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Pragmatica


Enviado por   •  23 de Mayo de 2012  •  501 Palabras (3 Páginas)  •  1.136 Visitas

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La noche más corta

El 21 de junio tiene lugar la entrada oficial del verano. Es el solsticio de verano y en torno a él y a la próxima noche de San Juan (la noche entre el 23 y el 24 de Junio) se suceden una serie de rituales y supersticiones que se pierden en la memoria de los tiempos y que nos recuerdan que llega el día más largo y la noche más corta.

Málaga, Lanjarón, Cádiz, Fuentes de Andalucía o Almería son algunos de los lugares donde se celebran estos ritos con gran participación popular. Pero a diferencia de otros tiempos, hoy predomina la diversión, el pasarlo bien, aunque también queda sitio para las antiguas creencias y supersticiones. En todas las celebraciones, sin embargo, existen dos elementos comunes: el fuego como destructor del mal y el agua como elemento purificador. También ciertas plantas, como la albahaca y el helécho, adquieren, según la tradición popular, propiedades curativas y están presentes en muchos rituales de la sanjuanada.

Dicen que esta noche es la más fecunda en supersticiones y sortilegios, en rituales mágicos y adivinaciones. Se cree que estos ritos, mitad paganos, mitad cristianos pueden curar enfermedades, ayudar a conseguir un novio o novia, conducir a embarazos deseados, y hasta a tener una buena cosecha, dependiendo de los intereses de cada uno. Y todo gracias a las virtudes del fuego y del agua de la noche de San Juan, que libran al individuo de lo malo y le hacen ser mejor.

Si buscamos el origen de todas estas creencias tenemos que remontamos al culto pagano que todos los pueblos han rendido al sol. La Iglesia hizo coincidir la celebración de San Juan Bautista con el solsticio de verano por la relación de este santo con el agua purificadora del bautismo. Religiosidad y paganismo se fundieron entonces, dando lugar a la Noche de San Juan.

Los Júas, como son llamados en Málaga, o los Juanillos, como se les conoce en Cádiz, son peleles que simbolizan el mal y que en la noche del 23 al 24 serán destruidos por el fuego en un intento de quemar la mala suerte. Y así, tras la gran pira, comenzarán a encenderse miles de hogueras por toda la costa, en las que no debe faltar ni un buen espeto de sardinas ni el refrescante tinto de verano. Dicen los antiguos que la fiesta debe durar hasta la salida del sol, para esperar que éste proyecte nuestra nueva sombra para así tener un buen año.

En clave científica es poco lo que se ha escrito sobre la noche de San Juan. Ha sido la tradición oral popular la que ha conservado hasta hoy estas creencias y supersticiones ancestrales.

Pero, con o sin rituales, esta es una fiesta entretenida y divertida, que cada vez tiene más auge.

Y así, como cada año, el fuego como representación del sol, y el agua y la vegetación como símbolos de la vida, se conjugarán una vez más para hacer de esta noche, la noche más mágica del año.

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