Filosofía del pensamiento humanista contemporáneo “Historia de la filosofía”
Ramgo A.I.Documentos de Investigación1 de Febrero de 2023
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UNIVERSIDAD POPULAR AUTONOMA DE VERACRUZ
“CAMPUS RAUL FUENTES CALVO”
Filosofía del pensamiento humanista contemporáneo
“Historia de la filosofía”
Aldo Iván Ramírez Gómez
Mtro. Gabriel Alfredo Carrillo Burgos
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA
1. EL SURGIMIENTO DE LA FILOSOFÍA Y SU DISTINCIÓN DE LA MITOLOGÍA.
Tradicionalmente se ha considerado que el origen de la Filosofía en la antigua Grecia fue posibilitado por algunas causas específicas, a saber: a) la situación geográfica de Grecia; b) su contacto con Oriente próximo; c) el ambiente espiritualista del siglo VII a.C.; d) el característico “genio griego”; e) la peculiar religión de las polis griegas, y f) las teogonías y cosmogonías[1]
Respecto de la situación geográfica cabe decir que Grecia es un territorio conformado por costas, lo que facilitó la navegación; además, la tierra no cultivable del territorio hizo necesario el comercio por el Mar mediterráneo. Esto condujo a las diversas polis griegas a entrar en contacto con el Oriente próximo, lo que les permitió aprovechar diversos elementos de la cultura egipcia, fenicia y mesopotámica. Otra causa del surgimiento de la filosofía se encuentra en el ambiente espiritualista del siglo VII, que consistió en el auge de la literatura en las polis, con el desarrollo de los cantos que explican la divinidad (Hesíodo); aparece también la lírica (Anacreonte, Arquíloco, Safo, Estesícoro, etc.)
Se atribuye además un específico genio a los griegos de la época clásica por sus diversas contribuciones en distintas áreas en la conformación de la cultura occidental, tales como las ciencias, las artes plásticas, la Filosofía, el Derecho, la Política, la Literatura, etc. Sobre la explicación de este genio han surgido al menos dos interpretaciones: la romántica, que subraya el equilibrio y la mesura, y la nietzscheana, que señala la lucha de dos impulsos: el dionisiaco y el apolíneo. Con respecto a la religión griega, ésta sufrió diversos cambios al entreverarse en ella elementos orientales, lo que posibilitó que surgiera el deseo de una vida de ultratumba, como sucedió con los «Misterios de Eleusis», basados en el culto a Démeter, la madre tierra, y prometía una vida en el más allá. Aparece también el culto de Dionisios, señor de la vida y la muerte: vinculado con Orfeo y una religión de salvación, el orfismo. Según el orfismo, los hombres nacieron de las cenizas de los titanes, aniquilados por Zeus. Por último, las obras de Homero (Ilíada, Odisea) y Hesíodo (Teogonía, Los trabajos y los días) contribuyeron a la formación de los griegos, y son un antecedente de la filosofía, en la medida en que el mito ya es una forma primitiva de la filosofía.[2]
2. LA PREGUNTA POR EL FUNDAMENTO PRIMERO DEL UNIVERSO EN LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS.[3]
El problema fundamental que se plantearon los filósofos presocráticos fue el de la Naturaleza, razón por la cual Aristóteles se refiere a ellos como «filósofos de la naturaleza» o «naturalistas» (Φυσιολογοι). En conformidad con lo anterior, la pregunta directriz de sus investigaciones iba encaminada a tratar de responder estas preguntas: ¿de qué están hechas todas las cosas?, ¿cómo se originan?, ¿cuál es el principio de donde todo proviene? La solución a todas estas cuestiones puso en marcha la empresa intelectual de averiguar qué se encuentra a la base de todo lo que aparece. La noción de Naturaleza(φυσις), que resulta central en sus investigaciones, se refiere a lo que subyace o subsiste detrás de todas las mutaciones. La Naturaleza así entendida condujo a los pensadores griegos a preguntarse por el principio (αρχη), cuyo significado implica: 1) la fuente y origen de todo, 2) la desembocadura o término de todo y 3) el fundamento permanente de las cosas. Cabe decir que este principio era, para muchos presocráticos, de índole material. Ahora bien, el método empleado por estos incipientes pensadores era ciertamente muy distinto a los métodos científicos contemporáneos, pues hay que decir que los griegos desconfiaban de los sentidos: su método no era empírico, sino más bien especulativo, por lo que se puede afirmar que elaboraron más una Metafísica que una Física, en el sentido actual que posee esta palabra.
