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SOBRE EL ENTE Y LA ESENCIA EN TOMÁS DE AQUINO


Enviado por   •  24 de Enero de 2016  •  Apuntes  •  4.339 Palabras (18 Páginas)  •  846 Visitas

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2. SOBRE EL ENTE Y LA ESENCIA EN TOMÁS DE AQUINO

        Siguiendo el hilo de la metafísica sobre el ser, estudiaremos ahora el opúsculo de Santo Tomás titulado Sobre el ente y la esencia (De ente et essentia), que es el opúsculo más conocido y estudiado de Santo Tomás y el que condensa mejor su doctrina metafísica. Este pequeño tratado es un paradigma de la asimilación de la filosofía de Aristóteles, así como de la influencia de los grandes filósofos y comentaristas árabes, como Avicena y Averroes. Estos autores empezaron a conocerse ampliamente en Occidente a mediados del siglo XIII, gracias al levantamiento de la prohibición de leer los libros paganos y, en concreto, las obras de Aristóteles, prohibición que pesaba desde principios de siglo. En la Universidad de París, la más importante e influyente de Europa, esa prohibición se levantó precisamente gracias a los esfuerzos de asimilación de filósofos como Alberto Magno y el propio santo Tomás, quienes impusieron con su magisterio la conveniencia para la teología cristiana de tomar de Aristóteles y de los filósofos paganos todo aquello que fuera útil y provechoso para la fe. Se puede decir que el Sobre el ente y la esencia es la mejor prueba de la penetración de la filosofía de Aristóteles en la universidad de París, y, en especial, de su filosofía sobre el ser.

        Con este tratado, santo Tomás pretende prestar un servicio a la teología con la asimilación del núcleo de la filosofía. Sobre el ente y la esencia es una especie de prolongación de la Metafísica de Aristóteles, especialmente de los libros V y VII, en los que hemos visto que se analizan los diversos sentidos de “lo que es”, en terminología tomista, del “ente”.

2.1. Proemio: Tema y método

        Santo Tomás comienza en el proemio declarando el tema de su trabajo: el estudio del significado de los términos de “ente” y “esencia”, así como del modo en que se encuentran en las diversas cosas, es decir, en las diversas clases de entes, y cómo se expresan éstos según las “intenciones lógicas” de género, especie y diferencia. Ese tema de estudio lo justifica por el hecho de que el ente y la esencia son los conceptos que en primer lugar son concebidos por el entendimiento:

        Puesto que «un pequeño error en el principio se hace grande al final», como afirma el Filósofo (i. e. Aristóteles) en el primer libro Del cielo y del mundo, y el ente y la esencia son los primeros conceptos del entendimiento (ens autem et essentia sunt quae primo intellectu concipiuntur), como dice Avicena en el libro primero de su Metafísica, por eso, a fin de que no caigamos en el error por ignorarlos, con el propósito de superar la dificultad que implican, vamos a tratar del significado de los términos esencia y ente (quid nomine essentiae et entis significetur), y de cómo se encuentran en las diversas cosas, y cómo se relacionan con las intenciones lógicas (intentiones logicas), a saber, con el género, la especie y la diferencia (genus, speciem et differentiam) (Proemio, 1).

La razón de que el ente sea lo que primero capta en sentido propio el entendimiento y que, por tanto, sea su objeto propio, es que el ente es el objeto formal común a todo entendimiento, es decir, la forma por la cual la inteligencia como tal capta lo entendido. El ente, por tanto, es una representación universal que está incluida en todo lo que el entendimiento piensa, y es primera porque todas las demás nociones la suponen o incluyen en sí mismas. El concepto de ente está implicado en todos los conceptos, los cuales se reducen o resuelven en él.

La esencia es también objeto primero del entendimiento porque en ella se concreta la concepción del ente. El ente, en el estado actual del entendimiento unido a un cuerpo, se concibe en la forma de esencia de los seres materiales. Por eso la esencia de los seres sensibles materiales es el objeto formal propio del entendimiento humano en su estado presente, porque en el conocimiento de tal esencia está ya contenido el concepto de ente.

En cuanto a las intenciones lógicas mediante las cuales se expresan el ente y la esencia, éstas no tienen evidentemente el sentido psicológico de propósito para lograr un fin. Con el término “intentio”, santo Tomás se refiere 1) al acto del entendimiento dirigido al conocimiento de un objeto y, por extensión, 2) al resultado del acto mismo del entendimiento, es decir, al concepto de la realidad entendida.

        En este segundo sentido, las intenciones pueden ser de dos tipos: de primera intención, que son el resultado de un acto intelectual directo aplicado a las cosas, es decir, conceptos que se refieren directamente a las cosas tal como éstas son; y de segunda intención, que son el resultado de una reflexión intelectual por la que el entendimiento conoce sus propios actos y las relaciones que adquieren los contenidos de dichos actos; en otras palabras, son los conceptos referidos a los conceptos de primera intención, es decir, los conceptos de los que se ocupa la lógica. Así, términos de primera intención son, por ejemplo, “árbol” o “casa”, mientras que términos de segunda intención son, por ejemplo, “clase” o “propiedad”, así como las que santo Tomás llama aquí “intenciones lógicas”, por ser objeto de estudio de la Lógica: género, especie y diferencia.

        El género, la especie y la diferencia se denominan también “predicables”, en tanto que son modos de predicar los conceptos del entendimiento a los conceptos de 1ª intención. Hay dos predicables más: propiedad y accidente. Pero Santo Tomás sólo nombra a los tres primeros porque son los únicos que expresan los contenidos de las esencias, es decir, son los únicos modos de predicar lo que las esencias son, porque las propiedades y los accidentes no tienen esencia en sentido propio.

        A continuación, santo Tomás declara cuáles van a ser las reglas metodológicas que le impone las propias limitaciones del entendimiento humano en su tratamiento del ente: 1ª. Hay que partir del conocimiento de las cosas compuestas para llegar a las simples; 2ª. Lo posterior en el orden de lo real debe estudiarse antes que lo anterior; 3ª. Hay que partir de lo más fácil para nosotros para llegar a lo más difícil, es decir, debemos partir de lo que nos es más conocido antes de adentrarnos en lo que nos es desconocido. En consecuencia, hay que partir de la significación del ente para conocer el significado de la esencia:

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