REPORTE DEL LIBRO: “Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO AÚN NO SE HA ACABADO”
Enviado por Dannia Ithzel R. Rgz • 13 de Noviembre de 2015 • Informe • 942 Palabras (4 Páginas) • 655 Visitas
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FACULTAD DE CONTADURÍA Y ADMINISTRACIÓN
TUTORÍA
REPORTE DEL LIBRO: “Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO AÚN NO SE HA ACABADO”
ODIN DUPEYRON
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ALUMNA: DANIA ITZEL RODRIGUEZ RODRIGUEZ
CICLO ESCOLAR
2015-2016
“Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO AÚN NO SE HA ACABADO”
ODIN DUPEYRON
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El autor narra de manera fluida y amena encantadoras metáforas de la introspección. Es descrito de manera realista apelando a la fantasía sólo para dar el adorno alegórico que permita comprender el drama interior de quienes se atreven a descubrir el misterio de sí mismos. Además, desde el punto de vista literario, es un cuento excelente que trasporta al lector en el tren de la verdad, la bondad y la belleza, a los paisajes subjetivos de la reflexión brillante y conmovedora de la naturaleza humana.
En el primer capítulo se hace mención a una joven llamada Odái, quien se encontraba sentada en la ventana de la torre más alta del castillo, observando las estrellas. Como todas las noches, esperaba ansiosa la señal milagrosa que deseaba desde hace tiempo. “Soñaba con lo que su propia vida podría ser si tan sólo llegara esa señal” (Dupeyron, 2001). Ella no podía salir de aquella torre, pues estaba vigilada por un dragón, quien era exactamente lo contrario a esa jovencita.
Él era muy tímido y miedoso, a pesar de que tampoco se encontraba en el mundo exterior, le tenía temor a cualquier cosa; no era atrevido ni mucho menos tenia las agallas necesarias para atreverse a hace actividades fuera del castillo, todo por dejarse llevar por las opiniones de los demás, sin antes darse el lujo de experimentar.
El dragón se encargaba de vigilar a la princesa, hasta que un día la bella chica tomo la gran decisión de salir, estaba consciente y muy orgullosa de ello; el enorme animal la detuvo mencionando que no podía acceder a su petición, ya que la única condición de ello, era que la princesa le diera un verdadero motivo para exponerse al mundo y así encontrar la señal que le indicara esa salida, en ello Odái le mencionó: La señal es... ¡la vida misma! Tan fácil como eso, si estamos aquí, si vivimos, estoy segura que no es para estar encerrados. La vida misma es la señal de que podemos salir.
Efectivamente estoy de acuerdo con la decisión que tomo la princesa, y la respuesta que le dio al dragón, fue la más acertada, ya que no existía mejor señal que la de la vida misma, en muchas ocasiones creemos que por el hecho de estar enfermos o carecer de algo, no se puede hacer nada. Y el estar contemplando al mundo desde una ventana, nos hace personas inseguras y sin carácter, tenemos que atrevernos a salir adelante siempre con los objetivos bien claros y tratando de alcanzar nuestras metas propuestas.
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