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Aforismos sobre la interpretación de la naturaleza y el reino del hombre


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2012  •  Ensayo  •  1.558 Palabras (7 Páginas)  •  786 Visitas

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Texto filosófico

FRANCIS BACON*: «Novum Organum»

Aforismos sobre la interpretación de la naturaleza y el reino del hombre: Los ídolos.

XXXVIII. Los ídolos y conceptos falsos que se han apoderado de la inteligencia humana, en la que ya han echado profundas raíces, no sólo bloquean el espíritu de tal modo que el acceso de éste a la verdad resulta muy difícil, sino que además, aun suponiendo que la mente haya conseguido forzar la entrada, reaparecerán aquéllos en el momento de construir las Ciencias, sirviendo de obstáculo: a no ser que los hombres, una vez prevenidos, se defiendan contra ellos todo cuanto sea posible.

XXXIX. Cuatro son las especies de ¡dolos que bloquean la inteligencia humana. Para entendernos. los he designado con ciertos nombres: los de la primera especie son los ídolos de la Tribu; segunda especie: ídolos de la Caverna; tercera: ídolos del Foro: cuarta: ídolos del Teatro.

XLI. Los ídolos de la Tribu radican en la índole de propia naturaleza humana, en la misma Tribu o especie humana. Porque se afirma, sin razón, que el sentido humano es la medida de las cosas; muy al contrario: todas las percepciones, tanto de los sentidos como de la inteligencia, guardan más analogía con el hombre que con el Universo. El entendimiento humano es a manera de un espejo que no refleja de igual manera los rayos de las cosas; al cual confunde su propia naturaleza con la de las cosas mismas. y de este modo la tuerce y corrompe.

LII. ídolos de la Tribu, que tienen su origen bien en la regularidad inherente a la esencia del espíritu humano, bien en sus prejuicios, bien en sus limitaciones, ya en su continua instabilidad, ya en su comercio con las pasiones, ya en la incapacidad de los sentidos o en la manera de ser impresionados por las cosas.

XLII. Los ídolos de la Caverna son los ídolos propios del hombre considerado corno individuo. Porque cada hombre lleva (además de los errores que afectan a la naturaleza humana en general) una caverna o espelunca peculiar que desvía y adultera la luz de la Naturaleza: bien por la índole propia y singular de cada cual, bien por su educación y conversación con los demás, bien por las lecturas de los libros y la autoridad de aquellas personas que cada cual trata y admira, o, en fin, por la diferencia de las impresiones según que tengan lugar en un espíritu preocupado y predispuesto o, por el contrario, en un ánimo sereno y ecuánime. De modo que, manifiestamente, el espíritu humano (tal como se halla constituido en cada uno de los hombres) es una cosa variable.

LIII. Los Ídolos de la Caverna tienen su origen en la propia contextura anímica y corporal de cada uno; y también en la educación, en las costumbres y en las circunstancias.

LIV. El hombre ama la ciencia y los estudios especiales; ya sea porque se cree autor o inventor; ya sea porque ha puesto en ellas gran empeño y se ha familiarizado con ellos. Pero esta clase de hombres, cuando dedican su atención a la Filosofía y a las teorías generales, las corrompen y alteran en función de sus anteriores representaciones; lo cual se ve manifiestamente en Aristóteles, quien de tal manera subordinó su Filosofía Natural a su Lógica, que la convirtió en una especulación vana y en campo de discusiones. Por el contrario, los químicos, inducidos por una escasa serie de experimentos efectuados en el hornillo, llegaron a considerar la Filosofía como algo fantástico y de escaso valor.

LVIII. Por regla general, todo el que se dedica al estudio de la Naturaleza debe recibir con cautela lo que su propio entendimiento capta y retiene con preferencia; y en este punto ha de ser muy grande la precaución a tomar para que el entendimiento se mantenga sincero y puro.

XLIII. Hay también ídolos procedentes, en cierto modo, de la reunión y alianza recíproca de los individuos pertenecientes a la especie humana, a los que llamamos Ídolos del Foro porque derivan del comercio y asociación humana. Los hombres, en efecto, se asocian por medio del lenguaje, pero las palabras se emplean con el sentido que tienen en boca del vulgo. Por consiguiente, el empleo indebido e inadecuado de las palabras pone de manera extraña dificultades al entendimiento. Sino que las palabras coaccionan, sin duda, al entendimiento, y todo lo perturban, y arrastran a los hombres a innumerables controversias y comentarios sin sentido.

LIX. Los Ídolos del Foro son los más peligrosos de todos; éstos se insinúan en el entendimiento a través del lenguaje. Los hombres, en efecto, creen que su razón manda en las palabras. Pero sucede también que las palabras mismas revuelven y reflejan su fuerza sobre

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