Antigonas FECHA DE ENTREGA: 30 DE JUNIO DEL 2017
Enviado por lageres • 16 de Mayo de 2018 • Trabajo • 2.084 Palabras (9 Páginas) • 257 Visitas
LICENCIATURA EN ENFERMERIA
CICLO DE CONPLEMENTACION CURRICULAR
TRABAJO PRACTICO Nª 1
ASIGNATURA: FILOSOFIA
DOCENTE: LIC. JULIETA MOLINA
ALUMNA: NIEVAS PATRICIA
FECHA DE ENTREGA: 30 DE JUNIO DEL 2017
CREONTE Y ANTIGONAS
Creonte tiene el poder de prohibir la sepultura de uno de los ciudadanos. El hermano de Antígona Polinices, quien no tendrá sepultura ni podrá ser llorado por nadie. Ante el no acatamiento el gobernante tiene el poder castigas incluso con la muerte si lo cree necesario. El poder del gobernante no puede ser enajenado.
En la tragedia se relata una contraposición entre una ley creada por el hombre (Creonte) y la ley de los dioses, que se considera por encima de todas y por ello Antígona se ampara en ella y entierra a su hermano. Para Antìgona es un deber enterrar a su hermano, nadie podrá llamarla traidora y los dioses no la castigarían.
Por el lado de Creonte, ósea por la justicia del hombre, ella estaba cometiendo traición y por ella infringió la ley impuesta por el rey de Tebas. El rey hubo impuesto que a Polinices no se lo honre ni con tumba ni con lágrimas, deberían dejarlo insepulto, presa de las aves y los perros.
Por más que Polinices haya peleado en contra de Tebas, merece ser sepultado, porque al fin y al cabo tiene parientes y estos están obligados por ley divina a darle sepultura. La justicia divina siempre se interpone ante la justicia del hombre
LAS ANTIGUAS CREENCIAS RELIGIOSAS SOBRE EL ALMA Y LA MUERTE
Tanto griegos como romanos miraron la muerte no como la disolución completa de nuestro ser sino como un simple cambio de vida. No era en otro mundo extraño a éste en el que debía pasar el alma. Su segunda existencia, sino en este mismo, cerca de los hombres continuando su vida debajo de la tierra. Por ello era importantísimo la sepultura.
Los ritos sepulcrales demuestran que cuando se depositaba un cuerpo en la tumba se creía encerrar en ella algo que aún tenía vida. Era costumbre al final de la ceremonia fúnebre llamar tres veces al alma del muerto por el nombre que había llevado en vida; se le deseaba una existencia feliz bajo tierra y tres veces se le decía: “pasadlo bien”, añadiendo “que la tierra te sea ligera”.
El alma que no tenía sepultura no tenía morada, quedaba errante y en vano aspiraba a descansar de las agitaciones y trabajos de esta vida; tenía que andar siempre vagando en forma de sombra o de fantasma, sin detenerse, ni recibir las ofrendas y alimentos necesarios.
Las ceremonias fúnebres no eran tanto para demostrar el dolor de los vivos cuanto para procurar el descanso y tranquilidad de los muertos. No bastaba con el enterramiento del cuerpo; era preciso celebrar los ritos tradicionales y pronunciar ciertas fórmulas.
Los muertos entraban al inframundo cruzando el rio Aqueronte en la barca conducida por Caronte, quien les cobraba un óbolo (moneda pequeña). Esta moneda era colocada bajo la lengua del difunto o encima de los párpados por sus parientes. Los pobres y quienes no tenían amigos recorrían eternamente la pradera, sin medios para cruzar el río. La otra orilla era vigilada por el can Cerbero, el perro guardián de tres cabezas, quien cuidaba la puerta de entrada al Hades y se encargaba de que los espíritus de los muertos pudiesen entrar y que nadie saliera.
El enfrentamiento verbal entre Creonte y Antìgona es donde aparecen las contraposiciones. Creonte es un personaje que representa a la polis, en donde priman cualidades tales como la madurez masculina y cívica, la mundanidad racional y la teocracia, frente a Antìgona, que representa a la esfera privada, el terreno de la familia, en donde prepondera la intuición y la intimidad.
Los dos personajes estarían defendiendo valores parciales. La primera rige su conducta anteponiendo el parentesco familiar como valor supremo, mientras que el segundo asume como valor preponderante la noción de ciudadanía y ambos poseen patrones de conductas estrictos que dirigen sus respectivas acciones.
Inicialmente se piensa que quien tira tierra para enterrar el cuerpo de Polinices es un varón, pero se produce un choque al descubrir que es una mujer. Antìgona ha actuado de manera masculina, se ha atrevido a opinar, a decidir a actuar y a afrontar la responsabilidad de sus acciones. Con esto Creonte teme que en caso de ceder ante la postura de Antígona pueda tomársele por menos que una mujer.
En el imaginario griego lo femenino representa lo amorfo, nocturno y anárquico (el desorden, lo emocional), y lo masculino el orden, lo racional; el desafío de Antígona posee implicaciones cósmicas, porque el orden de la polis es un reflejo del orden cosmológico.
LA POLIS DE LOS GRIEGO
La polis no tiene que ver con la urbe, sino con una forma de vida particular que surgió entre los griegos. La polis no es una forma de gobierno sino que hace referencia a como los griegos se organizaron a si mismos en comunidad. La polis es la forma propia de los griegos de la vida en común. Es una institución inédita en la antigüedad. El poder se concentraba en uno y los demás se encontraban subordinados a las decisiones de este uno.
Cada polis es autónoma con respecto a las otras. La polis es una institución local, está circunscripta a un lugar, a diferencia de una nación o un imperio que integra distintas regiones, lugares u organizaciones. La polis es una organización local, en la que sólo tienen participación los que han nacido en ese lugar. Los extranjeros, si son nativos de otra polis, tienen derecho a hablar pero no a decidir, no votan. Los niños, las mujeres y los esclavos no participan de la asamblea ni podían hablar en ella. No eran considerados ciudadanos. En consecuencia, los ciudadanos eran solamente los varones nativos adultos(los que han pasado la adolescencia, los que pueden procrear y combatir).
ARISTOTELES Y LAS CRITICAS A LAS IDEAS DE PLATON
Aristóteles fue el discípulo de Platón, nació en el año 384 a.C. y murió en el 322 a.C. Estos pensadores constituyen dos tipos clásicos, dos modelos de dos actitudes contrapuestas frente a la realidad. Aristòteles ingresa a la academia de Platòn a los 17 años y permanece allí hasta los 20 años,
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