Pensamiento Complejo
Enviado por anasorcia • 13 de Abril de 2013 • 1.697 Palabras (7 Páginas) • 396 Visitas
INTRODUCCIÓN
Hace algunas décadas, el proceso de formación estaba centrado fundamentalmente en la enseñanza. Por este motivo, eran altamente valorados los conocimientos que el profesor podía transmitir a sus estudiantes y las formas de hacerlo y preocupación central en relación con sus intervenciones docentes era la de estructurar las formas en que él podía exponer y presentar los contenidos a los estudiantes.
Por otro lado, los estudiantes asumían una actitud más pasiva hacia su aprendizaje, en tanto su tarea era la de recordar lo que el docente transmitía y gran parte de la responsabilidad era relegada al profesor. Las estrategias más usadas en el marco de este modelo eran las relacionadas con la clase magistral y la evaluación a través de ejercicios de memoria.
Además, la formación no se limita a una formación inicial, ni confinada únicamente en las instituciones educativas, sino que se valora el aprendizaje a lo largo de la vida. Por esta razón, en las sociedades del conocimiento adquiere mayor relevancia aprender a aprender. Dada la constante renovación de conocimientos y la complejidad de las realidades actuales, la innovación también adquiere un papel preponderante.
Estos cambios imponen retos a la educación y a sus metodologías. Ya no es central la enseñanza, sino el aprendizaje, que se puede hacer en muchos espacios y de diferentes formas; esto quiere decir que los tiempos para el aprendizaje no se limitan a la clase en el aula sino que incluyen muchos otros espacios. También, cambian los procesos cognitivos que se privilegian en el aprendizaje y su impacto en las llamadas sociedades del conocimiento.
Dentro de los procesos de aprendizaje se incluyen ahora: conocimientos, conceptos, habilidades, competencias y actitudes. Además, se involucra la relación entre el conocimiento y su comprensión. En este nivel, la comprensión permite establecer conexiones entre eventos y cosas, poder explicar estas relaciones y hacer predicciones sobre panoramas futuros (Ranson, Martin, Nixon, & McKeown, 1996).
En los tiempos actuales la educación tiene mucho que decir y hacer. La educación como formación humana, como "instrucción del pensamiento… y dirección de los sentimientos", según la concepción martiana, deviene cauce central ante la necesidad de dar respuesta a los desafíos del siglo XXI: Crear hombres con ciencia y con conciencia, desarrollar una cultura del ser capaz de enfrentar la problemática actual..
Sin embargo, se exponen las siguientes preguntas: ¿Qué ejemplos de soluciones a problemas sociales contemporáneos conocen que sean el resultado del trabajo de las ciencias sociales y las humanidades? ¿Cómo pueden ser enseñadas las competencias para la vida a lo largo de toda la vida en un mundo en cambio rápido y constante? ¿Qué es el concepto de pensamiento complejo, y cuál es la importancia de introducir este concepto en la práctica docente?
Este glosario de preguntas, por sí mismo, da cuenta que estamos abocados en una crisis de la educación, que no puede resolverse desde la educación misma. No obstante, de manera general en América Latina, la educación sigue centrada en la docencia y no en el aprendizaje; en el profesor y no en los estudiantes; en los contenidos y no en la resolución de problemas ni en el desarrollo efectivo de competencias. Es frecuente que no se propicie el aprendizaje autónomo y el pensamiento independiente, ni que se utilicen o generen enfoques novedosos o alternativos que se adapten a las nuevas realidades que deben enfrentar los estudiantes. Si bien esto no quiere decir que no seamos docentes comprometidos o instituciones preocupadas por el tema, aún no se ha dado una verdadera transformación en los sistemas educativos.
EL PENSAMIENTO COMPLEJO Y LAS COMPETENCIAS
Las Humanidades y las Ciencias Sociales comparten con otras disciplinas y áreas de conocimiento la misión de otorgar a los individuos y a las sociedades de conocimientos, capacidades e instrumentos para expandir sus posibilidades de desarrollo y progreso, el alcance de niveles de bienestar y convivencia satisfactorios, el logro de mayores niveles de justicia y equidad. A la vez, estas disciplinas son responsables de la intervención de opciones de cambio, la anticipación de riesgos, y la definición de proyectos y cursos de acción posibles y deseables.
Sin lugar a dudas, en el siglo XXI, las Ciencias Sociales y las Humanidades han hecho contribuciones fundamentales para la comprensión de la vida económica, política y social de las naciones y han participado en la consolidación de los sistemas democrático y educativo. En la actualidad, a las Ciencias Sociales y a las Humanidades les corresponde cumplir un papel relevante en el contexto de la sociedad del conocimiento, no sólo porque, en sí mismas, son fuentes de conocimiento académicamente relevante y socialmente significativo, sino también por su contribución a definir y orientar estrategias de cambio en las políticas públicas, en la participación ciudadana, en la opinión pública informada y en la democratización del sistema político y de la sociedad.
Sin embargo, para enfrentarse a un mundo cambiante, los docentes debemos también tener en cuenta la enseñanza por competencias; este tipo de enseñanza implica utilizar formas consistentes en dar respuesta a situaciones, conflictos y problemas cercanos a la vida real, en un complejo proceso de construcción personal con ejercitaciones de progresiva dificultad y ayudas contingentes según las características diferenciales de los alumnos.
Al comprender que la realidad
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