Aunque las preguntas acerca del origen de la realidad ya se encontraban presentes desde las cosmogonías religiosas (v. gr., en Egipto, o en la propia mitología griega), los filósofos retomaron estas narraciones mítico-religiosas y llevaron a cabo la tarea de aislar los elementos racionales presentes en ellas, separándolos de los elementos alegóricos y místicos con los que estaban unidos. Esta transición paulatina de una racionalidad dominada por una visión antropomórfica y fantástica del mundo a una racionalidad cada vez más consciente de sus componentes lógicos y empíricos, es lo que suele denominarse «paso del mito al logos». Los primeros pensadores que intentaron esta nueva vía explicativa fueron los milesios.
3. SOCRATES: VIDA Y OBRAS.
Filósofo griego, de recia personalidad, que perfilará la figura del filósofo en su más noble definición: rectitud moral e intelectual. Con Sócrates primero, y con Platón y Aristóteles después, la filosofía griega se afianza definitivamente y se ofrece fecunda y perenne hasta nuestros días.
Sócrates nació en Atenas el año 470 ó 469 a.C., y murió en el 400 ó 399 a.C. Fue hijo de Sofronisco, probablemente escultor, y de Fenareta, que al parecer ejercía como comadrona. Fue al principio escultor como su padre, y entre sus obras artísticas se cita con especialidad un hermoso grupo de las Tres Gracias; fue después discípulo de Anaxágoras y de Arquelao, y se entregó con el mayor ardor al estudio de la filosofía. Sirvió algún tiempo a su patria con las armas, distinguiéndose en el sitio de Potidea, en la batalla de Delio y otros combates. La paz le devolvió a sus estudios y a sus discípulos, y el valor que había mostrado en el ejército, el desinterés y hasta la gloria que manifestó al volver a su antigua vida, le designaron a los sufragios de sus conciudadanos para las grandes magistraturas de la república, en las cuales desplegó altas virtudes políticas.
En Sócrates empieza una nueva época de filosofía griega, pues todas las escuelas posteriores, por divergentes que parezcan, emanan de él. No fundó sistema alguno, antes bien fue antagonista declarado de la sofística, y en general de toda especulación, mirando como temeraria e inútil la ciencia que traspasa los límites de la conciencia y no tiene por objeto la perfección moral del hombre. Su obra consistió en provocar al hombre a la observación de sí mismo, y en hacer del alma humana el principal objeto de la filosofía. Fue el fundador de la moral, el primero que sospechó su existencia, y sentó las bases del derecho natural. La filosofía de Sócrates no solo fue una ciencia, sino también un arte; realizó cuanto pudo en su vida lo bueno y lo bello que enseñaba en sus lecciones. Maestro de los hombres, soldado intrépido y magistrado recto, cumplió fielmente los deberes de su vida civil y privada. Su lucha contra los sofistas y la franqueza de su enseñanza moral y política le acarrearon muchos enemigos. Aristófanes empezó a ridiculizarle en sus comedias, y con esto dio el primer golpe a su popularidad. Melito, Anito y Licon le acusaron de que corrompía a la juventud y desconocía a los dioses nacionales introduciendo divinidades nuevas.
Sócrates no dejó nada escrito. Todo cuanto conocemos sobre él lo debemos a testimonios antiguos, principalmente a Platón (que fue discípulo directo suyo), a Jenofonte y a algunas referencias de Aristóteles. También aparece en la comedia Las nubes, de Aristófanes, pero este último testimonio no es muy de fiar por su estilo caricaturesco. De hecho, según las fuentes a que nos atengamos, obtendremos distintas imágenes de Sócrates. En todo caso, el conocimiento más sugestivo lo debemos a Platón, si bien resulta muy difícil discernir las doctrinas de uno y otro.
Según Aristóteles, las dos contribuciones más valiosas de Sócrates a la filosofía fueron: el procedimiento inductivo y la definición universal. Pero la enseñanza de Sócrates más característica se cimenta en la moralidad. Las fuentes antiguas coinciden en atribuir a la moral socrática una doctrina positiva de la virtud: aquella que afirma que la virtud es conocimiento, de donde deriva que toda mala acción es fruto de la ignorancia y, por lo tanto, involuntaria. La denominada paradoja socrática consiste en considerar que conocer la virtud es ser virtuoso, del mismo modo que conocer las matemáticas es ser matemático. La otra doctrina fundamental de su ética es la del cuidado de sí mismo como auténtico sentido de la vida humana. El conocimiento de sí como cuidado del alma se convierte en sophrosyne, o templanza y se opone a la akrasía (o carencia de dominio del propio sí corpóreo), que se produce cuando el alma incumple los deberes para consigo misma, no realizando, por tanto, su propia función.
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