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Etica. La postura sobre los dioses Epicuro


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2022  •  Apuntes  •  9.695 Palabras (39 Páginas)  •  100 Visitas

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CLASE N° 7 – 13/9/22

Pablo -prof.-: Fundamentalmente, con lo que nos vamos a quedar es con la explicación, o sea, la enunciación y la explicación de los primeros dos puntos del Tetrafarmakon, o sea, con la recta opinión sobre los dioses y la justa o recta opinión sobre la propia muerte.

No me acuerdo si en ese video alcanzamos a ver un poco más o si es que habíamos hablado un poco más, la idea es que nos quedemos solamente con esos dos puntos y hoy día ver como el tratamiento sobre la postura que tiene Epicuro sobre el placer y sobre el dolor. Esta idea que él plantea de por qué es fácil obtener el placer, y por qué es fácil rehuir del dolor.

No quedó ninguna duda con los dos primeros puntos del Tetrafarmakon, entonces?

Bueno, como para hacer el resumen mencionemos rápidamente los argumentos:

En la postura sobre los dioses Epicuro va a decir que simplemente que a los dioses no hay que temerles, no tiene sentido temer a los dioses porque por un lado… o sea, el argumento central es que los dioses no están interesados en la vida humana, a los dioses no les importamos. ¿Y cómo argumenta esto Epicuro?, él va a sostener que los dioses tienen un nivel de perfección tal, que los asuntos humanos le son meramente indiferentes y como les somos completamente indiferentes no tiene sentido estar pidiéndoles, ni rogándoles, ni haciendo ritos para ganarnos su favor, etc., etc. En ese sentido, Epicuro va a sostener y va entender que la preocupación por los dioses, en términos generales, es una de las principales causas de turbación mental para los seres humanos y él dice: “miren esta fuente no tiene ningún sentido porque directamente los dioses no se preocupan por nosotros”. Ese es el argumento principal.

Después, hay algunos argumentos asociados que Epicuro va a decir incluso que por la concepción de naturaleza que él tiene, él va a sostener (esto no lo dice directamente en la carta, yo se los comento) que él también a va a sostener, que los dioses no tienen el poder, incluso aunque los dioses quisieran afectar en la vida de los hombres alterando los ciclos naturales, los dioses no pueden hacer eso. Es verdad, los dioses son más fuertes que los seres humanos, totalmente, pero por más que sean dioses no pueden hacer todo. Es más, ni siquiera pueden hacer aquellas cosas que el pensamiento religioso griego pensaba que podían hacer los dioses. No pueden alterar, por ejemplo, el ritmo de las cosechas, no pueden alterar el estado del mar, no pueden hacer llover, no pueden hacer nada de eso, eso por un lado.

Por otra parte, el argumento con la positiva de Epicuro es que, claro, la principal parte de argumento con la negativa de que no hay que temer a los dioses por esto, pero como él dijo que los dioses son más perfectos que los seres humanos, él sostiene que los dioses también, en contraposición a lo que pensaba el pensamiento griego de la época, pensamiento religioso griego (tanto docto como de sentido común), es que los dioses no viven peleados o peleándose los unos con los otros. Los dioses viven en armonía, en ese sentido los dioses son felices. Entonces Epicuro va a decir: “No hay que temerle a los dioses porque no están ni ahí con nosotros, no les importamos, les somos indiferentes; pero incluso si quisiéramos pensar en los dioses de manera positiva, deberíamos verlos como modelos a seguir, porque son más perfectos que nosotros y son felices”.

Eso es como, a resumidas cuentas, lo que plantea Epicuro sobre los dioses.

Y bueno, esta cuestión que yo les mencioné sobre los dioses la clase pasada, la primera clase de Epicuro, que, como Epicuro sostiene que en última instancia todo está conformado por átomos y todo es material, los dioses también son materiales. La principal diferencia entre los dioses y los seres humanos, es que los dioses son inmortales… Epicuro va a sostener que nosotros en nuestra vida estamos constantemente ganando y perdiendo átomos, todo el tiempo, y cuando acaece la muerte en nosotros es porque, no sé, la constitución atómica que tenemos se desarma.

