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ANALISIS DEL “FEDÓN” IDEAS PRINCIPALES


Enviado por   •  20 de Marzo de 2017  •  Resumen  •  2.122 Palabras (9 Páginas)  •  3.583 Visitas

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SEMINARIO MAYOR ARQUIDIOCESANO DE TLALNEPANTLA

03 de Noviembre del 2014

FERNANDO DANIEL MEDINA ORTIZ

ANALISIS DEL “FEDÓN”

IDEAS PRINCIPALES

Basta citar el título alternativo de este diálogo “Sobre el alma”, para poder entender que el tema central del mismo es la discusión acerca de la inmortalidad del alma, misma que Sócrates trata de demostrar mediante varios argumentos bien ajustados entre si y en alguna manera complementarios. El Fedón, está presentado en un marco muy dramático. Se nos presenta a Sócrates, que ya está condenado a morir, ocupando sus últimas horas para conversar con sus amigos sobre la inmortalidad, sosteniendo que si su tesis es cierta y queda probada, la terrible e inmediata circunstancia de su muerte, producida por el veneno ofrecido por el verdugo mientras se pone el sol en Atenas, será un episodio mucho menos doloroso, ya que será tan sólo la separación de un cuerpo, ya que un auténtico filósofo se ha preparado durante toda la vida para la muerte, y durante su vida, el filósofo se purifica mirando su destino en el más allá.

Esto creo que pudiera llegar a tener una relación de continuidad con lo que se argumenta en  la Apología, en donde se nos exponía que lo fundamental era el cuidado del alma (Apología 29d, 30a); pero ahora, en la última lección, Sócrates expone a sus amigos el fundamento último de su fe en la inmortalidad del alma.

De igual modo, en el Fedón aparecen las Ideas como causas de las cosas reales, que son por una cierta “comunión” con ellas, o por la “presencia” de las Ideas en la realidad. Más allá de los objetos reales existen esas Ideas, eternas y modélicas, como los prototipos de las figuras matemáticas y los ideales de las virtudes éticas; esas ideas son las realidades en sí, los fundamentos de todo lo real.

También en el Fedón puedo identificar una clara separación entre el alma y el cuerpo,  y algo que llama la atención es que Sócrates no se pregunta qué es el alma, sino que parte de una concepción, aceptada por sus amigos, de que el alma se separa del cuerpo en el momento de la muerte. Teniendo así una cierta concepción del alma como lo espiritual, lo racional y lo vital, frente al cuerpo, que es perecedero. Al cuerpo se le atribuyen los errores del conocimiento sensible y, además, los apetitos y tensiones pasionales, mientras que el alma está concebida como la parte noble del organismo.

De igual forma, se nos da una visión ascética de la vida del filósofo, empeñado durante toda su actividad en purificarse de lo corpóreo y en atender al bien de su alma. Porque le interesa esencialmente probar la inmortalidad de ésta, y no sólo de la parte racional, sino del alma como lo opuesto al cuerpo que se descompone y desaparece pronto.

PALABRAS CLAVE

Inmortalidad, alma, reminiscencia, muerte, entidades, cosas, ideas, verdaderos filósofos, trascendencia, naturaleza del hombre y del alma,

DESARROLLO DEL TEMA

El dialogo es narrado por Fedón, quien es un testigo presencial de la plática que Sócrates tuvo con sus amigos en su último día, y que le comparte a Equécrates. Éste interrumpe la narración en dos momentos (88c y 102ª), y lo hace para manifestar sus emociones ante lo narrado. En el diálogo propio intervienen junto a Sócrates dos interlocutores, Simmias y Cebes. Al contar con un narrador, Platón puede ofrecernos un comentario de las escenas en la prisión, y de la emocionada actitud de los discípulos y amigos de Sócrates ante su serenidad en la despedida final.

El dialogo contiene momentos que podrían dar para elaborar un trabajo de investigación sumamente profundo, sin embargo, esta ocasión abordare de modo general los puntos que en este momento considero relevantes, como lo son la inmortalidad del alma y la reminiscencia.

El relato inicia con un encuentro entre Fedón y Equécrates. (57a – 60b). Acto seguido a  una breve conversación introductoria, en la que Sócrates nos habla de la conexión que existe entre el placer y el dolor, además de un sueño premonitorio, pasa a tratar de la actitud de un filósofo verdadero ante la muerte, y se anuncia la confianza en la inmortalidad del alma. (64c).

Para abordar el tema de la inmortalidad del alma es necesario entender primero que es la muerte (64c), entendiendo que esta consiste en la disolución o separación de lo que está compuesto, es decir, la separación del alma del cuerpo. De igual modo es importante clarificar que cosas son las que no pueden morir (78c-78e), ya que lo que no está compuesto no puede morir; lo que siempre es de la misma manera, lo inmutable, no está compuesto, lo que cambia está compuesto; hay algo que es inmutable: las cosas en sí o esencias (como la igualdad, la belleza y la bondad); las cosas perceptibles (mundo sensible) cambian siempre.

Por lo anterior, podemos distinguir claramente que existen dos tipos de entidades o cosas (79a): las cosas sensibles (dadas a los sentidos), que tienen como características que son visibles, materiales, cambiantes y compuestas; y las cosas inteligibles (dadas al pensamiento), siendo estas invisibles, inmateriales, inmutables y simples.

La distinción anterior creo que es muy importante, ya que en los numerales siguientes se habla de las partes del hombre y su relación con los tipos de seres (79b-79e), partiendo de la naturaleza de las partes del hombre (79b): el hombre es un compuesto de cuerpo y alma; el cuerpo se parece a los seres o naturalezas visibles, el alma no es visible, si no es visible es inmaterial; luego el alma se parece a los seres o naturalezas invisibles.

De igual modo se hace una investigación a partir de la forma de conocer del alma (79c-79d): ya que cuando el alma se sirve del cuerpo para conocer utiliza los sentidos, el cuerpo inclina al alma hacia las cosas cambiantes, el alma se confunde y perturba; cuando examina las cosas por sí misma, se inclina hacia lo puro, eterno, inmortal e inmutable, quiere la unión con estas naturalezas, alcanza el sosiego, vive en la sabiduría. Por lo que una vez analizadas las partes del hombre, se puede dar una cierta relación con lo divino (80a), ya que lo divino manda y lo mortal obedece y es esclavo; por naturaleza, el alma debe mandar y el cuerpo obedecer y ser su esclavo;

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