POESÍA DRAMÁTICA

El género dramático es un género literario en continuo acenso. Inicialmente, creado para la manifestación teatral ha llegado a convertirse en una delicia literaria, además de trascender al séptimo arte: El cine.

Esté género está destinado a ser representado por personajes sobre los cuales cae la acción dramática de la obra. Los diálogos constituyen un elemento principal y diferenciador con los otros géneros literarios.

La clasificación de los subgéneros procede de la división teatral clásica en tragedia, comedia y drama, establecida a través de las relaciones del espectador con los protagonistas y sus conflictos. Es decir, a través de una confrontación entre realidad y ficción.

La tragedia, es el más antiguo y el que más fruto ha dado a lo largo de la historia de la literatura, desde los tiempos de Sófocles y Esquilo hasta García Lorca, pasando por Shakespeare y los genios del barroco.

En esta oportunidad nos detendremos en una tragedia que ha sobrevivido y se ha mantenido en la tradición culta, gracias al interés que ha suscitado en estudiosos de las lenguas y literaturas clásicas.

“Casi me atrevería a decir que Edipo rey fue la primera gran conmoción intelectual de mi vida. Ya yo sabía que iba a ser escritor y cuando leí aquello, me dije: Éste es el tipo de cosas que quiero escribir”.

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Sófocles escribió Edipo rey, sobre uno de los reconocimientos dramáticos más eficaces de la literatura. La anagnórisis, un recurso narrativo que fundamentó el éxito de su obra.

Después de matar al rey de Tebas y convertir a la reina viuda en su esposa, Edipo descubre que en verdad ha asesinado a Layo, su propio padre y se ha casado con su madre, Yocasta.

Aristóteles define la anagnórisis como el «cambio desde la ignorancia al conocimiento, para amistad o para odio, de los destinados a la dicha o al infortunio». Este recurso, nacido de la tragedia clásica, fue muy utilizado en el teatro del siglo XVII, y resulta especialmente eficaz en los guiones cinematográficos para provocar conflictos, tanto en la acción como en el mundo interior de los personajes.

Después del momento de la anagnórisis, cómo es de esperar en la tragedia clásica y a diferencia de los finales hollywoodenses [happy- end], hace que Edipo, al ser víctima de funestas pasiones y como consecuencia del asesinato de Layo, rey de Tebas [Harmatia], sea conducido a la catástrofe, y hace que desesperadamente, Edipo termine arrancándose los ojos.

El error trágico del asesinato de Layo es justificado [Dianoya], al ignorar Edipo que se trataba de éste. Dicha justificación es generada por el conjunto de facultades y caracteres que conforman al héroe [Ethos]

identificando al espectador con

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