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Mientras Llueve


Enviado por   •  27 de Marzo de 2012  •  2.059 Palabras (9 Páginas)  •  1.141 Visitas

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Hace diez años Salí de mi pueblo y me radique en esta ciudad aquí conocí a Griselda con la cual me case y luego llegaron mis dos hijos, los logros literarios fueron llegando de poco en poco y de repente me siento transformado por las nostalgias sumido y retomado en el fantasma de Celina.

"Ella lo fue a buscar a un lugar lejano a su diario vivir llamado san Juan del alba. Se fue escondiéndose de todo y de todos, hasta de sí misma. Trataba de olvidarse unas horas de sus obligaciones, de sus responsabilidades y de los seres que la amaban. Iba a verlo a El. A su primera pasión. Aquí conocí a Gisella no era su primer amor, habían existido hombres en su corazón de joven, pero ella no hubiera dado todo por ellos, ni arriesgado todo. Trataba de concentrarse en el paisaje, era un lugar bello al que se dirigía. Aquel recuerdo de Celina, casi siempre se habían encontrado en lugares hermosos por azares del destino ya que dependían de a donde lo enviaban al del trabajo.

Los amores eran poseídos por Celina, mi deseo insaciable de verla casar con aquel hombre mayor y poseedor del dinero de aquel pueblo de mi san Juan del Alba, tal vez por su dinero y por las nefastas noches que le iba a dar.

Aquella noche Celina me escribió para contarme lo que sentía en esos momentos. Pero más aun aquel día martirizo mi tranquilidad al saber que ella seria la culpable de aquel hecho que le marcaría su vida. El solo saber que veinticuatro años de su vida quedarían congelados en aquella prisión.

El recorrer las calles y sentir las lluvias como entran y salen por las alcantarillas me da nostalgia y recuerdo a Celina como si sintiera lo vivido por ella, ese gran amor.

Quería saber quien era esa mujer morena que la involucro en los burdeles de Sogamoso. La lluvia arrecia tan fuerte y declaran el barrio Martín Pérez con alto riesgo de inundación, debo salvarla. En este instante entro por la calle principal donde esta la casa donde ella habita al querer entrar veo un bombero que sale y me pregunta a donde va? Busco a alguien? Y le digo que paso? El me contesta una prostituta que acaban de sacar muerta en una habitación, al entrar veo todas las cosas caídas y observo aquel escritorio con las cartas ocultas de Celina.

Ahora las cartas son mi anhelo de saber de ella, de su vida y la razón para estar en estos lugares.

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Ahora estoy acá en este recinto donde los hombres gozan, en este prostíbulo en esta habitación deslumbrado sin ella, pero entro y reviso y observo las cartas, lo que ella siempre guardo con recelo, en ellas están las cartas que nunca leí, aquí estoy oliendo el estiércol de los arroyos que llegar al rió, húmedo y leyendo tus historias, la cárcel, sus horas de entrada, tus amigas de celda y los momentos que compartiste con ellas, esas notas de nostalgia que relatas como quien siempre cuida lo suyo como un comentarista narra los sucesos fríos y tristes que allí acontecen. Siempre me recordaste y fui tu gran amor. En ellas Celina cuenta su historia de cómo esa desavenencia de amor hacia Jacobo le recordó lo triste que seria pagar ese precio.

En estas cartas expreso lo que se siente estar en prisión bajo los lazos

De unas rejas cubiertas por reglamentos de afán y cubiertas de miradas burlescas y solo se siente la compañía de la soledad, la nostalgia y la tristeza embarga rincón y lugar donde estés.

Los momentos vividos en mi llano pasan por mi mente y lo maldigo por sus alegrías que me diste y por cuanto me dejaste engañar.

Hay que metido en estas paredes hay que reír para no sentir la sombra de la muerte, como llegas horizonte cual naces de la misma tierra hermosa y esplendorosa para llevar luz a los recintos en donde brilla.

Aquí cada amanecer hace parte de la rutina cambiante del progreso diario que conlleva el estar preso.

Hoy te escribo nuevamente Fernando, deseo decirte tantas cosas pero no siento que contarte ya que son tantas los momentos que se bien estando en esta prisión es sentir los bultos ambulantes y deseosos del transitar de las mujeres por estos pasillos que recuerdan como se esta recluido en una cárcel. Es sentir que somos mentiras ambulantes, mintiendo hacemos el amor y rezamos mintiendo.

En estos momentos de soledad te puedo decir no sabes cuanto te extraño Fernando si supieras que fue lo que paso ese día para salpicar esa desdicha cuando entrando a su habitación Fernando me exclamo esas palabras tan profundas “No sabes como vas a pagar esta desdicha”, esas palabras entraron en mi y la desdicha es estar destinado a prisión por estos veinticuatro años. Es sentir el principio de la vida llegando y ultrajando lo mas profundo de nuestra vida es saber que somos invisibles y vivimos una vida de acertijos, somos títeres manejados por la ley del destino y solo la vida nos da estas enseñanzas, solo si Dios existiera no pasarían, cuan profundas son mis creencias y solo se que necesito de Dios para

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