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NEOCLASICISMO


Enviado por   •  25 de Marzo de 2014  •  1.681 Palabras (7 Páginas)  •  198 Visitas

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Rosana en los fuegos

Del sol llevaba la lumbre,

y la alegría del alba,

en sus celestiales ojos

la hermosísima Rosana,

una noche que a los fuegos

salió, la fiesta de Pascua,

para abrasar todo el valle

en mil amorosas ansias.

Por doquiera que camina

lleva tras sí la mañana,

y donde se vuelve rinde

la libertad de mil almas.

El céfiro la acaricia

y mansamente la halaga,

los Amores la rodean

y las Gracias la acompañan.

Y ella, así como en el valle

descuella la altiva palma

cuando sus verdes pimpollos

hasta las nubes levanta,

o cual vid de fruto llena

que con el olmo se abraza

y sus vástagos extiende

al arbitrio de las ramas;

así entre sus compañeras

el nevado cuello alza,

sobresaliendo entre todasDRosana en los fuegos

Del sol llevaba la lumbre,

y la alegría del alba,

en sus celestiales ojos

la hermosísima Rosana,

una noche que a los fuegos

salió, la fiesta de Pascua,

para abrasar todo el valle

en mil amorosas ansias.

Por doquiera que camina

lleva tras sí la mañana,

y donde se vuelve rinde

la libertad de mil almas.

El céfiro la acaricia

y mansamente la halaga,

los Amores la rodean

y las Gracias la acompañan.

Y ella, así como en el valle

descuella la altiva palma

cuando sus verdes pimpollos

hasta las nubes levanta,

o cual vid de fruto llena

que con el olmo se abraza

y sus vástagos extiende

al arbitrio de las ramas;

así entre sus compañeras

el nevado cuello alza,

sobresaliendo entre todas

cual fresca rosa entre zarzas.Rosana en los fuegos

Del sol llevaba la lumbre,

y la alegría del alba,

en sus celestiales ojos

la hermosísima Rosana,

una noche que a los fuegos

salió, la fiesta de Pascua,

para abrasar todo el valle

en mil amorosas ansias.

Por doquiera que camina

lleva tras sí la mañana,

y donde se vuelve rinde

la libertad de mil almas.

El céfiro la acaricia

y mansamente la halaga,

los Amores la rodean

y las Gracias la acompañan.

Y ella, así como en el valle

descuella la altiva palma

cuando sus verdes pimpollos

hasta las nubes levanta,

o cual vid de fruto llena

que con el olmo se abraza

y sus vástagos extiende

al arbitrio de las ramas;

así entre sus compañeras

el nevado cuello alza,

sobresaliendo entre todas

cual fresca rosa entre zarzas.Rosana en los fuegos

Del sol llevaba la lumbre,

y la alegría del alba,

en sus celestiales ojos

la hermosísima Rosana,

una noche que a los fuegos

salió, la fiesta de Pascua,

para abrasar todo el valle

en mil amorosas ansias.

Por doquiera que camina

lleva tras sí la mañana,

y donde se vuelve rinde

la libertad de mil almas.

El céfiro la acaricia

y mansamente la halaga,

los Amores la rodean

y las Gracias la acompañan.

Y ella, así como en el valle

descuella la altiva palma

cuando sus verdes pimpollos

hasta las nubes levanta,

o cual vid de fruto llena

que con el olmo se abraza

y sus vástagos extiende

al arbitrio de las ramas;

así entre sus compañeras

el nevado cuello alza,

sobresaliendo entre todas

cual fresca rosa entre zarzas.Rosana en los fuegos

Del sol llevaba la lumbre,

y la alegría del alba,

en sus celestiales ojos

la hermosísima Rosana,

una noche que a los fuegos

salió, la fiesta de Pascua,

para abrasar todo el valle

en mil amorosas ansias.

Por doquiera que camina

lleva tras sí la mañana,

y donde se vuelve rinde

la libertad de mil almas.

El céfiro la acaricia

y mansamente la halaga,

los Amores la rodean

y las Gracias la acompañan.

Y ella, así como en el valle

descuella la altiva palma

cuando sus verdes pimpollos

hasta las nubes levanta,

o cual vid de fruto llena

que con el olmo se abraza

y sus vástagos extiende

al arbitrio de las ramas;

así entre sus compañeras

el nevado cuello alza,

sobresaliendo entre todas

cual fresca rosa entre zarzas.Rosana en los fuegos

Del sol llevaba la lumbre,

y la alegría del alba,

en sus celestiales ojos

la hermosísima Rosana,

una noche que a los fuegos

salió, la fiesta de Pascua,

para abrasar todo el valle

en mil amorosas ansias.

Por doquiera que camina

lleva tras sí la mañana,

y donde se vuelve rinde

la libertad de mil almas.

El céfiro la acaricia

y mansamente la halaga,

los Amores la rodean

y las Gracias la acompañan.

Y ella, así como en el valle

descuella la altiva palma

cuando sus verdes pimpollos

hasta las nubes levanta,

o cual vid de fruto llena

que con el olmo se abraza

y sus vástagos extiende

al arbitrio de las ramas;

así entre sus compañeras

el nevado cuello alza,

sobresaliendo entre todas

cual fresca rosa entre zarzas.Rosana en los fuegos

Del sol llevaba la lumbre,

y la alegría del alba,

en sus celestiales ojos

la hermosísima Rosana,

una noche que a los fuegos

salió, la fiesta de Pascua,

para abrasar todo el valle

en mil amorosas ansias.

Por doquiera que camina

lleva tras sí la mañana,

y donde se vuelve rinde

la libertad de mil almas.

El céfiro la acaricia

y mansamente la halaga,

los Amores la rodean

y las Gracias la acompañan.

Y ella, así como en el valle

descuella la altiva palma

cuando sus verdes pimpollos

hasta las nubes levanta,

o cual vid de fruto llena

que con el olmo se abraza

y sus vástagos extiende

al arbitrio de las ramas;

así entre sus compañeras

el nevado cuello alza,

sobresaliendo entre todas

cual fresca rosa entre zarzas.Rosana

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