Monografia
Enviado por elesbaan • 21 de Septiembre de 2014 • 1.464 Palabras (6 Páginas) • 313 Visitas
Pero, ¿existen históricamente los yopes?Buscando en los cronistas coloniales de la Nueva España, fray Juan de Torquemada, nos refiere, que los yopes conformaban una Nación muy grande (Torquemada 1615). Más tarde en historiador Manuel Orozco y Berra, menciona que “el territorio de los yopes, yopis o yopimes abarcó entre otras localidades a Acapulco, Tepesuche, Zalzapotla, Acatempa y Xochipila en el estado de Guerrero y muy probablemente la región de Tututepec en Oaxaca. Actualmente se les encuentra reducidos a unos pueblos de Tlapa, mezclados con nahoas y mixtecos, bajo el nombre de tlapanecos.” Dándole el nombre a la comarca Yopitzingo o Yopitzinco. (Orozco 1880)
Antes de los españoles, sólo una parte de la región fu sometida por los aztecas, sin embargo “un gran número (de pueblos) conservó celosamente su independencia en el reino de Yopitzingo (Dehouve 1975). Por la bravura que los caracterizó en el combate, fueron “desde entonces considerados como pueblos bárbaros, incluso peor que el otomí” (Oettinger 1981). Los yopes mantuvieron una cruenta lucha contra la hegemonía azteca, hasta el arribo de los españoles, con quienes sostuvieron iguales enfrentamientos y rebeliones, aún después del sojuzgamiento militar al que se vieron sometidos por estos últimos. En 1531 se registra una importante rebelión, de cuyos sucesos se narran hasta el presente, en la región de la costa de Guerrero y Oaxaca. (Reyna 1987. Manzano 1991).
Los lingüistas han considerado que los yopes hablaban una lengua emparentada con los popolocas, asentados entre Puebla y Oaxaca (Brinton 1891). Los chocholtecos o chochopopolocas, son considerados descendientes de los toltecas que procedían de Tula, pueblo con un alto desarrollo cultural (Cubas 1876). Actualmente, la lengua yopi o tlapaneca, está considerada como miembro del tronco Otomangue, al cual pertenecen la mayoría de las lenguas habladas en Oaxaca como el zapoteco, mixteco, chocholteco, mazateco, amuzgo, cuicateco, chatino, etc. (Suárez 1995)
XIPE TOTEC Y EL SACRIFICIO GLADIATORIO, DURANTE LA CELEBRACIÓN DEL TLACAXIPEHUALIZTLI. Ilustración en Fray Diego Duran. 1576-8
¿El Yope como Señor de la Primavera recibe el año nuevo zapoteca?
El historiador Cecilio Rabelo, señaló a Xipe Totec como divinidad principal de los yopis y “según otra versión también era dios de los zapotecos, siendo posible que lo fuese generalmente de todos aquellas naciones que vivían hacia la costa del Pacífico” (Rabelo 1905) También el notable investigador Alfonso Caso corrobora la noticia al señalar que “el dios Xipe Totec, entre los aztecas lo llamaban Yopi, parece que los habitantes de la altiplanicie mexicana consideraban a Xipe como un dios que había sido importado desde muy antiguo de la región de Oaxaca, bien sea de la región de los yopis-tlapanecas o bien de la región zapoteco. En realidad Xipe es un dios muy antiguo… En lo que sí estamos muy seguros es que los habitantes de Monte Albán, en las épocas I y II (500 aC a 450 dC) ya conocían al dios Xipe.”(Caso y Bernal 1952) “Por eso Xipe se llama también Yopi” (Caso 1969)
El arqueólogo Román Piña, considera a Xipe el dios de la Primavera o la renovación de la vegetación, era el patrón de los joyeros (Piña 1967). Edgar Seler apuntó que en la capital de México, está deidad fue conocida bajo el nombre de Macuil-xochitl “5 Flor”, Quije –quilli “Guirnalda de flores” entre los zapotecas y fue vista como una divinidad de la suerte, los juegos y las artes (Seler 1894). La celebración de esta divinidad era en el primer mes de veinte días del calendario azteca; esta veintena tenía el nombre de Tlacaxipehualiztli, iniciándose el 20 o 21 de marzo (Durán 1576. Torres 1979)
La fiesta del Tlacaxipehualiztli coincidía con el equinoccio de primavera, en ella se hacía ofrecimientos al Sol. Los españoles interpretaron el nombre de está veintena como el “desollamiento de hombres”, y quizá como parte de su campaña de desprestigio cultural hacia los pueblos mesoamericanos, escribieron que se realizaban sangrientos sacrificios humanos o combates gladiatorios que protagonizaban nobles condenados por corrupción, armados con escudo y macanas de plumas contra guerreros verdaderamente armados; donde una vez victimados eran desollados y uno de los sacerdotes se vestía con la piel, como aparecen algunas representaciones en cerámica de Monte Albán y el centro del país. (Durán 1576)
El maestro Arturo Meza interpreta el término Tlacaxipehualiztli como “la transformación de los hombres”. Esta renovación está íntimamente relacionada con el cambio estacional. El fin del invierno y el inicio
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