“Cómo conozco, qué conozco”

[pic 1]

Centro universitario de Ciencias Sociales y Humanidades

Materia: Epistemología de las Ciencias Sociales

Tema: “Cómo conozco, qué conozco”

Profesor: José Alfredo Miguel Guzmán

Alumna: Vanelia Jomara Bojalil Bautista

¿Cómo conozco qué conozco?

La conciencia de conocer, es realmente necesaria para saber que conozco, y para ello debo reconocer él cómo es que llego a conocer que conozco.

Esto me lleva a plantearme la siguiente cuestión: ¿Cómo puedo saber qué sé? Para resolver esta incógnita necesito saber identificar que sé. Voy a utilizar un ejemplo para poder explicarlo; una caja, si yo no soy consciente de que identifico este objeto (caja) es decir, si la caja de mi imaginación no coincide con la caja física que tengo enfrente, ¿Cómo puedo saber si es la misma caja? A esto podría llamarle “El modo de conocer la capacidad natural para llegar a la verdad”

Para saber sí es la misma caja debería tener conciencia sobre este objeto, o sea saber que existe, sus cualidades, su forma, que si la caja de mi imaginación concuerda y encaja con la que tengo físicamente, si el juicio que emito en mi interior es acordé a la realidad, de ser así sabré entonces que conozco esta caja, aunque esté presente de dos formas, una mental y la otra palpable.

Si yo conociera esta caja primero, antes de conocer que soy capaz de conocer, entonces no sería consciente de mi conocimiento, y por tanto, no conocería esta caja particular tampoco. Suponiendo, por ejemplo, que aún no sé qué es soy capaz de conocer, hago este juicio: “esta caja es grande y me estorba”. ¿Me daría cuenta de que ese juicio corresponde a la realidad de las cosas? Creo que no. Si no me doy cuenta, entonces he hecho un juicio in-consciente, es decir, un juicio sin conocimiento. Para darme cuenta, debería hacer otro juicio posterior: “Sé que esta caja es muy grande y me estorba”. En ese momento, llegaría a ser consciente de mí conocimiento, entonces, ¿Cómo podría tener conciencia de este segundo juicio? Creando otro juicio después de ese juicio: “Sé que esta caja es muy grande y me estorba”. Pero para concientizarme de este juicio,  necesitaría otro después... y así sucesivamente hasta el infinito. Y en este caso el conocimiento “humano” resultaría “imposible”.

Para que mi conocimiento fuera efectivo y veraz tendría que ser consciente de que el juicio que yo emito en mis adentros se conforma y adecua según es la realidad, además que cada juicio es directo y especifico, porque se dirige a un objeto en particular ejemplo: “la caja me estorba porque es muy grande”. Pero al mismo tiempo, me invita a analizar  porque el mismo juicio asegura si es idéntico o no con la realidad que se estoy considerando con el juicio que estoy haciendo “¿La caja me estorba porque es muy grande?” esto sería verdadero sólo si yo así lo decido, puesto que el juicio es el acto humano en el que el soy capaz de reflexionar sobre mí misma y mi percibir, puesto que  cada juicio o acto especifico de conocimiento, me ayuda a saber que soy capaz de conocer y esta conciencia espontánea no se puede tener antes o después del juicio, sino cuando este se está llevando a cabo.

Acerca del conocimiento Kant dice lo siguiente:

Para conocer un objeto se requiere que yo pueda demostrar su posibilidad (ya sea por el testimonio de la experiencia, a partir de la realidad efectiva de él, ya sea a priori, por la razón). Pero pensar puedo [pensar] lo que quiera, con tal [de] que no me contradiga a mí mismo, es decir, con tal [de] que mi concepto sea un pensamiento posible, aunque yo no pueda asegurar que en el conjunto de todas las posibilidades a este [mi concepto] le corresponde, o no, un objeto. Pero para atribuirle a tal concepto validez objetiva (posibilidad real, ya que la primera era solamente la [posibilidad] lógica), se requiere algo más. Este algo más, empero, no precisa ser buscado en las fuentes teóricas del conocimiento; puede estar también en las prácticas. (Kant, I.: Crítica de la razón pura, B-XXVI.)

...