significa responder, rendir cuenta de nuestras acciones a alguien con quien estamos comprometidos, al menos implícitamente (Dios, otras personas, nuestra propia conciencia).
Responsabilidad significa también asumir las consecuencias de nuestras acciones.
A veces nos gustaría poder separar los dos elementos: disfrutar los beneficios de la libertad sin tener que cargar con las consecuencias de la responsabilidad. Esta es una de las consecuencias de la responsabilidad. Esta es una de las razones por las que mucha gente se rebela contra la autoridad, por la que los adolescentes se quieren independizar de sus padres, por las que algunos psicólogos inventan métodos para tratar de acallar la persistente voz de la conciencia.
Sin embargo, el divorcio entre la libertad y la responsabilidad destruye la libertad misma. La libertad sin responsabilidad no es libertad sino licencia. El que es libre es verdaderamente dueño de sus acciones; y el que es dueño de sus acciones es verdaderamente responsable.
Libertad y límite
A pesar de nuestra grandeza, somos limitados. Desentrañamos progresivamente los secretos de la naturaleza y aprendemos cómo sacar provecho de las fuerzas del cosmos y, sin embargo, ¡cuánto queda aún fuera de nuestro control!
La libertad humana no es infinita o absoluta. Tenemos que trabajar juntamente con nuestra naturaleza. Esta limitación fundamental de la existencia humana se manifiesta en cuatro dimensiones:
Limitaciones lógicas: Hay ciertas cosas que no podemos hacer simplemente porque no se pueden hacer. Esto no se debe a la flaqueza del hombre, sino a la realidad misma de las cosas. No puedes construir, diseñar, ni siquiera concebir, un círculo cuadrado; es una imposibilidad lógica. Tampoco puedes componer un soneto clásico en cinco líneas.
Estas limitaciones se dan, pues, en toda situación que es intrínsecamente contradictoria.
Limitaciones físicas: Podemos hacer muchas cosas, pero siempre dentro de las posibilidades de nuestra naturaleza. Ella no consiente que tú y yo salgamos volando por la ventana sin necesidad de instrumento alguno, ni tampoco que alcancemos una edad de 529 años, o que aumentemos nuestra estatura unos 10 centímetros después de los 20 años. Las leyes físicas y biológicas no dependen de nuestra voluntad, y nos señalan con claridad un límite real.
Limitaciones intelectuales: Ninguna persona humana es omnisciente. Por cada segmento de información que logramos asimilar, hay una cantidad infinita de datos que se nos escapan. Como dijo un filósofo: Cuanto más sé, más me doy cuenta de lo poco que sé. Nuestro conocimiento de las cosas jamás es completo.
Limitaciones morales: En sentido propio, esta limitación se refiere a nuestra incapacidad para escoger siempre el bien, si no es con la ayuda de una gracia
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