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Pimas - O'ob


Enviado por   •  26 de Mayo de 2012  •  Monografía  •  2.261 Palabras (10 Páginas)  •  642 Visitas

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Pimas - O'ob

Del nombre

El término pima designa al grupo étnico y lingüístico que habita en la Sierra Madre Occidental, donde colindan el sureste de Sonora y el suroeste de Chihuahua. La frase pi'ma significa "no hay, "no existe", "no tengo", o probablemente "no entiendo", vocablo con el que los indígenas respondían a los españoles cuando les preguntaban algo.

Los pimas se nombran a sí mismos o'ob, que significa "la gente", "el pueblo". Con el término pima se designa a un conjunto muy variado de sociedades indígenas, como los pimas del desierto, los pimas de la sierra, o los pimas gileños. A este grupo étnico se le designa como la "rama serrana de los pimas bajos". A los mestizos o "blancos" se les designa con el término yori.

Localización

En la época colonial los pimas bajos se dividían en tres subgrupos principales: los ures, los nebomes y los yécoras. Los dos primeros han desaparecido como entidades étnicas. Los pimas yécoras aún conservan rasgos culturales propios y se concentran en la región de Maycoba, Sonora, así como en Yepáchic, Mesa Blanca, Pinos Verdes, los alrededores de Canoachi y el mineral de Dolores, municipio de Madera, en Chihuahua. Su territorio es abrupto y elevado. El área comprende parte de los municipios de Moris, Ocampo, Madera y Temósachic en Chihuahua y porciones de los de Sahuaripa, Arivechi, Rosario, Onavas y casi todo Yécora, en Sonora.

Infraestructura

En Mesa Blanca, sede del comisariado ejidal, hay una escuela primaria y un templo católico. Yepáchic cuenta con una escuela primaria, una oficina de correos. En Maycoba hay dos escuelas primarias - un albergue escolar (preprimaria y primaria de la Comisión Nacional Para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), antes Instituto Nacional Indigenista (INI), y una telesecundaria-, y una unidad médica IMSS-Solidaridad. En algunas casas particulares del centro de la población se da servicio de restaurante. Las tres localidades cuentan con pista de aterrizaje para avionetas. En la ranchería de El Quipur existe una escuela primaria.

En esta zona se captan señales de radio y algunas de televisión. La energía eléctrica se produce localmente por medio de baterías, pequeñas plantas alimentadas con diesel y una que otra de energía solar. En el centro de la población de Yepáchic hay una pequeña red de agua que distribuye los principales escurrimientos del río. En toda la región las minas, las comisarías y las unidades médicas cuentan con radios de onda corta.

Antecedentes históricos

En la época en que se dieron los primeros contactos con los españoles, las tribus del centro de Sonora tenían gran movilidad territorial. Antes de comenzar el siglo XVII las bandas ópatas y eudeves ejercían una fuerte presión sobre varios puntos de asentamiento de los pimas bajos, sobre todo en la región de Tónichi y en los valles de los ríos de San Miguel y el Alto Sonora; a causa de esta presión, los pimas se desplazaron hacia el oeste, territorio que los yaquis defendían tenazmente.

Hacia 1536 algunos centenares de pimas bajos siguieron a Cabeza de Vaca en su ruta hacia el río Sinaloa y se establecieron en la comunidad de Bamoa. Este tipo de éxodo sólo ocurría cuando las condiciones de vida en algún lugar se tornaban insoportables o para alejarse de la invasión de los ópatas y eudeves. Estos pimas migrantes aceptaron pronto las enseñanzas de los jesuitas, que arribaron a Bamoa en 1519. Entre 1622 y 1634 los jesuitas establecieron iglesias en Onavas, Movas, Nuri y Tónichi.

Durante el siglo XVII se suscitaron varios enfrentamientos entre pimas y españoles que frenaron la acción evangelizadora de los jesuitas, quienes habían establecido misiones en Yécora y Maycoba en 1670. Varias facciones de pimas y tarahumaras se sublevaron por los abusos de los misioneros. En 1698 la coalición pima-tarahumara arrasó Maycoba y Onapa. En 1740 se dio una rebelión de pimas bajos, yaquis, mayos y pimas altos. Durante estos sucesos varias poblaciones pimas, como Yécora, se mantuvieron pacíficas.

Las relaciones entre pimas bajos y españoles fueron más bien pacíficas durante el primer siglo y medio de contacto. Tras la expulsión de los jesuitas en 1767 las misiones situadas en el territorio ópata y en la Pimería Baja quedaron inscritas en la provincia franciscana de Jalisco. Las misiones de la Pimería Alta conservaron en mayor grado la naturaleza comunal de su economía, pues se respetó la autoridad de los misioneros en los asuntos "temporales". En las misiones que atendían a los pimas las reformas de la administración colonial (parcelación de las tierras, mayor vinculación con el mercado regional) minaron fuertemente a las comunidades pimas de los valles y a su organización comunal. La región serrana de la Pimería Baja no resintió tanto las consecuencias de las reformas borbónicas, debido a su aislamiento y al reducido número de sus misiones; la zona se mantuvo como región de refugio, en donde los procesos aculturativos avanzaron lentamente durante toda la época colonial.

En el siglo XIX el área pima fue casi abandonada; las incursiones de las bandas apaches ponían en peligro a misioneros, mineros, gambusinos, yoris y a los propios pimas. Durante la década de los años ochenta del siglo XIX, las últimas bandas apaches fueron confinadas en las reservaciones de Arizona y Nuevo México. A partir de entonces la presencia de yoris aumentó, sobre todo en Yécora, Moris y Yepáchic; en cambio la población pima decreció. Los franciscanos volvieron a la zona para restablecerse en las misiones abandonadas en la época del "terror apache".

Durante la Revolución, además de confiscar comida y animales, las tropas villistas enlistaron a algunos pimas en sus filas; otros prefirieron mantenerse al margen de la guerra y se adentraron en la sierra. Actualmente los pimas de Maycoba consideran que por su participación en las guerras contra los apaches y en la Revolución, tienen más derechos sobre el territorio que los yoris. Cuando éstos empezaron a penetrar en la región, tenían con ellos una relación de mutua convivencia; los pimas vendían a los yoris su fuerza de trabajo y algunos productos artesanales, pero al incrementarse la población yori aumentó su demanda de tierra y recursos. El despojo sufrido por los indígenas pimas creó una situación de franca hostilidad.

Lengua

La lengua pima pertenece al tronco yutoazteca, compuesto por los subgrupos taracahíta (cora-huichol), nahua y la rama pima o pimana. Se considera al pima como más cercano a la rama taracahíta, y se engloba a todas las lenguas indígenas de Sonora y Chihuahua bajo la familia de lenguas sonorenses. El pima forma parte

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