Literatura

3.4 La autorreferencia en el discurso literario

El texto tiene la capacidad y obligatoriedad de citarse a sí mismo y para ello despliega procedimientos que le dan coherencia y cohesión: autorreferencia. El lenguaje no puede ser evaluado de acuerdo con la realidad externa sino con el propio mundo creado, los signos son autónomos y sugerentes, de ahí que todo texto literario funciona como un todo que funda su propio contexto y se refiere a sí mismo y al sistema del que forma parte. Toda palabra alude a lo ya dicho y ofrece una vuelta más de tuerca sobre el sentido que tiene y que adquiere esa realización. Es el lector quien debe recuperar el sentido otorgándole cada vez más significaciones. Estos textos, además de autorreferirse a través de su estructura, lo hacen respecto a un mundo propio. También hay otra forma de autorreferencia que es la estructura que se organiza sobre la base de un narrador que cuenta distintos relatos encadenados. El texto sobrevive a su autor y a su tiempo, no puede ser evaluado de acuerdo con la realidad externa sino con su propio mundo creado, los signos son autónomos y sugerentes, la obra se explica a sí misma por lo que tiene dentro. Se autoabastece.

3.5 La intertextualidad en el discurso literario:

En todo texto escrito existen rastros de otros discursos ya dichos alguna vez. Todo discurso se construye sobre la base de otros discursos: cada texto dialoga, responde, niega y recrea otros textos. Parece improbable la originalidad absoluta, esta característica se llama intertextualidad. Es una referencia concreta para el lector, le pide que se acuerde de esa obra a la que se alude, le pide un trabajo extra para completar el sentido, es una dificultad más: para entenderlo es necesario conocer el discurso citado y reconocerlo en su nuevo contexto.

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