El ego docente

El texto el ego docente nos ofrece la posibilidad de considerar la realidad personal   de cómo somos y como nos vemos a nosotros mismos.

El ego docente desde el  punto de vista del autor se refiere al egocentrismo de los profesores, de los equipos de trabajo y de los centros docentes.

Nos invita a reconsiderar la vocación, la misión, la función y la tarea docente desde diferentes ámbitos poco ejercitados en la formación de profesores. El docente que exige la educación actual y futura,  primeramente debe ser reconocido con un profesional y por ende ser consecuentes, auténticos, un constante testimonio ejemplar de lo que es el desarrollo integral de la personalidad.

Es la transformación del ego por el acto consciente de evaluar  nuestra labor y la importancia de reconocer las áreas de oportunidad, es así como reconociendo, nuestras debilidades y fortalezas podremos hacer  una atinada intervención en base a ellas; y lograr con esto una verdadera transformación de la sociedad.

¿Qué entendemos por ego docente?

El ego es la exteriorización del egocentrismo, el sentirse ejemplo para los alumnos, desde el punto de vista del propio docente o de lo que pretende que los alumnos logren alcanzar, realizar o aprender.

Es impedir que el alumno proponga alternativas diferentes a lo que uno tiene previsto.

Es la parte negativa de la personalidad de cada individuo, que no le permite reconocerse  como una  personas imperfecta, que comete errores, que realiza valores y emite juicios de acuerdo a su propia personalidad o convicciones.

El ego es la parte inmadura de creer que en el aula el docente lo sabe todo y no es consciente de que cada día se aprende de todas las personas con las que interactuamos.

Por su parte la conciencia es la que nos permite valorar nuestro trabajo realizar una introspección hacia el quehacer diario, nos permitirá crecer como docentes pues veremos reflejados los errores que hemos cometido, lo que nos faltó por realizar o que más puedes proponer para que los alumnos logren desarrollar y/o adquirir las competencias que le permitirán desenvolverse en su vida diaria.

La conciencia se centra en el acto de innovar a diario, de estar abierto al diálogo a  nuevas propuestas a implementar acciones en pro de la  mejora educativa de ser partícipes en el acto de aprender. Es el estar en armonía interior, con el entorno y con los semejantes, el perder el miedo de proponer acciones, tener la convicción de que sus actos pueden transformar la realidad existente.

Cuando el yo está saturado de ego, la realidad se percibe distorsionada, esto nos ocurre al principio del ciclo escolar cuando te das cuenta que al llegar un grupo nuevo solo le vez la limitantes que tiene, las cosas que no dominan y que de acuerdo al grado ya deben conocer.

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