Torre inetrbanck.
Enviado por alecita_15 • 1 de Diciembre de 2016 • Documentos de Investigación • 5.292 Palabras (22 Páginas) • 331 Visitas
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CONSTRUCCIÓN DEL EDIFICIO BANCO DE LA NACIÓN
Y
LA TORRE DE INTERBANK
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ASIGNACION: TECNOLOGIA DEL CONCRETO
CARRERA: EDIFICACIONES
TURNO: MAÑANA
INTEGANTES:
- DIEGO SANCHEZ LAZO
- EDY VARGAS PEÑA
- RUBEN BAUTISTA CONTRERAS
AÑO:
2016
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TORRE INTERBANK
La Nueva Sede de Interbank es una obra diseñada por el arquitecto austríaco Hans Hollein, uno de los arquitectos de mayor reconocimiento del mundo, ganador de importantes premios como el Pritzker en 1985.
La Sede de Interbank se encuentra ubicada en el nuevo centro financiero de Lima, en la intersección de las dos vías principales de la ciudad: Paseo de La República y Avenida Javier Prado. Esto le permite al usuario tener un rápido acceso desde cualquier punto de la ciudad. Con su arquitectura impactante y dimensiones monumentales, la SEDE DE INTERBANK es el centro corporativo más destacado de Lima, cuenta con dos edificios, el primero de seis pisos y el segundo de veinte pisos con una altura de 88 metros. Por la noche, la iluminación de todo el frente del edificio le permitirá ser visto a gran distancia, convirtiéndolo en un símbolo para la ciudad de Lima.
Combina material de la mejor calidad, sistemas con tecnología de punta y un excelente diseño para crear un conjunto corporativo de 45,000 metros cuadrados, con el más alto nivel de calidad internacional. Se busca en cada detalle aumentar la productividad de las empresas, el bienestar de los empleados y proyectar una imagen de excelencia frente a la comunidad. La tecnología y los sistemas de construcción utilizados en la SEDE DE INTERBANK son lo más moderno que existe. Se ha dado prioridad especial a los temas relacionados con el medio ambiente, a través de recursos tales como un sistema de filtrado para la toma de aire exterior y un sistema de enfriamiento libre de CFCs utilizando los refrigerantes de tercera generación, R410 A. La arquitectura de la TORRE INTERBANK ofrece tanto funcionalidad como durabilidad. Su diseño hará que se mantenga vigente por muchos años. La TORRE INTERBANK reafirmará a la zona como el principal centro de negocios de la ciudad al establecer nuevos parámetros de calidad y eficiencia para la moderna comunidad empresarial de Lima.
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HANS HOLLEIN
Consagrado como una de las figuras más brillantes y polémicas de la creación moderna, Hollein es un polifacético artista cuya producción abarca no solo el campo de la arquitectura un terreno en el cual indiscutiblemente viene siendo uno de sus actores más audaces y agresivos- sino también de la pintura, las artes decorativas, la docencia y la crítica. Nacido en Viena, en 1934, Hollein debe a su origen austriaco la riqueza, la erudición y el carácter inquieto de su sensibilidad artística, rasgos que se hunden en una tradición artística que, si en lo general incluye a figuras de la estatura de Mozart, Brahms y klimt, en el ámbito de su profesión se encuentra precedida por colegas de la categoría de Fischer von Ehrlach, Otto Wagner, Adolfo Loos, Joseph Hoffman y recientemente Richard Neutra y R.M. Schindler.
Nacido a la modernidad en plena crisis de un racionalismo que en gran medida fue originario de Austria y Alemania, Hollein es uno de los diseñadores que abrazó el post-modernismo con una intensidad comprometida y sin la retórica historicista ni la fruición comercial que caracterizó a esa corriente en la mayor parte de Norteamérica y Europa.
Formado en Viena, como sus compatriotas Loos, Neutra y Schindler, tuvo el arrojo de erradicarse de muy joven del ámbito Europeo, sintiéndose asfixiado por el peso que el pasado ejercía por el medio ambiente cultural sofocado además por las carencias de la Guerra, para emigrar a los Estados Unidos atraído por la leyenda estimulante que por entonces suscitaba internacionalmente la figura de Wright, de la liberalidad californiana, y de la pujanza y falta de perjuicios de los norteamericanos. Es posible que durante el breve tiempo que permaneció entre Chicago, el Medio Oeste y Nueva York, se impregnará del espíritu contestatario que desde entonces lo ha caracterizado, y adquiriera una estatura intelectual en la que se conyugan excepcionalmente, una sensibilidad forjada en base a
una vastísima cultura, con un arrojo intelectual y artístico harto infrecuente en la colectividad profesional y artística de la que provenía.
De allí pues, que desde sus primeros trabajos se hiciera evidente su compromiso con la modernidad y con la historia, con el adelanto tecnológico, pero también con el espíritu romántico e inquieto que los arquitectos de la Secesión Vienesa (el nombre que adopto una cofradía de pintores y arquitectos fundada en Viena a comienzos de este siglo, cuya
importancia respecto al desarrollo moderno del diseño no ha sido hasta ahora lo suficientemente difundida), introdujeron en los años cruciales de la crisis terminal del historicismo, una corriente ponderaba y muy tectónica suscitada cuando la nueva arquitectura que oscilaba entre un Art Nouveau rebelde y explosivo, y una racionalidad elitista y ascética surgió como una alternativa, un derrotero que ha venido a ser recuperado, casi después de un siglo, por una generación en la que Hollein es probablemente la figura más ilustre.
Las joyerías Shullin, la tienda de la vela Retti y aun la Reiseburo tres proyectos de reacondicionamiento interior que diseñó muy al comienzo de su retorno desembolsado y saturado de modernidad, una vena muy nerviosa, experimental e irreverente, que posiblemente alcanzó su cota más notable en los montajes que realizó para algunos de los más importantes certámenes artísticos italianos las Trienales de Milán de 1968
y 1979, la muestra Humanismo Deshumanismo, montada en el Palazzo
Strozzi de Florencia en 1980, y la Bienal de Venecia del mismo año, entre otros, todos los cuales confrontaron, tanto a la chatura de una arquitectura internacionalmente reiterativa y estéril, como los intentos teóricos y comerciales del neo historicismo.
Consagrado, así como uno de los innovadores más comprometidos y solventes de este fin de siglo, su primer proyecto de importancia le sobrevino en 1972, cuando el pequeño gobierno municipal de la pequeña ciudad alemana de Mongelgladbach le encargó diseñar un nuevo museo, un edificio vasto y exquisito que en el Hollein concilió sus expectativas
culturales y urbanísticas, con un manejo inusitado de lo funcional y tecnológico. Vinieron después encargos en Nueva York, Teherán, Austria,
Berlín y Madrid, una saga que quien sabe ha tenido una de sus expresiones
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