Morir en sabado
Enviado por Alfredo Baca • 15 de Julio de 2020 • Ensayo • 442 Palabras (2 Páginas) • 1.000 Visitas
A lo largo de la historia, nuestra cultura se ha enriquecido con una gran cantidad de folklore que nos representa como nación. Dicen que "lo único de lo que podemos estar seguros es de la muerte", Sin embargo, más allá de pronunciar el dicho es poco el grado de conciencia que hacemos internamente sobre este tema. Si bien durante nuestra vida hemos sufrido la pérdida de nuestro padre, madre, hermanos, hijos y/o amigos, sintiéndonos identificados con la historia del autor, en el cual nos hace sentir los procesos de confusión, dolor, enfermedad y tristeza similares a los que algunas veces llegamos a pasar por dichas pérdidas.
No hay duda de que el dolor es inevitable, con los años, nos hemos reído en varias situaciones, una de las cuales es la muerte. Incluso hemos escuchado bromas al respecto, la tradición mexicana de la muerte, se basa en hermosos rituales de preparación experimentados por estados como Pátzcuaro, Mixquic, Puebla, Oaxaca, etc. Por lo tanto, me atrevo a decir que esto no es que no respetemos la muerte, sino que podemos verla como otra celebración de la vida humana.
Sin embargo, esta visión de respeto y celebración no alivia el miedo y el dolor de aquellos que tuvieron que enfrentar la muerte tan temprano, aquellos padres que no logran dar respuestas al porqué de la muerte de un hijo y sobre todo porqué una enfermedad como el cáncer que parece consumir hasta el último aliento de vida de una persona y de las maneras más dolorosas.
No hay duda de que es difícil entender la muerte de una persona, y aún más cuando la muerte es de un niño, "Morir el sábado" muestra y nos enseña, que la experiencia y las enseñanzas no provienen de la edad de la vida, sino de la intensidad con la que debemos vivir cada, día, minuto y año de nuestra vida, y la importancia de las personas que nos rodean, así como también nos muestra la importancia de tener vida, un espíritu sano, a pesar de la enfermedad física.
Este libro me hace reflexionar y valorar cada día de mi vida, ya que muchas veces no apreciamos lo que tenemos, como por ejemplo el poder levantarnos un día más, el abrir los ojos y ver un nuevo amanecer, el saber que nuestros dolores o enfermedades que nos asechan son insignificantes a diferencia de muchas más personas con enfermedades terminales, la historia de estos cinco niños que padecen cáncer avanzado, y con solo unos pocos años de vida, nos da una gran lección de vida ya que a pesar de la terrible enfermedad de los pequeños, estos nunca dejaron de sonreír
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