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Poesía dramática


Enviado por   •  10 de Octubre de 2021  •  Documentos de Investigación  •  609 Palabras (3 Páginas)  •  106 Visitas

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Poesía dramática

La poesía dramática es aquella cuya acción se desarrolla mediante los diálogos, por lo que tiene un gran emparentado al teatro, estos textos narran los acontecimientos vitales de los personajes y encarna sus pasiones e ideas. Generalmente la acción de la poesía dramática suele ser humana, aunque en algunos textos se han introducido a dioses y personajes alegóricos. De todas formas, estos seres adoptan la naturaleza humana al momento de aparecer en los versos. También se señala que la acción dramática debe ser verosímil.

Se dice que esta poesía surgió con la decadencia de la poesía lírica, pues esta se recitaba en pequeños círculos. En cambio, la poesía dramática era un genero popular que se representaba ante todo el pueblo.

Estos poemas se pueden dividir en tres: la tragedia, la comedia y el sainete.

Se puede asumir qué enfoque le dará cada una de las divisiones al poema simplemente por el nombre, pero:
- La tragedia busca producir catarsis en el receptor. Se caracteriza por resaltar la acción sobre los caracteres y por culminar con algún acontecimiento trágico.
- La comedia, tiene como centro la comicidad. Sus personajes representan los vicios y defectos de los seres humanos, mientras que los conflictos suelen ser presentados como posibles en la vida real. Se presenta una solución alegre al conflicto.
- El sainete, trata el asunto del texto de forma jocosa, es decir de forma burlesca o bromista.

Entre los principales autores de poesía dramática, aparecen Plauto, Terencio y Séneca.

Ejemplo de poesía dramática:

“Fragmento del eunuco de Publio Terencio Africano”

Acto I

Escena I

FEDRO, PARMENÓN.

FEDRO.- ¿Pues qué haré? ¿Será bien que vaya ahora que ella de su
voluntad me llama, o será mejor que me esfuerce a no sufrir afrentas
de rameras? Echome y ahora me torna a llamar: ¿Volveré? No, así me
lo ruegue.

PARMENÓN.- A fe, a fe que si tú pudieses hacer eso, nada mejor ni
más propio de un hombre. Pero si lo emprendes y no perseveras en
ello firmemente, cuando no pudiéndolo tú sufrir, sin llamarte nadie
y sin hacer las paces, vinieres a su casa mostrando que la amas y
que no puedes soportar su ausencia, acabado has, no hay más que
hacer, perdido eres. Burlarse ha de ti cuando te sintiere rendido.


FEDRO.- Por tanto, tú, ahora que es tiempo, míralo muy bien.

PARMENÓN.- Señor, cuando la cosa en sí no tiene consejo, ni manera
ninguna, nadie puede regirla ni tratarla con consejo. En el amor hay
todas estas faltas: agravios, sospechas, enemistades, treguas,
guerras, luego paces. Quien cosas tan inciertas pretendiese regirlas
con razón cierta, sería como quien quisiese hacer el loco con buen
seso. Y todo eso que tú ahora piensas entre ti, muy colérico y
airado: «¿Yo... a una mujer que al otro... que a mí... que no...?
Poco a poco; ¡más quiero morir! Ya verá quién soy yo»; todas estas
palabras las pagará ella, a buena fe, con una falsa lagrimilla, que,
a fuerza de restregarse los ojos, hará ella salir por fuerza, y te
acusarás a ti mismo, y tú voluntariamente le darás de ti entera
venganza.

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