YO SOY MAESTRO DE CONSTRUCCIÓN

Título: ¡YO SOY MAESTRO DE CONSTRUCCIÓN! (1ra historia)

Género: psicológico (para reflexión)

Autor: HAROLD URUEÑA CARO

¡YO SOY MAESTRO DE CONSTRUCCIÓN!

Hace varios meses un hombre llamado Marcos se encontraba próximo a pensionarse, era maestro de obra y los años ya se le notaban en sus expresiones, en sus acciones y en su cara, ¡por supuesto! aquel hombre se encontraba muy feliz porque luego de tantos años al fin disfrutaría de su dinero que muy merecido se lo tenía, fue un trabajador íntegro y responsable, todos le tenían cariño y respeto, siempre usaba los mejores materiales para sus obras y nunca se aprovechaba de nadie.

El único inconveniente era quizá los diez hijos que debía sostener lo que hacía que su dinero no fuese lo suficiente para abarcar todo aquello.

El jefe de Marcos conocía toda su situación y en muchas ocasiones le ayudó a sobrepasar algunos problemas. Algunas veces las personas iban hacia donde Marcos cuando necesitaban un consejo para alguna construcción o algo parecido, Marcos creía que con todo lo que había hecho era suficiente como para no volver a saber algo de su profesión o escuchar y ayudar a las personas que pedían ayuda, él quería dejar todo aquello atrás y empezar a disfrutar.

Justo el día en el que Marcos debía pensionarse el jefe lo llama al teléfono y le expresa sus más sinceros agradecimientos por todo aquél tiempo de trabajo fiel a él.

El teléfono empieza a sonar y Marcos contesta:

-¡hola! ¿Con quién hablo?

-hola Marcos te habla Fernando, tu jefe.

-¡Mmmm! qué más jefe ¿cómo le vá?

-muy bien ¿y a ti? Sé que ya estás a unos pasos de pensionarte y dejarnos, pero quiero agradecerte por todo el tiempo que has dedicado a la empresa, todos esos años de trabajo y dedicación, por ser un trabajador fiel y excepcional, en realidad ¡te doy muchas gracias! agradezco mucho tu participación y honesto trabajo.

-¡Muchas gracias Jefe!

-Aunque pensándolo bien las gracias debería dártelas personalmente. ¿Qué posibilidades hay de que vengas a la empresa?

-¡si claro! solo dígame cuando.

-Pues ahora mismo, entre más pronto será mejor. Luego te pensionas, te vas de viaje y nunca más vuelvo a saber algo de ti.

-está bien iré de inmediato.

Marcos se alistó y tomó rumbo hacia la empresa. Cuando llegó a la empresa todos sus conocidos le saludaban y lo felicitaban. Al llegar a la oficina del jefe luego de pasar por la secretaria, el jefe se abalanzó hacia él y le dio un fuerte abrazo a la vez que le agradecía todo lo que había hecho y por los éxitos a los que había llevado la empresa.

-Marcos, antes de que te despidas completamente de nosotros tengo algo muy importante que pedirte. Tú eres mi mejor trabajador y quisiera encargártelo. Es un favor personal.

-¡Dígame!

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