Pedro el escamoso

Etapa de circulación, análisis de Pedro el Escamoso (telenovela colombiana 2001-1003)

De las tres etapas propuestas por Stuart Hall en su modelo de análisis aquí se tendrá en cuenta únicamente la segunda, puesto ella corresponde con los modos en que el lenguaje audiovisual (los signos icónicos, lingüísticos y los formatos narrativos) se ponen en relación para crear sentido. Es por ello que el presente estudio de caso, sobre la telenovela Pedro el escamoso supone un análisis juicioso de las formas en que se articulan los tres aspectos ya mencionados.

Para el desarrollo de la clase es necesario en primer lugar ver, con todo el curso, el primer capítulo de la telenovela elegida (Pedro el Escamoso), luego debemos centrarnos en el género narrativo empleado, el cual debe definirse y contextualizarse. Además de esto, es necesario hacer alusión a la manera en que los mensajes lingüísticos e icónicos son el principal recurso para crear un vínculo entre el producto comunicativo y las clases populares.

Aspectos narrativos a tener en cuenta

El género narrativo: El melodrama

El formato: la telenovela

El melodrama es un género narrativo que tuvo su origen en el siglo XVIII y que en ese entonces, carecía de diálogos, por lo cual requirió de una serie de artificios, histriónicos, musicales y escenográficos para facilitar su comprensión por parte del público. En sus inicios, el melodrama, fue considerado como un género vulgar, pues su disposición a la exagerar los sentimientos lo mantuvo asociado a la masa, distanciándose así de las clases más privilegiadas, las cuales buscaron caracterizarse por el control de sus emociones (Martín-Barbero, 1992, 41). Hacia el siglo XIX, el melodrama se convierte en la expresión pública de la sensibilidad popular, ratificando así la distancia que mantendrá con la burguesía. Su origen y orientación popular determinan la principal característica de este género narrativo, su economía en el lenguaje y a la vez, su tendencia a subrayar los recursos visuales y musicales que rodean la acción. Esta disposición del material audiovisual empleado para producir una identificación emocional, se complementa con una caracterización de los personajes que busca establecer una correspondencia entre el aspecto físico y el tipo moral (Martín-Barbero, 1992, 43-44). Esto lleva a la reproducción estereotipada de la realidad, que se ajusta a la historia que se narra.

Este género busca la producción de situaciones asociadas previamente a un conjunto de sentimientos básicos: miedo, entusiasmo, lástima y risa. Por su parte, los personajes que participan en estas situaciones cumplen roles preestablecidos, como los mencionados por Martín-Barbero. Para dinamizar esta estructura, el melodrama propone dos operaciones: la esquematización y la polarización. La primera está orientada a lograr el fácil reconocimiento por parte de las audiencias, por ello, los personajes, antes de tener un mundo interior, particular e individual, son formateados por estereotipos con los que el espectador esté familiarizado. La polarización, por su parte, subraya las diferencias entre los personajes buenos y malos haciendo que la trama de la historia se centre en la relación antagónica entre el traidor y la víctima.

Análisis

1. Aspectos narrativos:

Según la definición aquí expuesta sobre el melodrama, cuáles son las situaciones asociadas previamente a sentimientos básicos como el miedo, la lástima y la risa:

El lio de fadas: Es el hecho que da a conocer al protagonista y nos permite saber el porqué del título del dramatizado “Pedro el escamoso”. Presenta entonces a un galán de pueblo, el cuál tiende a enamorar a muchachas de su propio pueblo y luego las abandona. Cuando la joven abandonada tiene un respaldo masculino, el engaño del galán puede ser castigado con la muerte o, en ocasiones, con un matrimonio forzado. En el caso de Pedro podemos ver que la mujer engañada tiene unos hermanos (los Chávez) que buscan restablecer su honor enfrentando al protagonista.  

 Este lío de faldas, no solo muestra al protagonista, sino que se conecta con el público al que se dirige. Por un lado, hace evidente la cultura machista colombiana, al quedar establecido que una mujer pierde su honor al mantener trato romántico o sexual con un hombre con el cual no tiene un compromiso serio. Además de esto, este aspecto de la cultura se ratifica mucho más en la escenificación de la telenovela, pues la persecución de los Chávez contra Pedro Coral deja claro que los hombres pueden restablecer el honor femenino. Por otro lado, este tipo de historias son bastante conocidas en el contexto nacional. Aquí debe pensarse en las historias sobre vecinos de barrio o personas de pueblos cercanos que podían identificarse con el calificativo galán de pueblo. Lo cual resalta que esta narración está bastante distribuida en la cultura. En ocasiones esta situación es violenta y trágica, pero en esta telenovela es cómica. No nos muestra en un villano engañador de muchachitas, sino a mujeriego buena gente.

La hija ilegítima: Un recurso muy usado en las telenovelas. En México la mayoría de las telenovelas tradicionales centran su historia en este problema. En tales dramatizados la protagonista, por lo general, es una persona a quien le han arrebatado su identidad al negarle un apellido y con esto un lugar social oficial como hija legítima de su padre. En el caso de Pedro el Escamoso no es diferente, la situación del triángulo amoroso que deja como resultado un hijo ilegítimo, es el modo en que presentan a la protagonista y otras coprotagonistas importantes en la serie. Se narra la historia de un hombre, Juan Pacheco, que ha hecho una fortuna con su trabajo y que tiene un hogar con su esposa e hijas. Pero también tiene otro hogar con su amante y una hija ilegítima. Aquí podemos ver como la familia legítima es el recurso usado para caracterizar a algunos sectores de las clases populares, aquellos que comúnmente se conocen como levantados, personas que adquirieron dinero en el transcurso de su vida (puede ser con trabajo como en este caso, o de manera ilícita como los narcotraficantes). Su vivienda, su ropa, pero sobre todo en la manera escandalosa en que suelen expresarse serán aspectos de lo popular que hacen evidente la conexión entre la familia Pacheco y el público al que se dirige la telenovela (familias de estratos 1 y 2). Por su parte, la amante es una mujer trabajadora, sencilla, recatada y su hija es una joven que ha sabido aprovechar las oportunidades, ha estudiado, ha viajado y le ayuda a su mamá económicamente. Se lleva bien con ella y le muestra su cariño, respaldo y respeto de manera permanente.  

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