Nos encontramos ante un fragmento de “Manual de Instrucción de Enfermeros” de Andrés Fernández
Enviado por jorge garrigos • 7 de Noviembre de 2016 • Documentos de Investigación • 1.173 Palabras (5 Páginas) • 282 Visitas
Nos encontramos ante un fragmento de “Manual de Instrucción de Enfermeros” de Andrés Fernández, un enfermero de vital importancia para la historia de nuestro oficio que vivió durante el siglo XVII. Concretamente nos encontramos ante la introducción de dicho libro.
Este texto lo podríamos clasificar como una Fuente primaria, ya que ha sido escrita por el propio Andrés Fernández, también es un texto histórico- sanitario, pues se trata de un manual para enfermeros del Siglo XVII, escrito además en Castellano Antiguo.
En la introducción, comienza explicando los motivos que le han llevado a escribir el manual de enfermeros, una profesión que como afirma el autor en dicha época se encontraba en el olvido. El autor nos muestra su amor hacia la enfermería así como su deseo de ejercitarla lo mejor posible, introduciendo también la salud como un bienestar no sólo físico, sino espiritual. En esta parte del texto se puede apreciar como la enfermería estaba ligada a la fé. Citando a San Pablo nos explica de forma precisa que las personas dedicadas al cuidado de enfermos han de hacerlo con caridad y amor, con esto y con lo que el autor expone anteriormente podemos ver la idea de que uno debe sentir amor por lo que hace, pues este todo lo puede. Posteriormente cita a Bernardino de Obregón, su maestro y fundador de Los Obregones que les daba palabras de ánimo, y en sus enseñanzas tratar al prójimo con amor y cariño, como si fuese a sí mismo, recordando así las palabras que Cristo dio a sus apóstoles “Ama al prójimo como a ti mismo”, pudiendo apreciarse cómo estaba ligada esta profesión a la fé cristiana. A continuación hace una cita a las conocidas Bienventuranzas de Cristo, y expone que el que cuida y sirve al enfermo tendrá su recompensa en la otra vida, que es la meta del ser humano, de nuevo la influencia de la fé cristiana presente, pero esta vez con el mensaje de que el que cuidando al enfermo, habrá recompensa en el Reino de los Cielos, y que se deben de afrontar toda clase de dificultades para llegar hasta ella. El autor nos incita a no rendirnos por muy difícil que sea el camino. Finalmente, explica con brevedad el porqué del tratado y que de gracias a Dios por él, pues este es el autor de todo (filosofía de Sto. Tomás) claro ejemplo del pensamiento de la época.
Una vez analizadas y resumidas las ideas del texto vamos a situarlo en el contexto histórico, social y cultural. Nos encontramos ante un manual del Siglo XVII, que junto con el XVI son conocidos como los Siglos de Oro Españoles. El siglo XVII en España es conocido como el siglo Barroco, durante esta época tenemos los reinados de los conocidos “Austrias Menores”; Felipe III, Felipe IV y Carlos II, estos reyes olvidaban la importante labor que debía hacer la monarquía y dejaron el gobierno en manos de validos tales como el Duque de Lema o el Conde Duque de Olivares, siguiendo la tradición española de querer imitar todo lo que hacen el resto de países de Europa (Ej, Cardenal Richelieu en Francia). La dejadez de estos reyes por su país, tiró por la borda el trabajo de Carlos I y de Felipe II, puestos malgastaron el dinero de las arcas en guerras. Así, España entró en una época de decadencia, en los campos sociales y económicos, podemos destacar la epidemia de Peste Negra de la época. A pesar de todo este panorama sombrío, es la época de máximo esplendor de la cultura española, pues en este siglo de publica “El Quijote” y tenemos a grandes personajes como Quevedo, Velázquez, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, entre otros. A pesar de estos personajes de enorme importancia para nuestra cultura, en Europa se produce la Revolución Científica, con personajes como Francesco Redi, Galileo, Newton, Descartes, Kepler… y España, debido a su decadencia se queda al margen de esta, aunque son destacables en el campo de la medicina a la Condesa de Chinchón y de Andrés Laguna. Con respecto a la enfermería, mientras que en otros países se sufren las consecuencias de la Reforma protestante, y muchas órdenes religiosas dedicadas a los cuidados fueron suprimidas, España se mantuvo al margen de eso y siguió conservando las tres órdenes religiosas destacadas que se dedicaban a los cuidados del enfermo: Los Belemitas, la Orden de San Juan de Dios y la Mínima Congregación de los Enfermeros Pobres, conocida popularmente como “Los Obregones”, a la que pertenece nuestro autor. Gracias a esto y a la reforma hospitalaria que emprende Felipe II la enfermería sigue avanzando y se observan avances como la recepción, registro y clasificación de enfermos, la jerarquización de funciones atendiendo a la cualificación personal, registros de la actividad, consiguiendo así una visión más científica de la profesión y una mejor definición de la actividad de la enfermería. Considero importante destacar, para ver el avance de la profesión del enfermero, que las labores del médico en la época eran algunas como la valoración e interpretación del pulso del paciente y análisis de orina, tareas que, realizan hoy en día los enfermeros. En cuanto a centros dónde se desarrollase la actividad de la enfermería cabe destacar el Hospital de Sta. Ana dónde trabajaba Bernardino de Obregón, fundador de los Obregones, dicho hospital se mantenía con limosnas. Otros hospitales fueron el de Guadalupe y el de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza. Es importante no olvidar que la enfermería también era ejercida por las mujeres, pero en esta época como parteras, curanderas y atendiendo enfermos en los hogares. Otro fruto de los trabajos enfermeros de la época es “Directorio de Enfermeros”, de Simón López.
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