RE: "Derecho Penitenciario Y Artículos Constitucionales Referentes Al Derecho De Ejecución De Las Penas

Ex Penitenciaria o Fuerte de San Javier.

Edificio centenario construido en el siglo XVI, de acuerdo a como se observa la estructura contiene vestigios de la arquitectura española bajo el plano de José Manzo y terminándose finalmente con la dirección de Eduardo Tamariz. Claustros, pasadizos y celdas ocultas eran parte de este inmueble, sin embargo fue destruido por cañones debido a la lucha con los franceses.

Este lugar era ocupado anteriormente por hombres retirados de la vida del mundo y que consagraban su vida a la divina. Siendo un monasterio Jesuita, llamado originalmente el Colegio de San Francisco Javier, construcción última que hicieran los jesuitas antes de ser expulsados del país.

Durante las diversas intervenciones que sufrió nuestro país (la norteamericana y las francesas de 1862 y 1863) sirvió como recinto militar y recibió el nombre de Fuerte de Iturbide.

Es hasta el siglo XX, cuando Porfirio Díaz, invierte para su reconstrucción y remodelación la Penitenciaria Estatal, y en 1906 convertido también en Museo Creanológico y laboratorio criminalístico. Los presos que morían y no eran reclamados donaban amablemente sus cráneos para ser estudiados.

Para su diseño se tomó como referencia el sistema penitenciario de los Estados Unidos, por lo cual es semejante al de Cincinnati: panóptico tipo octagonal, es decir que desde cualquier punto en el que uno se coloque se tiene una visión panorámica del edificio.

Cabe destacar que este reciento es incluso más antiguo que Lecumberri.

Este presidio fue base para los centros de readaptación social en el país, sin embargo la sobrepoblación que se originó, la corrupción y la inseguridad que se vivía, al grado de que fuera asesinado un Director del penal y de que se fugaran reos, causó estragos.

En 1984 la penitenciaría cerró sus puertas. Un día de marzo a la medianoche, sin más pertenencias que lo que llevaban puesto, se trasladaron a los más de 900 reos al hoy CERESO de San Miguel. Cabe mencionar que tenía una capacidad para 522 personas por lo cual -de manera inusual en las cárceles del país- había sobrepoblación.

Celdas e historias de miedo

Cabe destacar que la reportera Sara Banderas en su columna misterios de la antigua penitenciaria de Puebla dentro de la sección cultura para mortales del periódico digital central en el recorrido que hizo al recinto visualizó, los minúsculos cuartos de 1.20 x 1.70 albergaban a un solo reo, que éstos carecían de lavabo y excusado como los de Lecumberri. A las 6 de la mañana se les despertaba para iniciar con sus actividades en sus respectivos talleres y a las 9 de la noche ya estaban de vuelta en sus cómodos aposentos.

Menciona que el pintoresco paseo va acompañado de un encierro corto (sólo para el valiente) de alrededor de 20 segundos en una celda; de una visita a las celdas de castigo (las había interiores y exteriores.

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