Literatura Francesa
Enviado por liz000617 • 6 de Mayo de 2015 • 2.880 Palabras (12 Páginas) • 297 Visitas
La literatura francesa se refiere a la literatura escrita en francés por ciudadanos franceses, y forma parte de la literatura francófona. Esta última (la literatura francófona) incluye toda la literatura en francés, realizada por ciudadanos tanto de Francia como de otros países como Bélgica, Suiza, Canadá o de las antiguas colonias francesas. La literatura de Francia abarca la literatura francesa y la de otros idiomas de Francia.
Índice
1 Introducción
1.1 Edad Media
1.2 El Renacimiento
1.3 El clasicismo francés
1.4 La Ilustración
1.5 Siglo XIX
1.5.1 Romanticismo
1.5.2 Parnasianismo
1.5.3 Realismo y naturalismo
1.5.4 Simbolismo
1.5.5 Teatro
1.6 Siglo XX
2 Literaturas de otras lenguas de Francia
3 Premios Nobel de literatura
4 Clásicos de la literatura francesa
4.1 Ficción
4.2 Poesía
4.3 Teatro
4.4 No ficción
5 Crítica literaria
6 Poesía
7 Véase también
8 Referencias
9 Enlaces externos
Introducción
La lengua francesa es el resultado de la fusión entre diversas lenguas de oïl, cuya forma predominante fue progresivamente impuesta desde la sede del poder institucional, la Isla de Francia, que le dio su nombre. Tiene una amalgama de orígenes entre los que se destacan el romano, el germánico, el celta y varias lenguas regionales. El idioma francés por sí mismo, se puede considerar como una forma moderna del latín vulgar. La literatura francesa nace en el siglo IX, con los primeros escritos en lengua romance. Su importante producción a lo largo de los siglos ha dado lugar a la creación de nuevos movimientos literarios y artísticos, cuya poderosa influencia sobre otras literaturas le hace ocupar una preeminente posición en la literatura universal.
Edad Media
Artículo principal: Literatura francesa en la Edad Media
El primer texto en francés son los Juramentos de Estrasburgo, del siglo IX, si bien el primer texto inequívocamente literario es la Secuencia de Santa Eulalia, del mismo siglo. No obstante, hay que esperar a comienzos del siglo XI para encontrar una producción literaria sistemática escrita en francés medieval. Es una de las más antiguas literaturas vernáculas de Europa occidental y se convirtió en una fuente clave de temas literarios en la Edad Media a lo largo de todo el continente.
Tres grandes manifestaciones literarias encuentran su origen en la Francia del siglo XII: el cantar de gesta, la lírica trovadoresca y el poema caballeresco. Los cantares de gesta tienen su origen en la tradición guerrera anterior. Eran poemas épicos sobre hazañas de héroes famosos, que se cantaba por juglares que iban recorriendo plazas y castillos. Su texto más importante es la Canción de Roldán, en el que pueden verse los rasgos distintivos de este tipo de poesía épica en Francia: abunda lo desmesurado, lo maravilloso y la idealización, tanto de hechos como de personajes.
La lírica que crearon los trovadores obedecía más bien a un nuevo ideal de vida cortesana. Es obra de trovadores cortesanos, poetas que componen verso y música en un estilo cuidado; utilizan el occitano. Su tema favorito es el amor cortés, con idealización de la dama. Existieron diversos géneros: el sirventés, la tensó, la pastorela, aunque el más cultivado fue la cansó. Se considera a Guillermo de Poitiers, Duque de Aquitania, como su iniciador; el más destacado de los trovadores fue Bernart de Ventadorn, poeta de la reina Leonor de Aquitania; otros: Arnaut Daniel, Marcabrú (trovador) y Bertran de Born. Para cuanto las refinadas cortes provenzales desaparecieron con motivo de la cruzada albigense, este modelo de poesía se había difundido por toda Europa.
François Villon, en el Grand Testament de Maistre François Villon, París, ed. 1489.
Por su parte, los poemas caballerescos o roman courtois surgieron de las cortes del norte de Francia. Eran relatos en verso sobre el amor cortés, temas de la antigüedad (como la historia de Alejandro Magno) y, sobre todo, los mitos celtas de la Bretaña: Tristán e Isolda, los Caballeros de la Mesa Redonda o Perceval. El autor más celebrado fue Chrétien de Troyes, con sus obras dedicadas a Perceval y Lancelot. De Francia, este género irradió al resto del continente.
Al opuesto del "roman courtois" se sitúan los poemas del poeta Rutebeuf, del siglo XIII, que fue uno de los primeros en reflejar las dificultades de la vida del hombre común, y en crear poemas polémicos y satíricos contra los poderosos de la época.
En la Baja Edad Media se comienza a sentir el influjo de las clases urbanas, recurriéndose a temas y géneros más próximos a la naciente burguesía, por lo que se le dio el nombre de "literatura burguesa". Cabe citar dos largos poemas: el Roman de la Rose, de Guillaume de Lorris, y el Roman de Renart, de carácter satírico. De esta época datan los fabliaux, divertidos cuentos en verso en un estilo realista.
De este momento es la primera gran figura de la poesía francesa, François Villon, extraordinario poeta, que relata en sus versos con sinceridad y emoción su vida miserable y desordenada; de su obra se recuerda sobre todo el El Testamento (o Gran Testamento) (1461), que refleja el pesar de haber malgastado su juventud y el horror a la muerte.
La Guerra de los Cien Años alimentó el género de la crónica histórica, ilustrada por el cronista Jean Froissart y el poeta Eustache Deschamps.
Se considera que la prominencia europea de la literatura francesa quedó eclipsada en parte por la literatura vernácula en Italia en el siglo XIV.
De esta época se conservan piezas de teatro religioso, generalmente clasificado en misterios (si eran piezas sobre la Navidad o la Pasión), Milagros (relatando intervenciones maravillosas de la Virgen o los Santos) y Moralidades (de carácter más satírico, con personajes alegóricos como el Vicio o la Fe). Junto a él, surge en el siglo XIV un teatro profano de farsas, basadas en la aguda observación de la psicología humana, dándole un tratamiento burlesco.
De las farsas que se conservan, una de las más conocidas es La Farsa de Maître Pathelin, datada hacia 1457, esto es, ya en pleno siglo XV, marcando la transición entre lo medieval y lo renacentista.
El Renacimiento
Gargantúa, litografía de Honoré Daumier.
Francia también conoció
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