Tarea Tic
Enviado por victorializeth12 • 3 de Noviembre de 2014 • 1.102 Palabras (5 Páginas) • 188 Visitas
que es posible que las lenguas prerromanas de la península ejercieran influencia en el latín hispánico que conferiría a las lenguas romances peninsulares varias de sus características. La historia del español se suele dividir convencionalmente en tres periodos: español medieval, español medio y español moderno.
El español o castellano es una lengua romance, derivada del latín vulgar, que pertenece a la subfamilia itálica dentro del conjunto indoeuropeo. Es la principal lengua en España y 20 países americanos, y es oficial también en Guinea Ecuatorial. Es también llamada castellano, por tener su origen en el reino medieval de Castilla.
La historia externa del español se refiere a la descripción cronológica de las influencias sociales, culturales, políticas e históricas que influyeron en los hechos lingüísticos. La historia externa contrasta con la historia interna (a veces llamada gramática histórica) del español, que se refiere a la descripción cronológica y la sucesión de cambios acaecidos dentro del propio sistema de la lengua.
Aportes prerromanos[editar]
Los aportes prerromanos a la lengua española (los anteriores al latín, o sea, a la conquista romana y romanización que comienza en el siglo III a. C. y no se completa hasta el siglo I a. C. –en algunas zonas con poca efectividad–) son los correspondientes a las lenguas de los pueblos indígenas de la península ibérica (pueblos celtas en la Meseta, el norte y el oeste, pueblos iberos en la zona este y sur, celtíberos en la zona intermedia, los enigmáticos tartesios en la zona suroeste), entre las que estaba la antecesora del idioma vasco (perteneciente a un grupo no indoeuropeo, relacionado por tanto con las lenguas iberas y no con las lenguas célticas); y las de los pueblos colonizadores (fenicios y cartagineses, que hablaban una lengua semítica, y griegos).
De esta remota época han sobrevivido probablemente elementos como:
la desaparición de f- inicial en muchas palabras que en latín llevaban este sonido, y, supuestamente, el llamado betacismo, debidos, probablemente, a la influencia del idioma vasco o del idioma ibero (nótese que la aspiración de /h/ también se da en el idioma gascón, que habría tenido igualmente un substrato vasco);
algunos sufijos, como -aga, -ago, -erri, -rro, -rra, -occus (alcornoque);
numerosos topónimos; entre los de origen céltico destacan los que tienen el sufijo -briga, que significa "lugar alto" (Flaviobriga o Segobriga -también como raíz, en Bergantiños o Brihuega-) o la raíz sega, que significa "victoria" (Segovia o Sigüenza); por el contrario, las etimologías de los corónimos peninsulares son asuntos muy debatidos, aunque Hispania parece provenir de los pueblos colonizadores ("costa norte" en fenicio-cartaginés) e Iberia de los indígenas ("río", sea el hidrónimo ibérico genérico o el Iber que hoy llamamos Ebro);
palabras de probable origen céltico, como berrueco, páramo, balsa, losa, légamo, olca, abedul, aliso, álamo, beleño, berro, garza, rodaballo, colmena, gancho, amelga, barrendo, cantiga, baranda, tarugo, gorar, estancar, tranzar, virar, incluso algunas que parecen propiamente latinas, como puerco y toro (que ya están en la inscripción de Cabezo de las Fraguas como porcom y taurom), y otras que se incorporaron al latín desde otras lenguas célticas no peninsulares y luego se incorporaron al español como a otras lenguas romances, como braga, camisa, cabaña, cerveza, legua;1
palabras de probable origen ibérico, como barranco, carrasca, lama, gándara, nava; y otras incorporadas al latín, pero de origen ibérico, como plomo, galena, minio, sobral, estepa; alguna de las cuales son las propias fuentes romanas las
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