En el momento en que dejamos de buscar perdemos lo que habíamos encontrado

“En el momento en que dejamos de buscar perdemos lo que habíamos encontrado. Y, por el contrario, cuanto más encontramos, más buscamos.” (p. 160)

El francés Jean Guitton, con 95 años, escritor y filósofo, miembro de la Academia Francesa y único laico autorizado para asistir al Concilio Vaticano II, imagina su muerte, entierro y juicio, mientras debate con una serie de grandes personajes de la historia. Realiza las cuestiones más esenciales de la filosofía, como un resumen de su carrera, en el libro un Testamento Filosófico. Conteniendo en sus capítulos dichas conversaciones.

En mi testamento filosófico, una de sus últimas obras, narra su lenta muerte en un lecho mientras no deja de discutir postulados filosóficos con sus ocasionales visitantes. Repasa la importancia de las virtudes y de los actos de sencillez en el trabajo y en la vida diarios. Iluminó el siglo con su pensamiento exigente, orientado hacia lo esencial: la búsqueda del sentido de la vida, que para él era lo mismo que la búsqueda de Dios.

Jean Guitton nos da conocer que en el momento en que dejamos de buscar perdemos lo que habíamos encontrado debido a que cuando algo real coincide con un concepto mental, ese algo resulta ser verdadero y el concepto también, pero por la certeza (seguridad de la verdad) del resultado de la búsqueda y nuestra opinión (admisión de posibilidades que resulten ciertas de lo contrario) acerca de la respuesta satisfactoria, por ignorancia (carencia de conocimiento) decidimos conformarnos con dicha búsqueda de la verdad, sin ir más allá, por la duda (nuestro juicio no se decide acerca de dónde está la verdad) ya que puede que nuestra búsqueda nos lleve a un resultado inesperado. Pues sabemos que hay algo en las cosas que nuestra inteligencia es incapaz de conocer.

Al mencionar que cuento más buscamos más encontramos, Jean Guitton hace referencia  a que no podemos llegar a saber toda la verdad, es un misterio del mundo, pero sí podemos conseguir la evidencia de un cierto número de verdades universales y necesarias. Al buscar más, más encontramos porque nuestra búsqueda obtendrá resultados positivos al conocer nuevas ideológicas. Al no saber la verdad, al no interesarse y empeñarse por descubrirla el ser humano vive en una especie de niebla.

El encontrar la verdad es, buscar en sí mismo y para si lo que cada uno posee en su interior. Es una investigación personal de lo verdadero. Al persuadir nos convencemos de que hemos encontrado el verdadero bien, el amor universal. La búsqueda de la verdad es algo real que coincide con un concepto real.

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