Literatura Hispanoamericana I Trabajo Práctico N° 1
Enviado por Camila Mihura • 8 de Marzo de 2019 • Síntesis • 3.501 Palabras (15 Páginas) • 282 Visitas
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Universidad Nacional del Litoral
Facultad de Humanidades y Ciencias
Departamento de Letras
Literatura Hispanoamericana I
Trabajo Práctico N° 1
Docente JTP:
Vallejos Celina
Alumnas:
Mihura Camila
Piersimoni Samanta
Fecha de entrega: 5 de Octubre del 2015
Desarrollo
Consigna 1:
A raíz de nuestras lecturas, hemos seleccionado una de las constantes temáticas que aparecen en los Versos Sencillos de José Martí, y los prólogos de Versos libres y la Edad de oro: una reiterada aparición de la primera persona. Ésta constante será el eje vertebrador para explicitar algunas consideraciones fundamentales respecto de la teoría poética martiniana. Para abordar la obra de Martí utilizamos como marco teórico los artículos de Alinaluz Santiago(1995), Fina García Marruz(1968) y Rotker Susana(1992).
Leer el corpus sugerido de la obra de Martí en clave autobiográfica implica entender un desdoblamiento del “yo” que se inscribe primero como experiencia de vida y segundo, como el sujeto que se vincula con su tiempo y espacio en tanto sujeto histórico. Asimismo, es necesario establecer que el yo poético se configura en la metapoética:
“Se transparenta en ellos (versos sencillos)[1] un ‘yo’ poético que se sabe visionario porque ha logrado asumir la armonía del universo y se siente humildemente responsable del llevar el mensaje a todos a través de todos los aspectos de su vida, pero en especial a través de la poesía” (Alinaluz, 1995: 91)
Esta acepción de un “yo” poético visionario, se ve plasmada en los Versos sencillos y reforzada a través de la experiencia del autor. La utilización de verbos como “yo soy”, “yo pienso”, “yo siento”, “yo conozco”, “decanta una urdimbre de distancias que van desde la intimidad más individual a percepciones objetivadas” (Zanetti, 1994: 110). Asimismo esta experiencia es afirmada a través de un léxico que nos permite reconocer en cada verso las temáticas de la naturaleza, montes y flores; el arte, los colores y la música. Para Alinaluz, “Estas coexistencias son las constantes temáticas de las melodías de los Versos sencillos”… Y más adelante “resultan ser las respuestas optimistas de Martí a su tiempo de crisis, a través de la naturaleza y del arte” (1995: 92) La musicalidad de los versos martinianos, se puede ver en los versos octosílabos siguientes, con rima pareada:
“Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.” (I, 2)[2]
Como sujeto histórico, Martí se puede leer como un militante y héroe. Es un revolucionario que como tal, escribe y deja en claro que sus versos se desprenden de las líneas de la Academia: “El verso ha de ser como una espada reluciente, que deja a los espectadores la memoria de un guerrero que va camino al cielo, y al envainarla en el sol, se rompen alas” (Martí, 1913: 11). En este fragmento del prólogo se lee su ánimo revolucionario.
“Mi verso al valiente agrada, *El pronombre marca una toma
Mi verso, breve y sincero, de posesión además de una
Es del vigor del acero apropiación de su poética como
Con que se funde la espada.” (V, 4) “arma de transgresión” del
ser revolucionario.
Asimismo, el autor trae a colación en sus versos un uso del vocabulario que abre paso a la reflexión de temas que entrarán en discusión en un futuro, tales como la problemática de género, desterritorialización, sistema de valores, enseñanza, etc.
Martí es un visionario del futuro: “Lo que aquí doy a ver lo he visto antes (yo lo he visto, yo), y he visto mucho más, que huyó sin darme tiempo a que copiara sus rasgos.” (1913: 11). Es visible tanto la reafirmación del “yo” de la experiencia como la importancia que da el autor al valor de la honradez y la sinceridad. Para él los versos deben ser sinceros y sencillos: “He querido ser leal y si pequé, no me avergüenza haber pecado.” (1913: 11); “Y porque amo la sencillez; y creo en la necesidad de poner el sentimiento en formas llanas y sinceras” (Martí, 1891: 8). Esas formas “llanas y sinceras” son sus versos, es una clara reflexión sobre su poesía (metapoética). Escribir como pecado y rebeldía “¿y tanto pecado mío escondido, y tanta prueba ingenua y rebelde de literatura?”; escribir como arrebato de visiones “y antes de morirme quiero echar mis versos del alma”. Al mismo tiempo, es importante mencionar que si bien sus versos son adjetivados por su autor como “sencillos”, la sencillez de la composición y el vocabulario de estos es un completo artificio, esto se puede ver en una cita de Martí retomada por García Marruz:
“’Las cosas profundas –escribí una vez- antes de parecer profundas parecen simples. La verdad es sencilla’ Esta sencillez de la verdad es la que tienen estos versos, que parecen simples porque un extremo arte torna invisibles su procedimiento de creación…” (1968: 41)
El yo poético de los versos de Martí abre constantemente el diálogo al lector y apela a la reflexión de éste para cumplir con el propósito de su acto revolucionario. El diálogo que se entabla puede apreciarse en el prólogo a La edad de oro:
“Cuando un niño quiera saber algo que no esté en La Edad de Oro, escríbanos como si nos hubiera conocido siempre, que nosotros le contestaremos…”
Más adelante, menciona en relación a un concurso propuesto por la revista qué premio se le otorgaría a los niños que lo ganen y escribe sobre la temática del concurso:
“…recibirá un buen premio de libros y diez ejemplares de número de La edad de Oro en que se publique su composición que será sobre cosas de su edad, para que puedan escribirla bien porque para escribir bien de una cosa hay que saber de ella mucho.” (Martí, 1889: 28)
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