Espacio basura síntesis de lectura

“Hemos construido tanto como en toda la historia, pero no se nos recordará con la misma escala”. Estas palabras dentro de la lectura marcan el sentido que esta tiene para nosotros los constructores, los urbanistas, nosotros que en estos días construimos bajo una premisa económica, arquitectura desechable que en su mayoría busca fines de lucro, dejando de lado el contexto histórico que vivimos, nuestra identidad como nación, nuestras formas de vida y nuestra cultura en general. [pic 1][pic 2]

El espacio basura es lo ya mencionado, réplicas tras réplicas de edificaciones monótonas que no perciben el verdadero valor del espacio, muchas veces no están pensadas para que se habiten cómodamente, predominan los intereses de unos cuantos sobre los de la población, generalmente con pocos recursos económicos. “Nuestra preocupación por la gente ha vuelto invisible la arquitectura para la gente”.

El espacio basura carece de sentido, pareciera que no existe nada más alrededor, nada que lo modifique indirectamente, que pueda crear una rotura fácilmente identificable en los espacios urbanos, una aberración que no respeta a nadie más que a sí misma.

Este tipo de construcciones y espacios se vuelven además efímeros, dependiendo el rumbo por el que se mueva la sociedad, es decir, se hace alusión a las marcas de moda, lo más demandado, prácticamente cualquier cosa que venda, cuando esta pasa de moda el ciclo se repite ahora con un nuevo producto que nuevamente rechaza el contexto, imponiéndose de tal manera que se nos vuelve normal verlo, la mayoría de las veces estamos tan acostumbrados a estos cambios que ni siquiera los percibimos.

En cuanto a los materiales, ya sea tal vez por la facilidad y rapidez de la construcción, estos son cada vez más modulares, más ligeros, más simples, ya no existen edificios artesanales, más que en algunos espacios normalmente alejados de las grandes ciudades donde los recursos y conocimientos que parecieran una ventaja en el ámbito arquitectónico son insuficientes para emplear técnicas “modernas”.

La cultura del consumismo está consumiendo a la arquitectura, a la sociedad misma, a nuestra forma de vida, claramente estamos pasando por una etapa de cambio que independientemente sea buena o mala, nos arrastra cada vez más a lugares construidos artificialmente, alejados de elementos naturales que emanan vida, se sustituyen por simulaciones de materiales artificiales que nos pretenden dar una sensación de comodidad y libertad, sin embargo, inconscientemente es todo lo contario, se vuelve como una pequeña enfermedad que sin un tratamiento adecuado por parte de nosotros los arquitectos empeorará drásticamente hasta consumirnos por completo.

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