Libro Del Rincón Dos: La Historia Del Origen De La Piñata

LIBRO DEL RINCÓN 2° B

TÍTULO: : DE CÓMO NACIÓ LA PIÑATA.

AUTORES: STEFAN CZERNECKI Y TIMOTHY RHODES

COLECCIÓN: PASOS DE LUNA

LECTURA EN EPISODIOS

Un cactus enorme, cubierto de espinas, crecía en la plaza de San MIGUEL. Era más viejo que cualquiera en el pueblo y tal vez hasta más viejo que el pueblo.

Cada Nochebuena, todos en San Miguel se ponían su mejor ropa para pedir posada, como hace mucho lo hicieron María y José.

Este anito Juanito, un niño ciego que venía vestido de ángel, encabezaba la procesión. Detrás de él , otros llevaban en hombros una base con las pequeñas figuritas de barro de los santos peregrinos: María sobre un burro y José caminando a su lado.

Cuando la procesión finalmente llegó a la plaza, la gente se reunió alrededor del nacimiento que habían puesto al lao del gran cacto. La figurita del Niño Dios fue colocada en su lecho. Luego todos felices cantaron y bailaron.

Antes de la medianoche Juanito, el niño ciego vestido de ángel, comenzó a cantar. Las notas de su voz volaron felices por encima del viejo cacto y se hundieron en la tranquila oscuridad de la noche.

Una estrella escuchaba toda aquella alegría. Estaba tan entusiasmada por la dulzura del canto que decidió acercarse para oír mejor.

Rápido bajó desde el cielo, cada vez más rápido, hacia la fiesta. Pero cuando empezaba a sentir que ya estaba lo suficientemente cerca, lo sorprendió un piquete. La estrella se había clavado en una de las espinas más filosas de la punta del cacto.

-¡Ayúdenme, ayúdenme!- gritaba la estrella mientras trataba de liberarse, y nadie podía oírla porque la banda de música tocaba muy fuerte.

A media noche la campana de la Iglesia anunció la misa de gallo y la estrellita vió como uno por uno los aldeanos entraron a la Iglesia. Al final solo quedaba una persona en la plaza: Juanito, el niño vestido de ángel. Traía unas a las de papel amarradas a su espalda y un palo de pastor con una paloma tallada en la punta. La estrellita respiró hondo y gritó de nuevo pidiendo ayuda.

Juanito oyó aquel gritó débil y se detuvo para escuchar con cuidado.

-¡Acá, arriba!_ le dijo la estrella. Hasta qie Juanito sedui cuenta que losgritos venían d ela punta del cacto.

-¿Qué haces allá arriba?, ¿Quién eres?- e decía Juanito mientras trataba de alcanzarla con su palo. La estrella estaba tan débil que su luz apenas se distinguía en le cielo obscuro.

Cuando estaba a punto de darse por vencido. Juanito golpeó al cacto de tal manera que la estrella quedo liberada de la espina puntiaguda.

La estrella subió de golpe hacia el cielo dejando un rastro brillante de polvo de estrellas que iba cayendo suavemente hacia la tierra. Un poco de ese polvo cayó encima de Juanito. Y mientras caía aquel brillo pálido el niño se sintió calientito y feliz. Había recibido un regalo maravilloso: la vista.

Los años pasaron, pero la felicidad nunca abandonó a Juan. Aunque trabajaba muchísimo y era muy pobre, estaba contento con su vida y cada noche daba las gracias a su estrellita.

Una noche un poco antes de Navidad estaba recostando en su cama mirando a la estrellita en su ventana y tuvo una idea. Saltó de la cama y se fue a la cocina para buscar algo en la alacena. Detrás de una bolsa de harina

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