Los Mitos En Mi Vida
Enviado por Palom14 • 26 de Febrero de 2014 • 1.286 Palabras (6 Páginas) • 229 Visitas
La tradición oral que entre los duranguenses se transmite de padres a hijos, sostiene que el puente que existe en la población Nava coyán, Dgo., fue construido por el diablo en una sola noche y es una de tantas veces que el diablo siendo tan diablo, no termino totalmente la obra y perdió el trato que había concertado con el albañil que lo había contratado.
Nava coyán fue un pueblo indígena, como asentamiento humano su origen se remonta a la época prehispánica y posteriormente en la conquista y la colonia, siguió siendo importante población agrícola.
Al decir que la tradición, desde su origen represento problema serio en época de lluvias la presencia del río que corre cerca del lugar y cuando aumenta su cauce, crece tanto que interrumpe el paso por varios días, incomunicando a la región y dificultando la comunicación con la ciudad de Durango.
Parece ser, que desde los tiempos prehispánicos se improvisaron puentes frágiles con troncos de árbol, los cuales nunca garantizaban seguridad de servicio eficiente. Posteriormente en la época de la colonia, Nava coyán fue parte de entrada a la capital de la Nueva Vizcaya, circunstancia que le dio importancia comercial, económica y geográfica como punto de enlace, lo cual ocasiono que las autoridades se preocuparan formalmente por la construcción del puente objeto de esta leyenda.
La falta en ese tiempo de la Ingeniería Civil como disciplina encargada de calcular resistencias, capacidad de carga, extensión de cobertura y demás elementos que determinan la mayor eficacia en la construcción de un puente como medio de comunicación, ocasionaban que en ese lugar se construyeran cada año en época de secas un puente que representaba grandes costos y fuertes erogaciones para los dueños de la hacienda y, en cada época de lluvias era arrollado por la corriente y destruido en su totalidad. Ante la cada vez creciente necesidad de contar con un buen puente que resistiera los embates de las fuertes avenidas del río, se opto por buscar un maestro de obras experimentado y competente que pudiera hacerse cargo de la construcción del puente de referencia, contratando a los mejores maestros albañiles que se conocían en la región, los cuales, algunos no lograron terminar la obra y otros que si la realizaron, fue destruida por la lluvia y la corriente.
Para superar aquel problema que parecía imposible, se opto por contratar un experimentado constructor de puentes traído de la ciudad de Zacatecas, quien tenía fama de haber realizado obras de tal naturaleza con mucho éxito.
En virtud a que tantos constructores habían fallado en el cumplimiento del contrato y de la obra; el hacendado estableció con el nuevo maestro albañil, condiciones muy concretas, como fueron el hecho de que tal puente debería terminarse para una fecha determinada, antes de que se iniciaran las lluvias y, si no se cumplía esa condición, el constructor perdía trabajo y dinero invertido en la obra y el hacendado, quedaba liberado de toda obligación para pagar el costo convenido por la construcción.
Aceptadas las condiciones, se puso mano a la obra contratando maestros, aprendices y oficiales de albañilería, así como acarreo de piedra y demás materiales que requería aquella enorme construcción. Aunque aparentemente todo se había calculado con precisión, hubo imprevistos que retrasaron el trabajo y cuando el tiempo establecido en el contrato estaba por vencerse, la obra llevaba un retraso de un setenta y cinco por ciento y resultaba materialmente imposible terminarla en el plazo convenido.
Para el hombre serio y honesto consigo mismo, la palabra debe ser norma invariable de cumplimiento en sus compromisos, por lo cual, lo que se trata de palabra, debe ser un valor humano de primer orden.
ASCII lo considero el maestro constructor de este legendario puente, quien al mirar que el tiempo transcurría y resultaba humanamente imposible dar cumplimiento a
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