Tener O Ser

Todo hombre está llamado a cultivar la verdadera pobreza cristiana procurando el desprendimiento del corazón en relación con las criaturas, rechazando toda ambición, avaricia o vana ostentación, y reconociendo su condición de peregrino en camino hacia la posesión eterna de Dios. Este desprendimiento interior, para que sea real, requiere el ejercicio de un cierto grado del desprendimiento material, que cada uno debe discernir atendiendo a su conciencia y las inspiraciones del Espíritu Santo. Para esto puede encontrar una valiosa ayuda en el consejo de un director espiritual. (MMRC 194)

La pobreza de espíritu es condición indispensable para el crecimiento del ser humano y el desarrollo de múltiples virtudes, pues mantiene el alma abierta a Dios y a los hombres; crea un clima espiritual propicio a la docilidad interior, a la oración, al diálogo, a la colaboración; alimenta la esperanza; engendra la justicia y la misericordia; aumenta el amor y dona serenidad, paz y libertad de espíritu. (MMRC 195)

El materialismo en su máxima expresión es pensar que no existe nada más de lo que vemos, de lo que podemos tocar y disfrutar con los sentidos. Niega la importancia de Dios y hasta niega que Dios existe. Dice que con un conjunto de cosas y placeres, el hombre puede ser plenamente feliz.

Pero nosotros sabemos que no es verdad. Que lo material nos puede servir como un medio para lograr nuestras metas en la vida, para crecer como personas, para ayudar a nuestro prójimo. Pero que las cosas materiales en sí no llenan. Aunque tengamos todo lo que deseamos, podríamos estar vacíos; y aunque nos faltara todo, podríamos estar llenos si tenemos lo importante.

Los bienes materiales no son fines; son buenos en la medida que nos sirven para acercarnos a Dios y para ayudar a los demás; son malos si nos alejan de Él, nos encierran en nosotros mismos y nos alejan de los demás.

1. Piensa en un apego que te obstaculiza en tu esfuerzo por lograr tus metas y trata de vivir más desprendido de él (televisión, Facebook, computadora, ropa, etc.)

2. Desprenderte de algo que te cuesta y dalo a una persona necesitada.

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