Los lectores de Wolfgang Iser

Los lectores de Wolfgang Iser en Amparo Dávila

Luz Elvira Maldonado

Resumen

Wolfgang Iser es un teórico literario que se concentra en estudiar la teoría de la recepción, cuyo enfoque es el análisis del rol del lector en el acto de leer, para rescatar los efectos estéticos creados por las obras. En este ensayo, se analizan los diversos tipos de lectores propuestos por Iser, así como se hacen supuestos de qué efecto tendría cada uno a partir de las afirmaciones teóricas, utilizando el cuento “Alta cocina” de Amparo Dávila como caso práctico.

Key words: lector, lector implícito, Wolfgang Iser, teoría de la recepción, teoría del efecto estético

Introducción

El concepto de lector en el ámbito general no es muy profundo, pues se reduce simplemente a aquella persona que realiza el acto de leer o bien tiene el hábito de hacerlo (RAE, 2021). Lo que Wolfgang Iser presenta con la propuesta de diversos tipos de lectores de acuerdo a cada intención de los autores y la manera en que las obras están construidas, es una mirada innovadora así como muy única hacia la literatura.

        A continuación se hace un desglose del concepto de cada tipo de lector según Iser, así como su posterior ejemplificación en conjunto con el cuento “Alta cocina” de Amparo Dávila, el cual narra un recuerdo causado por la lluvia, uno que mortifica a la voz narradora y que gira en torno a unas criaturas (nunca se esclarece de qué se trata) que nacían en tiempo de lluvia y las cuales, para ser cocinadas, pasaban por mucho sufrimiento, así que los chillidos largos y agonizantes atormentan al narrador o narradora, a quien tampoco se le nombra o describe nunca.

        Este cuento fue escogido debido a que cuenta con muchas áreas de oportunidad para trabajar los distintos tipos de lectores, sobre todo al tener estos espacios de ambigüedad en la narración y en la estructura.

Los lectores de Wolfgang Iser

El lector, de manera general, es definido por Iser (1987) como el sujeto que representa el sustrato empírico de la literatura, y cuya actividad está condicionada previamente por decisiones ajenas a ellos, es decir, por parte de los escritores.

        Mediante el lector de época se busca que en “la literatura aparezca el código cultural” (Iser, 1987, p. 56) de determinada población, siendo ese el principal público de interés. El objetivo es encontrar juicios, actitudes y orientaciones en ese público específico relacionándolo a su contexto histórico, ya que eso es lo que los condiciona para emitir los juicios que surgen al leer la obra. Por ejemplo, ante la ambigüedad de los seres en “Alta cocina”, lectores de distintos años podrían interpretarlo de distintas maneras. Lo que sabemos de estos seres es lo siguiente: tienen ojos  negros, “Nacían en tiempo de lluvia (...). Escondidos entre las hojas, adheridos a los tallos” (Dávila, 2009), son preparados en un guiso y sueltan chillidos mientras se les prepara, ya que deben estar vivos.

        Es la pregunta que más gobierna en torno al cuento. Tal vez para alguien podría ser un animal (pero incluso entonces cabe la pregunta de qué animal sería), o para otro lector podría tener un sentido más simbólico en el que los seres son la angustia, el trauma. Dependería mucho del contexto de cada lector. Por ejemplo, recientemente que el mundo fue azotado por una pandemia, la guerra de Ucrania, la violencia en nuestro país, eso podría influir también en las interpretaciones que surjan en estos años. Se consultaron algunas reseñas y trabajos para ver qué interpretación le dieron los lectores en algunos años, y se limitan a llamarlos seres o animales, pero reconociendo el ambiente de angustia que generan (López Méndez; Terrazas).

Iser llama al lector ideal una “imposibilidad estructural de comunicación” (1987, p. 57), debido a que, como su nombre lo dice, es un lector que debería contar con el mismo código, contexto e intenciones que el escritor para poder entender la obra del modo exacto (ideal) en que se desea. Este tipo de lector es un tanto plano, debido a que se elimina la posibilidad de multiplicidad de interpretaciones en el momento en que se pretende que la obra sea comprendida del mismo modo en que el autor la dispuso. De este modo el autor sería el propio lector ideal, con el costo de eliminar el efecto estético que tiene la intención de causar. Iser lo llama una “ficción [porque] carece de fundamento” (1987, p.  58).

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