Platón . El sentido de las palabras
Enviado por Noeliita22 • 25 de Abril de 2023 • Apuntes • 1.365 Palabras (6 Páginas) • 47 Visitas
Instituto Superior de Formación Docente 104
Carrera Profesorado de Educación Primaria
Materia: Filosofía
Profesor: Nilda Sobrero
Platón
El sentido de las palabras.
Acercarse a la cultura griega, a sus pensadores, no es una tara fácil, dado el tiempo transcurrido. La palabra, aparece como herramienta privilegiada para conocer esa época, más teniendo en cuenta que fue un elemento fundamental para el desarrollo de la cultura griega. A primera vista, parece entonces, que con el contacto con los textos que dejaron los griegos podríamos enriquecernos mucho sobre esa cultura. Pero nos enfrentamos a dos obstáculos: el griego antiguo, como lengua viva, se ha perdido irremediablemente, lo cual hace muy difícil la traducción de esos textos; por otro lado los griegos privilegiaron la palabra hablada, la escrita sólo fue en un primer momento un ayuda memoria, un soporte técnico.
Afortunadamente para la época que vivió Platón, la lengua escrita estaba afianzándose y disputando un lugar con la palabra hablada. Platón escribió varios libros (alrededor de treinta obras), las palabras escritas que de él nos han llegado tienen la forma de “diálogos”, como si quisiera representar la palabra hablada. El personaje principal de sus obras es Sócrates, quien aparece como la voz sabia, que interroga y es interrogado. Sócrates fue el maestro de Platón, y murió condenado cuando éste contaba con veintisiete años. Su relación con Sócrates fue muy importante; la muerte injusta de su maestro condenado por los jueces de la ciudad, significó una pérdida irreparable; es en este sentido, que intenta a través de su obra remediar aquella injusticia.
En su obra se refiere a Parménides y a Sócrates como sabios, pero habla de él mismo como filósofo. “Este amor (eros) es un deseo de buscar, de poseer algo que nos falta, algo que ya no tenemos: la sabiduría se ha perdido y la filosofía trata de encontrarla”.
El pensamiento e Platón es político, pues busca la justicia en la sociedad y en el individuo; pero también es religioso, ya que pretende reintegrar al hombre a su verdadera naturaleza. Por último es un pensamiento pedagógico, pues considera que esas metas sólo se logran a través de un proceso de educación, que constituye un modo característico de vida, que en su caso es “vivir en la filosofía”
Sócrates y la inmortalidad del alma.
La integridad moral y la conmoción espiritual que Sócrates produjo en Platón lo llevaron a pensar que había algo en su maestro, que no podía morir. Era algo que permanecía idéntico a sí mismo, algo probablemente divino. Esta idea lo llevó a concebir la idea de alma inmortal. Si bien ya otros pensadores, había hecho referencia a esta noción (sectas filosóficas- Pitágoras), en Platón se vuelve un concepto fundamental.
Para Platón el alma tiene un origen divino, por eso comparte con lo divino la inmortalidad; está en un cuerpo sujeta a sus deseos, pero la esencia del alma es buscar la verdad única. Por esta razón el deseo del alma es abandonar el cuerpo, para poder contemplar la verdad desde el lugar de los dioses. Según Platón el alma ha conocido la verdad, definiéndola como lo permanente, lo único, lo no cambiante; debe apartar su mirada de lo aparente, lo diverso y dirigirla hacia sí misma. La filosofía para Platón nos ofrece esta posibilidad: “la filosofía es el diálogo del alma consigo misma”.
El rechazo de la sensibilidad.
Lo desarrollado en el apartado anterior, nos muestra el sentido profundamente religioso de la concepción de Platón, lo cual no se contradice con una forma de pensar filosóficamente.
Platón cree, como lo expresa en su obra Fedón, que el alma está prisionera en el cuerpo, que le hace ver la realidad a través de él. Por lo tanto es tarea del filósofo intentar sacar al alma el cuerpo, exhortándola a liberare de él y a no con fiar en sus sentidos
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A través de la filosofía, el alma dejará el testimonio de los sentidos y podrá concentrarse y recogerse sobre sí misma.
Según Platón los sentidos nos ofrecen multiplicidad y cambio, pero no captan “lo real como algo que es en sí”. El filósofo cree que existen en nuestra alma ciertos conceptos (ej. Igual, mayor, menor)
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