Relatos Andinos
Enviado por Aaron Kiwaki Alvarez • 26 de Agosto de 2022 • Trabajo • 3.122 Palabras (13 Páginas) • 193 Visitas
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Dedicatoria
Tabla de contenido
Tabla de contenido 11
Relatos Andinos 13
El jaguar 15
La mentira 19
La laguna 21
Epílogo 29
Sobre el autor 31
Agradecimientos 33
Relatos Andinos
El descanso del cóndor, las aguas primeras y el nacimiento del arcoíris son las coordenadas de un pueblo que hasta hoy figura inexistente para la misma nación, frente a él, el último suspiro de los andes, la cúspide de una montaña, llena de historias increíbles, desde animales inimaginables hasta tesoros egoístamente guardados entre sus caminos.
karhuacasha, sus tesoros no solo se encontraban en aquellas flores purpuras rojizas que acompañaban al caminante o el agua cristalina que corría por sus cequias, tampoco en el bosque de eucaliptos que lo rodeaba, eran sus relatos que hacían de este un pueblo especial un pueblo que trasciende a pesar que ninguno de sus habitantes lo llego a mostrar.
El aroma a madera seca, las casas de adobe y techos caídos rebelan un dulce hogar, todos con grandes huertos proporcionadores de alimentos, fresas, tunas, calabazas, palta, y chirimoyas entre sus frutas; papa, maíz, tomates, ajíes entre sus verduras, la tierra otorgaba todo lo que se deseaba cosechar era generosa con sus habitantes, ellos también lo heran con la tierra.
Una vez soñé estar parada en el borde de karhuacasha cerca de mí, grandes nubes esponjosas, acogibles al sueño. El amanecer revelaba la inmensidad… los picos de montañas parecen no acabar imposible ver el final, la profundidad inmensa me rebela el miedo a la lejanía de mi hogar, a la vez mi anhelo de ser viento, es el quien conoce los más profundos lugares, es el quien puede ir y venir sobre esos picos tan llenos de memorias me conformaría ser esa hoja caída del árbol más alto y viejo, esa que encuentra al viento y forma una alianza de amistad por el resto del día.
En una de esas casas vivía mi abuela con tan solo 10 años de edad es la poseedora de los relatos más tristes e inimaginables que alguien haya escuchado jamás, sus posesiones más preciadas; 15 ovejas, 3 vacas y 11 cerdos.
El jaguar
Al descanso de las sombras, venían los trabajos mas importantes para una vida en el campo, pastear carneros era sin lugar a duda el evento mas interesante que una niña de 10 años podría tener más si se trataba de pastear en las alturas de karhuacasha, Mariana caminaba mirando sus pasos pues así podría evitar las piedras y heces de vaca que los caminos le brindaba cada día, suficientes heridas tenían sus pies para provocar una más, con soga en mano, mariana impulsaba a sus carneros a seguir subiendo, al llegar a la cúspide y con abundante pasto para sus carneros ella podía tomar una siesta, buscaba un lugar muy soleado, ya que la chompa añeja que tenía a base de lana de uno de sus carneros no le abrigaba lo suficiente para el aire que corría entre los árboles, ese día estaba muy cansada pues al amanecer había matado a una gallina para saborear un delicioso caldo de ella, arrecostada en una de las piedras y teniendo de sombra a dos árboles de higo durmió profundamente, ella tenía que regresar antes que el sol se oculte ,pero ese día el sol se ocultó y ella seguía en un profundo sueño esto resultaría muy peligroso para el regreso puesto que el único iluminador seria la luna, pero no era el término del mes así que estaría es una profunda oscuridad, el soplo del viento expresado por los el vaivén de las hojas , cada vez más fuertes, la despertaron con el sol brindando el ultimo rayo del día.
Mariana: ¡¡Oh!! ¡Como pude dormir tanto! ¡Mis ovejas! usha! Usha!
Por un momento la naturaleza se paraliza, el canto de los pájaros guarda silencio, las hojas no son movidas mas por el viento, las ovejas dejaron de gritar, Mariana activa sus sentidos y siente pasar sigilosamente a un cuerpo curvilínea entre las hojas de los arbustos que la rodeaban no podía verlo, pero sentía sus fuertes pasos, se queda quieta, no sabe que es , en las alturas puede encontrarse con cualquier animal salvaje, trata de aguantar la respiración así no la sentirían si fuese un animal ciego, en el silencio mas profundo ve dos ojos brillantes, tanto que iluminaban su sombra, enormes y amarillos, no podía hacer nada esos enormes ojos solo la miraban a ella.
Mariana (para ella): ¿tendrá hambre? ¿Seré su comida?
Jaguar: mirando atenta e imnotisantemente, sabe que solo pueden ver sus ojos, brillosos a la ausencia de la luna.
Mariana: baja la cabeza y cierra los ojos fuertemente esperando ser devorada.
escucha una voz dentro de ella “hola”, ¿son mis pensamientos?, se pregunta…
la voz: ¿esta pérdida? ¿quieres que te ayude a buscar el camino?
Mariana (para ella): ¿Qué? ¡protégeme Pachamama! ...! no dejes que esta fiera me convierta en su comida! ¡me estoy volviendo loca! ¿acaso lo escuche hablar?!imposible! ¡no lo vi mover el hocico tampoco escuché la voz fuera de mí, fue una voz dentro de mí!
El jaguar camina sigilosamente hacia la niña, mostrándose, aunque su cuerpo es tan negro como esa noche, sus enormes bigotes brillan
Jaguar: ¡no serás mi comida! Avanza, la noche es peligrosa para ti …. No sobrevivirás sin mi ¡vamos!
El jaguar le da la espalda, encoge su enorme lomo, acomoda su larga y brillante cola, mariana miraba lo fuerte y grandes que se veían sus patas con garras filudas. Se dio cuenta que solo lo podía escuchar ella a través de su mente, el Jaguar no movía el hocico, impactada y temerosa.
...