Platón I. Comentario resuelto
Enviado por laurinha_vf • 6 de Febrero de 2013 • Trabajo • 2.978 Palabras (12 Páginas) • 611 Visitas
Platón I. Comentario resuelto
Texto para comentar
«Pues bien, mi querido Glaucón -proseguí-, este cuadro debemos aplicarlo exactamente a lo que dijimos antes. Hay que asimilar el mundo que nos es patente por medio de la vista al local de la prisión, y la luz del fuego que hay en ella a la luz del Sol. En cuanto a la subida al mundo superior y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la región inteligible no errarás con respecto a lo que constituye mi vislumbre, ya que has manifestado el deseo de oírme sobre esto. Si es o no verdadero, sólo la divinidad lo sabe. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del Bien; pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible h engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de la verdad y de la inteligencia, y que por fuerza tiene que verla quien quiera proceder sabiamente tanto en su vida privada como en la pública.»
Platón. República. Texto 1.- República, Libro VII. (8)
Cuestiones
Análisis del texto: ideas principales.
Análisis de los términos subrayados en el texto.
Relación de Platón con otros autores o corrientes de pensamiento: aproximaciones y diferencias.
Análisis del texto: ideas principales
La República es un diálogo didáctico escrito por Platón, filósofo griego del siglo IV a.C., en los primeros años de funcionamiento de la Academia, tras la vuelta de su
primer viaje a Sicilia. El tema central es la justicia. Como en otros diálogos platónicos, los adversarios son los sofistas. Consta de diez libros.
El Libro VII relata un diálogo entre Sócrates y Glaucón, hermano de Platón. La escena tiene lugar en el Pireo, en casa de Céfalo. Platón explica, por boca de Sócrates, el estado del alma con relación a cada clase de conocimiento, valiéndose de una comparación: el mito de la caverna.
"Este cuadro...". Comienza el texto haciendo referencia a la escena descrita en los párrafos anteriores, que no es otra que la situación imaginada de unos personajes que habitan en el fondo de la caverna.
Finge Platón que unos cautivos se encuentran encadenados en el fondo de una cueva. Allí se proyectan, mediante la luz de una hoguera, las sombras de los objetos que van pasando por la entrada de la cueva. Habituados a la oscuridad, toman como reales esas sombras, ya que nunca han percibido otra realidad más que esa. Si alguien, saliendo de esa situación, llega a contemplar la verdadera realidad se sentirá dichoso y lamentará la suerte de los demás cautivos. Pero si se propusiera volver a la caverna para sacar a sus antiguos compañeros del error en que están (toman las sombras por realidades), tratando de que dirijan su mirada hacia el exterior, la luz les cegará. Es seguro que no le comprenderían y le maldecirían por la ceguera.
La primera indicación es que para entender la enseñanza que encierra el mito de la caverna "hay que asimilar el mundo visible y el local de la prisión". El saber es como el ver, y para ver hace falta la luz. En la oscuridad de la caverna se confunden las cosas con sus sombras. Es el estadio correspondiente a la imaginación. Continúa el texto haciendo referencia "a la subida al mundo superior y a la contemplación de éste", comparándole "con la ascensión del alma hasta la región inteligible".
La liberación de las cadenas y el volverse desde las sombras hacia las imágenes y la luz, su ascenso desde la caverna hacia el sol, su primer momento de incapacidad de mirar allí a los animales y plantas y a la luz del sol, pero su capacidad de mirar los reflejos en las aguas y las sombras de las cosas reales, todo este tratamiento revela el poder de elevar el alma hasta la contemplación del mejor de todos los entes, tal como en la alegoría del mito de la caverna se elevaba el órgano más penetrante del cuerpo hacia la contemplación de lo más luminoso en el mundo visible y corporal. El sol y su luz, nos permiten ver al final, aunque con dificultad, la idea de Bien.
La subida al mundo superior es comparable al ascenso de la mente hacia la región de lo inteligible, o mundo de las ideas. La conclusión es que el final de ese proceso de ascensión se encuentra en la idea del Bien. La idea del Bien constituye el
presupuesto necesario de todo conocimiento, y finalmente, el fundamento del bien obrar.
El auténtico filósofo es el que ha logrado elevar su alma hasta el más alto grado del conocimiento inteligible. En los confines del mundo intelectual está la idea de Bien, que es la causa de todo lo bello y lo bueno que hay en el universo; es preciso fijar bien la mirada en esta idea para conducirse con sabiduría en la vida pública y en la privada. Ella es el principio, eterno e inmutable, del orden moral y del orden político. Por eso el fin de la educación filosófica, destinada a formar a los gobernantes del futuro Estado, debe ser el de dirigirlos hacia la idea de Bien.
La idea clave de la utopía platónica es que han de gobernar los filósofos. Quiere, Platón, demostrar la necesidad de educar a los ciudadanos más selectos para que obren con justicia dentro de una ciudad (polis) justa. ¿A quién se dará, y cómo, esta educación? A jóvenes escogidos que estén dotados de determinadas cualidades. Consumado el período de su formación, estarán en condiciones de gobernar, pues serán los mejores de los hombres y los más hábiles políticos del mundo.
Este texto presenta para nosotros un doble interés:
1º Un interés histórico. Nos introduce en el centro mismo del pensamiento de Platón, con la distinción fundamental del mundo sensible y el mundo de las ideas. El filósofo es alguien que ha roto con las visiones engañosas del mundo sensible para vivir entre las ideas.
2º Un interés perenne. La afirmación de que no es por la vista, sino por la inteligencia como se puede llegar a la realidad que está en lo alto, pone de manifiesto y nos hace comprender el valor de la filosofía, cuyo origen está en el asombro o en la admiración. El pensamiento filosófico tiende a lograr una verdad universal. Busca la verdad, y en consecuencia la reflexión filosófica aparece como una liberación. De ahí que la filosofía haya sido considerada desde la antigüedad la disciplina liberal por excelencia.
¿Cómo se elevará el alma progresivamente desde las tinieblas hasta la luz? Una serie de ciencias prepararán el camino: la aritmética, la geometría, la astronomía. Todas ellas no son más que el preludio de la verdadera ciencia, la que pone al hombre
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