Tomas De Aquino
Enviado por CINTHIIAP04 • 14 de Octubre de 2013 • 1.714 Palabras (7 Páginas) • 266 Visitas
TOMAS DE AQUINO
LA EXPLICACIÓN DEL CONOCIMIENTO.
Sto. Tomás no se ocupó específicamente de desarrollar una teoría del conocimiento, del modo en que se ocuparán de ello los filósofos modernos. Al igual que para la filosofía clásica, el problema del conocimiento se suscita en relación a otros problemas en el curso de los cuales es necesario aclarar en qué consiste conocer. En el caso de santo Tomás esos problemas serán fundamentalmente teológicos y psicológicos. No obstante, la importancia que adquirirá el estudio del conocimiento en la filosofía moderna hace aconsejable que le dediquemos un espacio aparte.
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO.
La naturaleza está formada por substancias compuestas por materia y forma; la materia es el elemento que individualiza; la forma es el principio de universalidad. Conocer intelectualmente es captar las formas, operación que se realiza mediante la abstracción; sin embargo, como en Aristóteles, todo conocimiento comienza por los sentidos. "Nada hay en el entendimiento que previamente no haya estado en los sentidos.
EL SER HUMANO.
Tomás de Aquino sigue en las líneas fundamentales el pensamiento de Aristóteles. Las personas están constituidas por una unidad de alma y cuerpo, en la que la primera es la forma-esencia (creada por Dios) y el segundo el elemento material.
Pero como filósofo y teólogo cristiano necesita modificar esta teoría para dar cabida a la inmortalidad del alma y a la posibilidad de que esta exista temporalmente de forma independiente mientras el cuerpo muere, hasta la resurrección de los cuerpos. Por ello afirma que el alma es también una sustancia que por tanto puede existir sin el cuerpo. Pero su destino definitivo es completarse con el y existir unidos.
El alma como en Aristóteles, es única y en ella residen las tres funciones: vegetativa, sensitiva y racional. La racionalidad es el rasgo definitorio de la vida humana y por ello debe ser el criterio de la vida para alcanzar la felicidad y la dignidad humana.
El comportamiento humano (ética y moral): entendimiento, voluntad y libertad.
Dimensión social de la vida humana.
LAS 5 VIAS
PRIMERA VÍA. EL MOVIMIENTO.
El punto de partida es el hecho de experiencia, externa e interna, de que se dan mutaciones en el mundo sensible. Santo Tomás establece como principio: “Todo lo que se mueve, es movido por alguna causa”. El movimiento es un tránsito de la potencia al acto. Un ser no se mueve mientras está en potencia, ni tampoco cuando ya está en acto. Solamente se da movimiento en el tránsito mismo en que un móvil está, a la vez, en acto respecto del término a quo y en potencia respecto del término ad quem. Pero este tránsito de la potencia al acto no puede realizarlo el móvil por sí mismo. Porque tendría que ser a la vez móvil y motor, dándose a sí mismo una perfección de que carece. Es decir, que tendría y no tendría a la vez esa perfección. Estaría a la vez en potencia y en acto bajo una misma razón, lo cual es contradictorio. Por consiguiente, la razón del movimiento no se encuentra dentro del móvil mismo, sino que hay que buscarla fuera de él, en un motor extrínseco.
Ahora bien, respecto de ese motor se plantea la misma pregunta: ¿Es móvil o inmóvil? Si es móvil, a su vez es movido por otro. Y así podemos seguir la serie ascendente y concatenada de motores y de móviles. Pero no indefinidamente, porque en una serie subordinada de motores y móviles no es posible llegar al infinito. Puede aumentarse su número todo lo que se quiera. Pero, finalmente, hay que llegar a un término, el cual no puede ser otro que un Motor inmóvil, que mueva sin ser movido. Y éste debe ser Dios.
SEGUNDA VÍA. POR LA SUBORDINACIÓN DE LAS CAUSAS EFICIENTES.
Punto de partida: Sabemos por experiencia que en el mundo se dan series de causas eficientes, esencialmente subordinadas unas a otras, que concurren a la producción de un efecto común. (Por ejemplo, en la producción de un fruto intervienen: el sol, el calor, el agua, la tierra, el árbol, las ramas, las flores. En la escritura: el entendimiento, la voluntad, el cerebro, los nervios, los músculos, el brazo, la mano, la pluma, la tinta).
Ahora bien, una cosa no puede ser causa de sí misma ni en el orden del ser ni en el de la operación. Porque, en cuanto causa, tendría que ser anterior a sí misma en cuanto efecto, Por lo tanto, ninguna cosa puede darse a sí misma, ni el ser, ni la operación. El ser porque tendría que ser antes de ser. Y la operación, porque obraría antes de obrar, lo cual es absurdo. Por consiguiente, unas causas son causadas por otras, y de éstas reciben el ser y el obrar.
Pero en la serie subordinada de causas eficientes, esencialmente concatenadas entre sí, no puede darse un proceso infinito. Porque prolongar indefinidamente la serie no es dar explicación del ser y del obrar de ninguna de las causas. Luego es necesario llegar a un término, que es una Causa Eficiente Incausada y Primera (Dios) de la cual dependen todas las demás en el ser y en el obrar, mientras que ella no depende
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