Los Ideales Caballerescos Y Nobles

LOS IDEALES CABALLERESCOS Y NOBLES

¿El caballero es o fue?

La edad media fue una época caracterizada por la concepción de hombre como caballero; se hablaba de un guerrero servidor del rey, un hombre fiel, noble, leal, valiente y justo; que solía participar en batallas y torneos en defensa de sus principios, su rey y religión.

Estos principios caballerescos son posibles de apreciar en obras de carácter escrito y cinematográfico, como son el cantar del Mío Cid y la película “Juana de Arco”

En obras épicas como el cantar del Mío Cid, un poema escrito en el siglo XII, hacia el año 1140 de autor desconocido, se cuenta la historia vivida por Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, un caballero perteneciente a la corte del rey Alfonso VI, exiliado de Castilla, a causa de sus enemigos en la corte; que se ve obligado a separarse de su mujer e hijas, las cuales nunca pierde de vista. Se narra todo el conjunto de hazañas y batallas emprendidas por el ejército del Cid contra ejércitos moros, que de alguna manera le permitieron obtener gloria, fama y honor, así como nuevas riquezas y territorios para ofrecer como presentes a su rey Alfonso VI. El regalo que hace el Cid, de Valencia le permite volver a recuperar su honra y reunirse nuevamente con su familia; pero ante la propuesta del rey de casar a las dos hijas del Cid con los infantes de Carrión, este se muestra inseguro aunque obediente a su petición.

Durante un periodo de quince días se lleva a cabo la preparación de la boda.

Una vez casados los infantes de Carrión con sus hijas, estos se muestran como hombres cobardes, que huyen frente al león escapado, lo que los pone en burla de todos; en venganza estos maltratan y abandonan a sus esposas en medio del Robledal de Corpes deshonrando al Cid y sus hijas. Pero el primo de este, al darse cuenta acude en su ayuda, el Cid al enterarse de tan degradante hecho, le informa al rey y le exige aplicar justicia. Este convoca al tribunal y se da la determinación de aplicar un duelo, donde se enfrente uno de los compañeros del Cid con los infantes de Carrión; al salir victoriosos se es restablecido el honor del Cid y sus hijas, quienes son casadas con los reyes de Navarra y Aragón.

En obras cinematográficas como “Juana de Arco”, una película francesa histórico-dramática, dirigida por Luc Besson en 1999, cuyo guión fue escrito por Besson y Andrew Birkin y su música compuesta por Eric Serra. Una película interpretada por la ucraniana Milla Jovovich como Juana de Arco, la famosa heroína y mártir religiosa del siglo XV.

En esta película se narra la lucha de una joven profundamente religiosa, por la conquista de Orleans como territorio francés, se muestra al principio como una niña devota a Jesús y fiel a la confesión, víctima de violentas visiones y acreedora de una espada, que presencia la violación de su hermana por parte de hombres ingleses, lo cual crea en ella un sentimiento de remordimiento y rencor.

Ya mayor, Juana se comunica con el Delfín quien estaba en la espera de ser coronado y encuentra en las predicciones por ella hechas que si se le permitía luchar con un ejército, vencería a los ingleses y sería el Delfín por fin nombrado rey de Francia. Este muy interesado acepta dicha petición, pero antes le pide que lo busque entre la multitud , pues si dice ser enviada por Dios, Él la ayudara a encontrarlo. Juana sale audaz de esta prueba, pero aun así le espera un examen que verificaría si su cuerpo incorruptible estaba, pues la profecía decía que virgen tenía que ser.

Sin duda alguna ya, a Juana se le es dado un ejército para poder probar si realmente es mandada por Dios, en cada una de las batallas llevadas a cabo para la reconquista de Orleans sale victoriosa. Cuando se le informa al Delfín de Francia, este se halla momentáneamente en agradecimiento y regocijo, mientras el duque de Bedford, en Inglaterra, exige quemarla.

Juana continua con sus campañas militares, pero los refuerzos pedidos por ella nunca llegan, ella pide al Delfín, ya Carlos VII que le de otro ejército, pero este se niega. Ya cansado de la insistencia

...