Poemas Del Barroco
Enviado por holamp99 • 15 de Enero de 2015 • 2.985 Palabras (12 Páginas) • 347 Visitas
ANDE YO CALIENTE Y RÍASE LA GENTE.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno;
y las mañanas de invierno
naranjada y aguardiente,
y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla
el Príncipe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,
y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
de blanca nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del Rey que rabió me cuente,
y ríase la gente.
Busque muy en buena hora
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,
y ríase la gente.
Pase a media noche el mar
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
del golfo de mi lagar
la blanca o roja corriente,
y ríase la gente.
Pues Amor es tan cruel
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel
y la espada sea mi diente,
y ríase la gente.
Luis de Góngora y Argote.
CONTRAPOSICIONES Y TORMENTOS DE SU AMOR
Osar, temer, amar y aborrecerse,
alegre con la gloria, atormentarse;
de olvidar los trabajos olvidarse,
entre llamas arder sin encenderse;
con soledad entre las gentes verse
y de la soledad acompañarse;
morir continuamente, no acabarse,
perderse por hallar con qué perderse;
ser Fúcar de esperanzas sin ventura,
gastar todo el caudal en sufrimiento,
con cera conquistar la piedra dura,
son efectos de amor en mis tormentos;
nadie le llame dios, que es gran locura,
que más son de verdugo sus tormentos.
Francisco de Quevedo y Villegas.
EN PERSEGUIRME, MUNDO, ¿QUÉ INTERESAS?
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,
teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.
Sor Juana Inés de la Cruz.
INSCRIPCIÓN EN EL SEPULCRO DE SIRINGA
Este frondoso honor, esta esculpida
lámina verde en mármol animada,
seppulcro es, piedad acreditada
que a pastor infeliz prestó acogida.
Siringa ninfa, un tiempo suspendida,
hoy fístula de tronco, que animada,
mudo es trofeo, pompa venerada
del que ya muerto logra mejor vida.
Sobre la urna está compadecido
coro de ninfas, de la ninfa fiera
el rigor en sus plectros repartido.
Y porque muerta ya su voz no muera
ultimando su acento dolorido,
Eco le lleva a toda la ribera.
Juan de Tassis y Peralta.
Conde de Villamediana.
PRIMEROS VERSOS DE LA SILVA CONFUSIÓN DE AMOR, TERMINADA EN LA MUERTE.
Ya mis penas crecidas,
que en el castillo de mi pecho mudo,
el ciego alcaide pudo
tener tres veces con lealtad selladas;
en lastimosas voces disfrazadas,
saldrán (aunque sentidas)
ya rompen puerta exenta las heridas
de tu brazo, ¡oh tirana!
tu brazo siempre armado
de rigor contingente:
siempre sin diferencia victorioso;
la voz asida al llanto lastimoso
conquistará piedad, de gente en gente,
será de todos mi dolor notado;
de nadie conocido,
y ya que no al combate
intermisión alguna desbarate,
divertirán las voces el tormento,
que humilla mi altivez; tu orgullo ufana.
Ay! el temor violento,
opresión al sentido,
lazo a la lengua impone corregido;
y porque así se ordena,
que desmienta el silencio a la cadena,
querer callar no puedo;
huyendo pues la
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