PLATÓN Y LA PROSCRIPCIÓN DE LAS LETRAS

PLATÓN Y LA PROSCRIPCIÓN DE LAS LETRAS

CUARTA LECCIÓN

Para entrar en contexto es necesario hacer una breve introducción, Platón (Atenas  427-347 a. C.) Filósofo griego. Junto con su maestro Sócrates y su discípulo Aristóteles, Platón es la figura central de los tres grandes pensadores en que se asienta toda la tradición filosófica europea. Ahora, como proscripción, se entiende la acción de expulsar a alguien de su patria o su ambiente, especialmente por causas políticas.

En el presente reporte enunciaré uno de los aspectos más controvertidos y latentes dentro de la obra de Platón. Como se ha visto a lo largo del curso, los filósofos despreciaban el arte de las letras, por ser subjetiva, por carecer de razón, es decir, una actividad carente de conocimiento.

En los época de Platón, la función tradicional del poeta era conocer todas las cosas humanas y divinas, una tarea difícil, ya que el saber es demasiado vasto como para conocerlo en su totalidad y no sólo eso, también tenía la encomienda de educar acorde a la moral y buenas costumbres.

Platón criticaba a la escritura mediante los siguientes argumentos, decía que los escritos no añadían nada nuevo, sólo eran para recordar, además que señalaban una sola cosa, que es la misma siempre, formando la imagen muerta o inerte del discurso oral, no variaban, sin mencionar que no hacían distinción entre sabios e ignorantes, circulando por todas partes. Debido a la lentitud en la introducción de las personas en la escritura, la poesía entró en crisis y dejó de cumplir la ya mencionada función, a aparte que para Platón, esa función debiera ser exclusiva de la Filosofía y propone una nueva paideia (educación) en la que los poetas no son necesarios trayendo a colación versos de Homero, Hesíodo, Esquilo, Eurípides, Píndaro, etc., donde aparecen ejemplos que incitan al vicio y ya que Platón califica a la poesía de mimética, ve un peligro inminente en ella, pues quien se encuentre en contacto con dicha disciplina podría imitar esos perniciosos hábitos, dejarse envolver  en un mundo proteico y desmesurado, separando en varios pedazos el alma del oyente. Además, como el poeta no posee los conocimientos que presume tener y carece de toda episteme y techné, se encuentra a una triple distancia de la verdad. Su saber es ilusorio, y además despierta, aviva y nutre la parte irracional del alma.

“Sólo hay un Dios, y es el conocimiento, y una maldad, que es la ignorancia.” 
―Platón

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