Esta poesía solo se refiere a la lectura y el estudio, pero puede entenderse que el trato con los libros es una importante vía de acercamiento a la comprensión del valor de la cultura.
Enviado por gerardoV07 • 31 de Enero de 2016 • Ensayo • 2.530 Palabras (11 Páginas) • 338 Visitas
Esta poesía solo se refiere a la lectura y el estudio, pero puede entenderse que el trato con los libros es una importante vía de acercamiento a la comprensión del valor de la cultura.
Esta poesía es un soneto y su autor es Francisco de Quevedo, una de las figuras más importantes de los Siglos de Oro de la literatura española. Francisco de Quevedo vivió en los siglos XVI y XVII (1580-1641).
Hemos utilizado una poesía para explicar el sentido de la Filosofía y la cultura, porque así puede verse cómo están profundamente entrelazados los valores de la significación, la teoría, la belleza y el pensamiento.
Es importante observar que este soneto lo escribió Francisco de Quevedo hace poco menos de 400 años, y hoy, en pleno siglo XXI, está vigente y su valor y belleza permanecen.
Retirado en la paz de los desiertos
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los ojos difuntos,
y escucho con los ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos, callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas, que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadoras,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.
Esta poesía solo se refiere a la lectura y el estudio, pero puede entenderse que el trato con los libros es una importante vía de acercamiento a la comprensión del valor de la cultura.
Esta poesía es un soneto y su autor es Francisco de Quevedo, una de las figuras más importantes de los Siglos de Oro de la literatura española. Francisco de Quevedo vivió en los siglos XVI y XVII (1580-1641).
Hemos utilizado una poesía para explicar el sentido de la Filosofía y la cultura, porque así puede verse cómo están profundamente entrelazados los valores de la significación, la teoría, la belleza y el pensamiento.
Es importante observar que este soneto lo escribió Francisco de Quevedo hace poco menos de 400 años, y hoy, en pleno siglo XXI, está vigente y su valor y belleza permanecen.
Retirado en la paz de los desiertos
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los ojos difuntos,
y escucho con los ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos, callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas, que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadoras,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.
Esta poesía solo se refiere a la lectura y el estudio, pero puede entenderse que el trato con los libros es una importante vía de acercamiento a la comprensión del valor de la cultura.
Esta poesía es un soneto y su autor es Francisco de Quevedo, una de las figuras más importantes de los Siglos de Oro de la literatura española. Francisco de Quevedo vivió en los siglos XVI y XVII (1580-1641).
Hemos utilizado una poesía para explicar el sentido de la Filosofía y la cultura, porque así puede verse cómo están profundamente entrelazados los valores de la significación, la teoría, la belleza y el pensamiento.
Es importante observar que este soneto lo escribió Francisco de Quevedo hace poco menos de 400 años, y hoy, en pleno siglo XXI, está vigente y su valor y belleza permanecen.
Retirado en la paz de los desiertos
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los ojos difuntos,
y escucho con los ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos, callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas, que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadoras,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.
Esta poesía solo se refiere a la lectura y el estudio, pero puede entenderse que el trato con los libros es una importante vía de acercamiento a la comprensión del valor de la cultura.
Esta poesía es un soneto y su autor es Francisco de Quevedo, una de las figuras más importantes de los Siglos de Oro de la literatura española. Francisco de Quevedo vivió en los siglos XVI y XVII (1580-1641).
Hemos utilizado una poesía para explicar el sentido de la Filosofía y la cultura, porque así puede verse cómo están profundamente entrelazados los valores de la significación, la teoría, la belleza y el pensamiento.
Es importante observar que este soneto lo escribió Francisco de Quevedo hace poco menos de 400 años, y hoy, en pleno siglo XXI, está vigente y su valor y belleza permanecen.
Retirado en la paz de los desiertos
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los ojos difuntos,
y escucho con los ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos, callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas, que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadoras,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.
Esta poesía solo se refiere a la lectura y el estudio, pero puede entenderse que el trato con los libros es una importante vía de acercamiento a la comprensión del valor de la cultura.
Esta poesía es un soneto y su autor es Francisco de Quevedo, una de las figuras más importantes de los Siglos de Oro de la literatura española. Francisco de Quevedo vivió en los siglos XVI y XVII (1580-1641).
...