Periodistas

El yo, la rapidez, la memoria y la música

Por: Hector Abad Faciolince  (04/10/15)  7:47 am

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/el-yo-rapidez-memoria-y-musica

Otra loca entre locos. Si, hablamos de periodistas

Antes de iniciar, necesito resaltar la maravillosa entrevista que la brasilera Dorrit Harazim ganadora del premio García Márquez a la Excelencia, concedió al periódico El País, profesor no sé si son cosas de novatos pero me introduje rápidamente en la ideología de esta mujer y  sin tambaleos puedo decir que se ha convertido en uno de mis modelos a seguir junto con Jaime Garzón, Guillermo Arturo Prieto La Rotta, Gabo y el autor de esta bella columna, Faciolince. –En realidad son más, sólo que es innecesario nombrarlos ahora-.

Así que me mostraré cortes con usted y le compartiré la entrevista que me hizo abrir la puerta a la investigación y admiración por Harazim: http://www.elpais.com.co/elpais/cultura/noticias/periodistas-menos-estrellato-dorrit-harazim

Sinceramente qué fantástico fue descubrirla y aún más que quien me haya llevado a ella fuese Faciolince, quizás fue coincidencia, pero dejaré que mi idea sea que él ya tenía preparado enseñármela –que ilusa, lo sé, pero… ¿por qué no soñar? - .

Dorrit fue una periodista de guerra que cubrió los reportajes de hechos históricos como: La caída de las Torres Gemelas y el Golpe de Estado en Chile y afirma que en esos momentos, la suerte estaba a su favor, ella afirma que se necesita de casualidad para estar en el lugar, en el momento y la hora exacta de un suceso, y que esto sucede así nada más. Y bueno, revisando varios aspectos informativos parece que resulta ser cierto, esto es un llamado de atención a ¡despertar! sí somos periodistas debemos andar por la vida expectantes, atentos y deseosos a lo que pueda suceder, debemos ser como lobos con hambre que esperan ver pasar a un cordero para devorarlo salvajemente.

Ya hablando de locos y de que hacen los locos, los periodistas tienen una obligación con su conciencia moral y esto es vital para no caer en la lepra amarillista y corrupta. Considero que, un buen periodista no puede denominarse como tal sin esa idea. Es la tapa que cierra impenetrablemente el inmenso recipiente de características de un buen profesional de esta rama. Características que no tienen sentido sin esta última conclusión: un periodista sin conciencia ética no puede atenerse a la verdad, pues la tergiversaría en favor de sus intereses; ni tampoco sería fiel a la sociedad, si no tan solo a sí mismo.

Está profesión, por el contrario, está repleta de malos "periodistas", que probablemente tengan mucho éxito. Depende de la persona que sea, depende de cómo quiera vivir su vida. Y finalmente, y más importante, depende del público. Pobre de la masa de gente que queda en manos de los malos medios.

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