Resumen medios expresivos

En una primera lectura, la imagen se compone de un bebe muerto tendido boca abajo en la costa.
Conocemos que se trata de Aylan Kurdi, un niño sirio de 3 años que naufragó junto con su familia y 12 refugiados más al intentar huir de su país y llegar a la costa de Grecia en una pequeña embarcación.
La fotografía representa la muerte reciente del niño, mediante una escena preparada para que la muerte del pequeño capte más la atención.
Si bien es real que el niño falleció ahogado, es difícil de creer que tras ser revolcado por las olas, el mar lo deposite tan cómodamente y de manera cuidadosa en la costa.
Esta lectura se ve, partiendo por la pose misma del bebe, acurrucado con su cuerpo boca abajo, su cara contra la arena, empapado, con los bracitos flojos como haciéndolo ver entregado y rendido.
En lo que se puede ver de su rostro hay una expresión de paz, y da la sensación de que el niño se encuentra durmiendo de manera placentera, reflejando en su conjunto el final de una vida completamente inocente que murió sin saber por qué.
El mar calmo de fondo también transmite cierta quietud y tras tanta serenidad se simboliza el sufrimiento de tantos refugiados que huyen de los conflictos armados de su país y mueren en silencio mientras el mundo les da la espalda.
Quienes vemos la fotografía recibimos este mensaje de inmediato, ya que impacta en su totalidad y escapa de las imágenes a la que estamos acostumbrados y quizás insensibilizados donde vemos guerra, muerte y catástrofes, que en nuestra cabeza son identificadas como “más de lo mismo”
Y se presenta retratando el fallecimiento de un bebe por un naufragio, casi de manera angelical con ciertos aires de calma, cuando en realidad la escena debería ser completamente cruda y trágica.
Resulta hasta raro observar la imagen y encontrarme por momentos admirando la fotografía por lo artística y sensible que resulta a la vista y al mismo tiempo es inevitable repudiarla por la realidad que está mostrando.
Sale por completo de lo familiar y lo repetitivo que se ve en los medios a diario, marcando un antes y un después en la sociedad, porque no es una imagen periodística mas.
Siendo casi tan novedosa como lo es de triste, donde vemos a un bebe que debería encontrarse en esa misma posición descansando en su cunita.
Abriendo así, miles de conciencias y haciendo suficiente ruido para lograr sacar a quienes la ven de su estado de comodidad y alterarlos por completo.
La fotografía apunta directamente a sus emociones, logrando entristecerlos, llenarlos de impotencia frente al no poder hacer nada e indignarlos con la situación.
Y de esta forma, no permitiendo que la pasen por alto, ya que todo en ella exige que se frene y se la observe.
La imagen es tan dura como el saber que una vez que el pequeño fue hallado, alguien tuvo la suficiente sangre para poder pensar una buena manera de ubicarlo frente al mar y hacer un buen encuadre que impacte tanto como fue encontrarlo muerto.
Y fue muchísimo más urgente lograr capturar una buena fotografía que dé al mundo algo de que hablar, que sacarlo cuanto antes de ese escenario lamentable.
Aunque su fin haya tenido un sentido, y la fotografía haya recorrido por tales razones el mundo, transformando algo tan doloroso en un arma que le da voz al pequeño y que conmovió por completo a la sociedad.
Despertando mundialmente la conciencia frente a los refugiados sirios y a los miles de niños que mueren mientras todos dan vuelta la cara, e inmortalizando y dignificando al pequeño Aylan a través de ella.

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