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Ortografia


Enviado por   •  11 de Julio de 2015  •  1.276 Palabras (6 Páginas)  •  343 Visitas

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LA ORTOGRAFÍA: Ensayo sobre su pertinencia en el siglo XXI

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El español es una lengua que está constituida por innumerables reglas que pretenden guiar su empleo. Tales reglas, han sido aglomeradas dentro de una disciplina llamada gramática de la cual, se desprende la ortografía que viene a ocuparse del estudio de la escritura correcta. En efecto, la RAE (2010) establece:

La ortografía contribuye decisivamente a evitar la dispersión en la representación gráfica de una misma lengua, dispersión que, llevada al extremo, haría difícil y hasta imposible la comunicación escrita entre sus hablantes y comprometería su identificación como miembro de una sola comunidad lingüística. (p. 15)

Sin embargo, en los últimos tiempos se ha venido discutiendo sobre la necesidad de jubilar la ortografía e incluso algunos extremistas, más recientemente, han sentenciado que la ortografía es un código de exclusión. Por lo que en este ensayo, nos proponemos a defender la justa tradición de mantenernos firmes en el empleo de las reglas ortográficas como forma de cuidar la unidad del idioma a lo largo y ancho de nuestro mundo, por considerar que es vital para nuestra lengua respetar sus principios básicos constitutivos.

El mundo está lleno de reglas, ellas van desde las establecidas por Dios hasta las que mantenemos en nuestras casas pasando por las leyes de tránsito y las normas ortográficas, por lo que hablar de exclusión en cuanto a la aplicación de un grupo de normas dentro de un idioma es absurdo. Así como los mandamientos, son una guía para nuestra vida en el mundo, las reglas ortográficas lo son para la escritura y más que verlas como una forma de sanción o castigo para quienes las incumplen, hay que entender el verdadero sentido para el cual fueron establecidas que es dirigir y orientar nuestra escritura.

Así mismo, tenemos que destacar que en muchos casos el conocimiento nos hace sentir poderosos y no todos sabemos canalizar ese poder de forma adecuada porque mientras unos emplean lo que aprenden para enseñar a los demás, otros lo usan para humillar y sentirse superiores, pero eso no tiene nada que ver con el dominio de la pobre ortografía, sino más bien con la actitud que cada uno tome ante la vida y eso no nos da derecho a solicitar la jubilación de la misma.

A manera de ilustración, imaginémonos la siguiente situación: un domingo en misa, nos encontramos a una de esas señoras que se las pasa día y noche rezando y que se conocen la palabra de Dios al revés y al derecho, les preguntamos algo y no solo nos mira como a un insecto, sino que también nos contesta de mala manera. Una persona de poca fe diría que por eso no cree en Dios y vive como se le da la gana y que quizás las leyes de Dios son pura charlatanería. Otra persona que sí tiene una gran devoción, no le daría importancia porque a la final va a la iglesia por Dios y no por los hombres, así que pensaría que el pecado lo lleva quien actuó mal. De tal manera, que la persona de poca fe podría pedir que se jubilara la Ley de Dios porque a la final ni siquiera los que la predican, la practican, mientras que la segunda persona se aferraría a la importancia de mantener en vigencia dichos mandamientos por ser ellos los que nos orientan el comportamiento, incluso, en situaciones tan difíciles como esas, donde de seguro, la segunda persona simplemente recordaría el más importante de todos los mandamientos: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Otro caso, podría ser el de las señales de tránsito. Imaginémonos ahora un típico lunes al mediodía cuando todos salimos a la calle casi al mismo tiempo, montarnos en nuestro carro y encontrarnos que no sabemos si agarrar a la derecha o la izquierda

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