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Mandingas En El Matrimonio


Enviado por   •  4 de Mayo de 2015  •  1.469 Palabras (6 Páginas)  •  678 Visitas

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Sainete

Enviado por ServiotulioR1 25/10/2012 1518 Palabras

SAINETE: MANDINGAS EN EL MATRIMONIO.

PERSONAJES:

SANTIAGO.

LUCRECIA.

MANDINGAS.

ANICETO.

ESCENA UNO.

MANDINGAS. (Aparece saltando, cantando del gusto), este si es mi día, esta es la oportunidad que esperaba, tango porque tengo, que hacer pelear a ésta pareja, para llevármela al mismísimo infierno a chamuscar ese rabo...ja.ja. ja…. (Se esconde en el público).

SANTIAGO. (Aparece como si ha estado en la cocina haciendo algunos oficios domésticos).yo no sé qué hacer con esta mujer, que Dios me la dio como compañera de toda la vida, me resulto bien chismosa, que parece el correo del pueblo; no se comide a nada, ni tampoco le da la gana de avisarme pa donde se va, como que yo estuviera pintado, ella se manda sola, últimamente la noto que ha cambiado, a mi toca hacer los oficios de la casa mientras se la pasa pintándose, frente al espejo, y hablando sola.

LUCRECIA. (Entrando con un espejo y una polvera acabándose de maquillar, y brava). Que estás hablando, solo diciendo tonteras, quejándote de lo que no puedes, porque solo para eso sirves; que la Lucrecia es esto, que la Lucrecia es esto otro, que la Lucrecia es aquello, solo te la pasas maullando y

maullando, como gato chisparoso.( la conciencia me llama).

MANDINGAS. (Llama a Lucrecia y le mete cuentos a diestra y siniestra). Santiago habla muy mal de voz, no te dejes, dile que parece un puerco perezoso, mujeriego, cachón, vago mandón, no te dejes, yo te estaré vigilando, hazme caso y todo nos saldrá a las mil maravillas.

SANTIAGO. Que te crees, que yo no sirvo para nada, muy bien me dices, más, más y más, ahora piensas que soy tu burlesco, pate perro, que vos te mandas sola, ya te pareces a esos perros que cuando les tiran un cuete, ahí mismo salen chillando sin saber por dónde meter el rabo, nada se te quita, si tuvieras la humildad o la gentileza de decirme, mi amor, mijo, mi papucho, mi príncipe, mándame a la calle, ya vengo, me voy a darme una vueltita con mis vecinas, esas parecen ser otras como voz.

MANDINGAS. (La llama a Lucrecia) ya ves como te dice, reacciona, tu si puedes, no te dejes, no te preocupes, que también me lo voy a llevar al chamusquin, porque esta bueno para hacerlo ornado, no está muy gordo, morcillas me saldrán muy mantecudas, chicharon y les daré a todos los que están aquí.

LUCRECIA. Acuérdate cabeza de locrera, dientes de sacha cuy, tronco viejo, que no

sirves para ser leña; que el cura cuando nos caso, dijo te doy a Lucrecia por esposa y no por esclava, y voz clava, que clava te la pasas a la jaulita, para que no se muera la tortolita del frio, y te has vuelto más chocante, más cansón, más amargado, más ordinario, más intenso que ni tu mamá te aguanta, peor yo , ni Aniceto, nuestro hijo, voz me tratas como si fuera tu escritura, o tu tarjeta de crédito, o tu cocinara.

SANTIAGO. Cállate, no lo permito que hables de mi hijo, por el soy capaz de dar la vida, atrevida ,que bichos te picaron, solo recuerdas lo que te conviene, y el cura no diría también, que debes respetarme, amarme, consentirme, hacerme feliz hasta que no se pare, y esto implica no salir de la casa sin permiso de su marido, y desde ahora en adelante no harás nada que me disguste, oíste o se te taparon esas orejas, porque aquí mando yo y punto.

LUCRECIA. A mí no me jodas, si pelea quieres, pelea tendrás, si manga quieres manga tendrás, porque por fin mi conciencia me está funcionando, además como quieres que no salga ,sino no me das de comer, ni de vestir ,no sos capaz de comprar los plátanos, ni de dar la yuca, ni siquiera te comides de meter el tronco de leña al horno, a

miren que buenazo de marido que tengo, la gente a de creer que todo lo que dice es cierto, gran bambaro ahorita te cago y te pongo la mano, donde te puso la teta tu mama, jadéeme no más, ya sabes para que son estas manos.

SANTIAGO. Véanla la mugrosa, ya se puso lechuza, so babosa, así no me decías cuando te conquiste, guevada, cojuda esta; cuando te doy para que va hacer la remeza, no traes falta, las cosas, que estás haciendo con la plata que te sobra, seguirme toreando, porque yo si te meto el cacho por donde más te duele, a mi me respetas, o de lo contrario tu sabes, llamo a Aniceto para que me

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