Comentario s La República de Platón

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Lectura: La República, de Platón

1. Lee los números vii a ix, inclusive, del Libro i de La República, que corresponde a las páginas 40 a 69 del manual referenciado:

Platón. (1910). El Estado o la República (Trad. Enrique Pérez). París: Casa Editorial Garnier Hermanos.  

Accede al manual a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:

http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=1564

2. Responde a las siguientes cuestiones:

• ¿Qué es la justicia y qué rasgos esenciales tiene, según el texto de Platón?.

En el texto de Platón, Trasímaco sostiene que “la justicia no es otra cosa que lo que conviene al más fuerte” y entiende que los más fuertes son los gobernantes, de manera tal que “en todas las polis, la justicia no es sino la conveniencia del gobierno establecido. Y éste, de una u otra manera, es el que tiene el poder”. Lo justo es lo legal, lo lícito de acuerdo a las leyes y costumbres vigentes, de acuerdo con el gobierno de turno en una polis. Si lo justo es lo legal el fundamento de la justicia estará en la voluntad del legislador y como cada uno persigue sus propios intereses, lo justo será la consecución de los intereses del legislador y el logro de su beneficio.

Sin embargo, a lo largo del texto, a través de un relato dialogado, Platón, bajo el personaje de Sócrates, intentará modificar el concepto de justicia de Trasímaco,  concluyendo en que la justicia “era sabiduría y era virtud, y en que la injusticia era vicio e ignorancia”, finalizando con la idea que para los hombres la justicia era “más fuerte que la injusticia”, así la justicia y por ende los hombres justos hacen el bien, sirviéndose de la justicia para el logro de sus empeños.

• Mientras Platón considera que la práctica de la justicia contribuye a la felicidad del hombre, Trasímaco defiende lo contrario. ¿En qué se basan uno y otro para argumentar su postura?.

Para Trasímaco, la justicia consiste en el dominio del más fuerte y que el que es injusto según los criterios morales vigentes es más feliz puesto que consigue mayor poder, mayor provecho y mayores placeres que el que somete su conducta a los dictados de la justicia.

Para Platón, todas las virtudes se basan en la justicia; y la justicia se basa en la idea del bien, y a su vez este conlleva la felicidad. Sócrates aclara que los justos se rebelan sabios y mejores aptos de obrar que los injustos, que son incapaces de toda acción en común y, añade que la justicia es sabiduría y virtud, en cambio, la injusticia es un vicio que implica ignorancia.

A pesar de ello, tras la discusión de Sócrates con Trasímaco no es posible ya ningún progreso en la argumentación, sencillamente porque la cuestión no había sido planteada con la suficiente radicalidad: de nada sirve, en efecto, continuar insistiendo en la tesis de que el hombre injusto es más feliz o bien por el contrario, en que la injusticia es fuente de infelicidad si no se define previamente en qué consisten la justicia y la injusticia y si quien la poseía era feliz o desgraciado.

• Para Trasímaco, la injusticia es un rasgo positivo y virtuoso para el buen gobierno de la ciudad. ¿En qué se basa para llegar a esa conclusión?.

        Para Trasímaco, los hombres injustos que tienen el poder suficiente para someter a las ciudades y los pueblos, para cometer la más completa injusticia, y por ello, los hombres perfectamente injustos son buenos y sabios porque gozan de impunidad para actuar arbitrariamente.

        En este sentido, la injusticia es elevada al rango de sabiduría y virtud, sobre todo cuando es perfecta y subyuga ciudades y naciones.

        Para Trasímaco, “la justicia no es otra cosa que lo que conviene al más fuerte” y entiende que los más fuertes son los gobernantes, de manera tal que “en todas las polis, la justicia no es sino la conveniencia del gobierno establecido. Y éste, de una u otra manera, es el que tiene el poder”. Lo justo es lo legal, lo lícito de acuerdo a las leyes y costumbres vigentes, de acuerdo con el gobierno de turno en una polis. Si lo justo es lo legal el fundamento de la justicia estará en la voluntad del legislador y como cada uno persigue sus propios intereses, lo justo será la consecución de los intereses del legislador y el logro de su beneficio.

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