¿Por qué los dioses son eternos? O sea, inmortales? Porque los dioses tienen una capacidad de intercambiar átomos por el medio que los rodea tan grande que se mantienen prácticamente idénticos a sí mismos todo el tiempo. En ese sentido los dioses también están expuestos a la corrupción de lo natural, con la diferencia que ellos son inmortales por tener una peculiaridad particular de intercambio de átomos con el medio que los rodea, por decirlo de alguna manera. Eso los vuelve inmortal a los dioses y nos vuelve mortales a nosotros. En última instancia la muerte llega, va a sostener Epicuro cuando nuestra composición corporal, por algún motivo, deja de intercambiar átomos con lo que nos rodea y nos desarmamos, por decirlo de alguna forma. Como si fuéramos un castillo de naipes, se desarma. O sea, los naipes siguen ahí, pero nosotros nos desarmamos.

Bueno, eso sería el resumen rápido del primer punto del Tetrafarmakon.

El segundo punto, que tiene que ver con el sin sentido que tiene preocuparse de la propia muerte, no de la muerte en general, sino de la propia muerte. Se basa fundamentalmente en el argumento que: “No hay que temer a la propia muerte (para decirlo en sencillo) porque nosotros jamás vamos a poder sentir o vivenciar nuestra propia muerte”. Epicuro va a decir: “Mientras nosotros estamos vivos, o somos, la muerte no es para nosotros, y cuando la muerte acaece o sucede, ya no hay un nosotros, ya no hay un yo que la sienta”. Entonces, la propia vida con la muerte, no se tocan, para entender un poco mejor este argumento hay que tener en cuenta que para Epicuro todo conocimiento, por decirlo de alguna manera, parte por la sensación, o sea, si yo no siento físicamente algo, no lo puedo conocer. Entonces, cuando yo muero, dejo de existir, y la idea es que… como vimos anteriormente, como yo les mencioné, que Epicuro también tiene una noción de que el alma no trasciende a la vida del cuerpo, cuando nosotros morimos no queda nada así como un yo, como una conciencia, como algo que pueda percibir esa muerte. Entonces, no tiene sentido preocuparse o temer a la propia muerte porque yo nunca la voy a experimentar. Ese es el meollo, o el núcleo duro de argumento. Pero al mismo tiempo, Epicuro se da cuenta que ese pensamiento es difícil (y si ustedes se fijan en este punto), él siempre recomienda que todo lo que está diciendo en la epístola hay que reflexionarlo constantemente, hay que entrenarse en estos pensamientos; pero respecto a la propia muerte, al parecer se da cuenta que es un tema particularmente importante en el sentido de que genera temor. En ese punto es cómo que hace hincapié en: “acostúmbrense o ejercítense en esta reflexión sobre por qué no hay que temerle a la propia muerte”. Eso sería, y bueno, el hecho de que no se le tema a la propia muerte, no significa que yo no voy a sufrir con la muerte de los demás. El argumento aplica a la propia muerte simplemente. Y bueno, él hace también esta reflexión de que cuando menciona que no es propio del sabio rehuir a la muerte, pero tampoco es propio del sabio buscar la muerte. Y esto último nos dice… porque claro, el argumento que él da es que no hay que temer a la propia muerte y como no hay que temerla no tiene sentido tomar demasiados recaudos para no morir, porque nos vamos a morir igual. Obviamente, es importante tratar de llevar una vida lo más saludable posible en todo sentido, cosa que cuando acaezca la inevitable muerte, bueno, digamos, que uno llegue de la mejor forma posible. No es lo mismo morir con un buen estado de salud, que estar agonizando, por ejemplo, 6 meses, porque uno se va deteriorando de a poco.

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