Todos Podemos Cambiar

Había una vez un hombre tan pobre que lo único que tenía era dinero, que vivía en Inglaterra, este hombre era ambicioso no pensaba en nadie más que en si mismo, su familia solo lo quería por el dinero y su fabrica era una de las mejores no había ninguna mejor, y su pobre pueblo le pedía dinero a diario para su familia que pasaba frio por el invierno, pero él nunca les dio nada, hasta que un día le paso algo mágico.

Era una tarde fría porque en el pequeño pueblo de Homedown era invierno y en un pueblo tan pequeño todas las personas se morían de frio excepto Mr. James quien estaba en su enorme mansión sentado en su sala pensando cómo hacer para llegar a hacer mucho más dinero y que su fabrica sea reconocida en todo el mundo, el solo pensaba en reducirle su sueldo a sus trabajadores y que no tuvieran tantos descanso, hasta que un fuerte golpe toco en su puerta, Ronald bajo las escaleras rápidamente tanto que se tropezó, el golpe hizo que el pobre hombre callera desmayado, cuando despertó estaba acostado en su cama y con una toalla en su frente. - Fue un sueño- dijo Mr. James sobándose la cabeza. -No señor no lo fue todo eso si paso- dijo un pequeño niño a su lado. -¡QUIEN ERES TU!- dijo asustado Mr. James

El niño le dijo que lo que había pasado era para mandarle una carta de su abuela que decía: “Mr. James disculpe las molestias pero la madre de este niño es su antigua ama de llaves, tal vez y no lo sepa pero la madre del niño murió en un accidente de auto con su padre iban directo a su casa cuando el hielo hizo que el auto resbalara y este provocara un gran choque, todo esto sucedió hace una semana el pequeño todavía no sabe lo que paso con su madre ni su padre y me gustaría que no le dijera, señor yo no puedo cuidar al niño porque aparte de estar un poco vieja, no tengo el dinero para el niño ojala y pueda comprender”.

-ESTO ES INACEPTABLE- dijo furioso Mr. James. -¿qué paso?- dijo el niño asombrado

Mr. James era cruel pero no tanto para decirle algo tan fuerte a un pequeño niño huérfano, Mr. James ya no tuvo de otra que quedarse con el niño, le conto al niño que su madre se había ido de viaje y que no iba a volver dentro de mucho tiempo y que él se encargaría de él, el niño triste porque su madre se fue sin despedir y que no la vería en mucho tiempo. Mr. James le pregunto al niño -¿Cómo te llamas?- el niño dijo –me llamo Daniel- .

Pasaron los días, las semanas, los meses, y Daniel todavía no mostraba felicidad alguna, Mr. James lo invito un día a la fabrica y vio como trabajaban los hombres en esa fábrica, vio como sufría cada uno de los trabajadores, impresionado Daniel pregunto a Mr. James –Porque sufren tanto?-, rápidamente Mr. James le dijo –para ganar más dinero-. Impresionado el pobre niño le dijo a un hombre –te gusta tu trabajo- el trabajador solo vio sonrió y con la cabeza dijo que no, en ese momento Mr. James los

...