Quien Se Ha Llevado Mi Queso

En un país muy lejano vivían los cuatro personajes: Dos de ellos eran ratoncitos, Fisgón y Escurridizo, y los otros dos pequeñas personitas, que respondían a los nombres de Hem y Haw, ellos dos eran liliputienses.

El país en el que vivían todos, estaba lleno de laberintos, los cuales conducían a centrales queseras con nombres distintos en donde se guardaban cantidades ingentes de queso, que era lo que buscaban día tras día.

Descubrieron una de estas centrales, la central quesera Q, en la que había una gran cantidad de queso, y el ir se convirtió en una costumbre que repetían cada día.

Los liliputienses se acostumbraron a esas facilidades que se les daba, hasta que un día se acabó el queso. Inmediatamente, los ratones se fueron a investigar zonas nuevas, pero Hem y Haw se habían acostumbrado de tal forma a lo bueno, que no querían cambiar, rechazaban el cambio por que se querían quedar anclados en ese momento.

Pasaban los días, e iban con la esperanza de que hubiese queso en la central, pero no era así. Cada día que pasaba se encontraban con menos fuerzas, más irritables…

Hasta que un día, mucho tiempo después Haw se armó de valor y se decidió a emprender un nuevo viaje. Lo que no le había llevado a hacerlo antes era el miedo, pero lo dejo a un lado, y salió con coraje a buscar el queso, a buscar un lugar nuevo.

A veces pensaba que todo el esfuerzo que estaba haciendo podía ser en balde, y que no existiera más queso, pero se olvidaba de ese miedo y luchaba con más fuerza, mientras escribía frases de autoayuda en las paredes, las cuales también pensaban que le podían servir a Hem si éste hiciera lo mismo algún día.

Un día Haw decidió volver por Hem. Hem emprendió de nuevo su viaje, iba comiendo de pedazos de queso que iba encontrando, pero eso no era lo que realmente buscaba. Hasta que un día encontró otra central, la central con más queso del que él hubiese podido imaginar.

Pero esta vez estaba curado de espanto, le había dado tanto tiempo a pensar en su viaje que decidió que no iba a ser como era, ahora día tras día saldría a andar y a buscar nuevos caminos, para no volver a quedarse encasillado en esa situación, por si un día se le volvía a acabar el queso.

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