Prueba Lenguaje
Enviado por yumacha • 6 de Noviembre de 2014 • 1.825 Palabras (8 Páginas) • 327 Visitas
PRUEBA DE LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
OCTAVO AÑO BASICO
UNIDAD 4: LAS 'PALABRAS . ESPEJO DE LA REALIDAD
Nombre:_________________________Fecha:__________Ptje:______Nota:_________
I.- Llamamos hiperónimos a las palabras que engloban en sí a otras, que serían las denominadas hipónimoso palabras específicas.
Escribe tres hipónimos para cada hiperónimo en la primera columna 4 ptos
II.- Fíjate en la explicación sobre el reportaje.
Luego identifica las partes del reportaje (5 ptos) y completa el cuadro con las preguntas.(3 ptos)
¿QUÉ?
¿CÓMO?
¿CUÁNDO?
¿QUIÉN?
¿DÓNDE?
¿POR QUÉ SUCEDIÓ?
III.- Lee el siguiente texto:
LOS MALOS VECINOS
Había una vez un hombre que salió un día de su casa para ir al trabajo, y justo al pasar por delante de la puerta de la casa de su vecino, sin darse cuenta se le cayó un papel importante. Su vecino, que miraba por la ventana en ese momento, vio caer el papel, y pensó:
- ¡Qué descarado, el tío va y tira un papel para ensuciar mi puerta, disimulando descaradamente!
Pero en vez de decirle nada, planeó su venganza, y por la noche vació su papelera junto a la puerta del primer vecino. Este estaba mirando por la ventana en ese momento y cuando recogió los papeles encontró aquel papel tan importante que había perdido y que le había supuesto un problemón aquel día. Estaba roto en mil pedazos, y pensó que su vecino no sólo se lo había robado, sino que además lo había roto y tirado en la puerta de su casa. Pero no quiso decirle nada, y se puso a preparar su venganza. Esa noche llamó a una granja para hacer un pedido de diez cerdos y cien patos, y pidió que los llevaran a la dirección de su vecino, que al día siguiente tuvo un buen problema para tratar de librarse de los animales y sus malos olores. Pero éste, como estaba seguro de que aquello era idea de su vecino, en cuanto se deshizo de los cerdos comenzó a planear su venganza.
Y así, uno y otro siguieron fastidiándose mutuamente, cada vez más exageradamente, y de aquel simple papelito en la puerta llegaron a llamar a una banda de música, o una sirena de bomberos, a estrellar un camión contra la tapia, lanzar una lluvia de piedras contra los cristales, disparar un cañón del ejército y finalmente, una bomba-terremoto que derrumbó las casas de los dos vecinos...
Ambos acabaron en el hospital, y se pasaron una buena temporada compartiendo habitación. Al principio no se dirigían la palabra, pero un día, cansados del silencio, comenzaron a hablar; con el tiempo, se fueron haciendo amigos hasta que finalmente, un día se atrevieron a hablar del incidente del papel. Entonces se dieron cuenta de que todo había sido una coincidencia, y de que si la primera vez hubieran hablado claramente, en lugar de juzgar las malas intenciones de su vecino, se habrían dado cuenta de que todo había ocurrido por casualidad, y ahora los dos tendrían su casa en pie...
Y así fue, hablando, como aquellos dos vecinos terminaron siendo amigos, lo que les fue de gran ayuda para recuperarse de sus heridas y reconstruir sus maltrechas casas.
Del texto extrae 5 palabras agudas, 5 graves, 5 esdrújulas y 5 sobresdrújulas. (4 ptos)
AGUDAS GRAVES ESDRÚJULAS SOBRESDRÚJULAS
IV.- Comprensión lectora.
Misericordia
Sin chistar siguió Benina a su señora hasta un gabinetillo próximo, y ambas se sentaron. Excusó la criada las explicaciones de su tardanza por el miedo que sentía de darlas, y se puso a la defensiva, esperando a ver por dónde salía doña Paca, y qué posiciones tomaba en su irascible genio. Algo la tranquilizó el tono de las primeras palabras con que fue recibida; esperaba una fuerte reprimenda, vocablos displicentes1. Pero la señora parecía estar de buenas, domado, sin duda, el áspero carácter por la intensidad del sufrimiento. Benina se proponía, como siempre, acomodarse al son que le tocara la otra, y a poco de estar junto a ella, cambiadas las primeras frases, se tranquilizó.
«¡Ay, señora, qué día! Yo estaba deshecha; pero no me dejaban, no me dejaban salir de aquella bendita casa.
—No me lo expliques —dijo la señora, cuyo acentillo andaluz persistía, aunque muy atenuado, después de cuarenta años de residencia en Madrid—. Ya estoy al tanto. Al oír las doce, la una, las dos, me decía yo: ‘Pero, Señor, por qué tarda tanto la Nina?'. Hasta que me acordé...
—Justo.
—Me acordé... Como tengo en mi cabeza todo el almanaque2... De que hoy es San Romualdo, confesor y obispodeFarsalia...
—Cabal.
—Y son los días del señor sacerdote en cuya casa estás de asistenta.
—Si yo pensara que usted lo había de adivinar, habría estado más tranquila —afirmó la criada, que en su extraordinaria capacidad para forjar y exponer mentiras supo aprovechar el sólido cable que su ama le arrojaba—. ¡Y que no ha sido floja la tarea!
—Habrás tenido que dar un gran almuerzo. Ya me lo figuro. ¡Y que no serán cortos de tragaderas los curánganos3 de San Sebastián, compañeros y amigos de tu D. Romualdo!
—Todo lo que le diga es poco.
—Cuéntame: ¿Qué les has puesto? —preguntó ansiosa la señora, que gustaba de saber lo que se comía en las casas ajenas—. Ya estoy al tanto. Les harías una mayonesa.
—Lo primero un arroz, que me quedó muy a punto. ¡Ay, Señor, cuánto lo alabaron! Que si era yo la primera cocinera de toda la Europa... Que si por vergüenza no se chupaban los dedos...
—¿Y después?
—Una pepitoria4 que ya la quisieran para sí los ángeles del cielo. Luego,
...